Penélope Cruz en el país de Nunca Jamás

Penélope Cruz en el país de Nunca Jamás
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No falla: pones Canal + y a los cinco minutos (o de forma inmediata) aparece esta actriz a la que muchos no soportan, a la que bastantes envidian, y a la que pocos respetan. Penélope Cruz (o Penélope “Crus” para los yanquis, o Pe para los amigos, o Pene para los que no la soportan…) está en lo que se suele llamar la cresta de la ola. Lleva instalada ahí un par de años, y parece que la fortuna, de momento, no la abandona. Ha sido un largo camino, que ha requerido mucho trabajo (eso nadie se lo puede negar, lo currante que es), mucho sacrificio, abandonar España, luego volver, luego marcharse de nuevo. Es más que una actriz, es una estrella. Un icono, casi, de esa estupidez llamada Glamour.

Siendo la única actriz española que ha logrado una envidiable estabilidad en el seno de Hollywood, siendo una mujer de estimable atractivo, y una intérprete con bastante talento, nadie podía imaginar, cuando hace dos décadas comenzaba su andadura cinematográfica, que llegaría tan lejos, que sería tan famosa y tan universal. Este grado de fama, sin embargo, no va exactamente parejo (por decir algo) con el legado artístico que está construyendo, salvo algunos papeles a los que ella sabe dotar de una estimulante vida, al margen de la calidad intrínseca de los proyectos en los que participa.

Una carrera meteórica…aún en la anémica industria española

Desde que era una adolescente sin preparación artística alguna, Cruz tenía como sueño llegar a convertirse en una chica Almodóvar. Y no tardó mucho tiempo en convertirse en actriz, en lo que ayudó su rostro amable y su actractivo físico, para debutar en pantalla con el famoso videoclip de Mecano ‘La fuerza del destino’, que puede considerarse su primera aparición profesional (y tras la que inició una relación con Nacho Cano, y una extraña costumbre de entablar relaciones íntimas con sus compañeros laborales). Gracias a este trabajo, accedió a la presentación de ‘La quinta marcha’, en televisión.

Pero 1992 fue el año en que esta muchacha, que por entonces contaba con 18 años, se instaló en la retina de muchos espectadores con dos papeles estupendos en dos películas españolas importantísimas: ‘Jamón, Jamón’ (de Bigas Luna, en la que además de descubrirla a ella, también hacía lo propio con Javier Bardem y Jordi Mollá) y ‘Belle époque’ (de Fernando Trueba, otro director muy importante para su carrera).

De este modo, y durante los años noventa, Cruz se fue curtiendo como profesional y como aspirante a gran estrella femenina, aunque los títulos en los que intervenía no fueran, la mayoría, especialmente interesantes: ‘Todo es mentira’, ‘Entre rojas’, ‘El efecto mariposa’, ‘Brujas’, ‘Más que amor frenesí’... Parecía condenada a convertirse en una actriz atractiva pero de carrera insulsa, hasta que llegó su estupendo papel de ‘El amor perjudica seriamente la salud’, y sobre todo el de ‘La niña de tus ojos’, de nuevo bajo las órdenes de Fernando Trueba. Podemos considerar que Penélope Cruz se hace actriz completa en esa divertida, aunque irregular, película. Se llevó el Goya con todos los merecimientos y calló muchas bocas que proclamaban que sólo era una cara bonita.

Un año antes había cumplido su sueño de ser una “chica Almodóvar”, con un pequeño pero deslumbrante papel (sus mejores trabajos suelen ser pequeños y estimulantes) en la sosa y absurda ‘Carne trémula’. Pero ya Cruz estaba con pie y medio en Hollywood. El mismo año de ‘La niña de tus ojos’, tiene lugar su aportación más importante a una película eminentemente norteamericana, ‘The Hi-Lo Country’, aunque se trata de un filme muy poco interesante y su papel muy menor. Pero no tenía intención de quedarse ahí, ni mucho menos.

Una década llena de altibajos…pero en Hollywood

El primer papel protagonista de Penélope Cruz en Estados Unidos no podía ser otro que el de la estúpida ‘Woman on Top’. Un papel hecho a medida para no arriesgar mucho: latina simpática y extrovertida en una comedia romántica, para una película de bajo presupuesto destinada a ser carne de videoclub. Cruz entró por la puerta de atrás, y durante muchos años, seis, participó en productos completamente olvidables, que nada añadían a su carrera, y por los que la crítica española y europea la masacraron. No era para menos. Su bagaje de la primera mitad de la pasada década es bochornoso: ‘Woman on top’, ‘All the Pretty Horses’, ‘Blow’, ‘La mandolina del capitán Corelli’, ‘Vanilla Sky’, ‘Waking Up in Reno’, ‘Masked and Anonymous’, ‘Gothika’, ‘Head in the Clouds’, ‘Noel’, ‘Sahara’, ‘Cromophobia’, ‘Bandidas’.

Nada menos que trece películas norteamericanas en seis años (y multitud de géneros), a las que hay que sumar la española ‘Sin noticias de Dios’, de Agustín Díaz Yanes, la francesa ‘Fanfan la tulipe’, de Gérard Krawczyk, y la italiana ‘Non ti muovere’, de Sergio Castellito, por la que recibió parabienes bastante merecidos, porque por primera vez en bastantes años volvía a ser actriz. Pero este enorme esfuerzo (ya hemos dicho que lo que nadie puede negarle es su capacidad de trabajo), no se veía compensado ni por prestigio ni por buenos papeles (además de que, en la mayoría de ellas, Cruz está bastante forzada, extraña, o directamente interpreta mal). Realmente, parecía que Nunca Jamás en Hollywood podría triunfar verdaderamente, y que se vería recluida, como Antonio Banderas desde que trabaja al otro lado del charco, a un estrellato de segunda categoría y a papeles en su mayoría sin interés.

Cruz parecía resignada a trabajar sin descanso a la espera del gran papel que la redimiera. Pero tuvo que llegar de la mano de Pedro Almodóvar, porque ningún director importante (no, John Madden no lo es…) tenía intención de incluirla en una buena película. ‘Volver’ significa muchas cosas, para Almodóvar y para Cruz. Pero sobre todo significa que Cruz es buena actriz, y que puede ofrecer caracteres de enjundia. No creo que esté excepcional, pero el papel le va perfecto. Le debe mucho Cruz a Almodóvar. Le debe casi tanto como a Bigas Luna. Y lo sabe.

Donde dije ¡Pedro! digo ¡Oscar!

La nominación a mejor actriz principal por ‘Volver’ significó casi tanto como llevarse la estatuilla. De pronto, a nadie le importaba la docena larga de películas olvidables que había hecho. De pronto, Cruz parecía una estrella rutilante del panorama norteamericano. Parecía más mayor, más madura. No tenía ninguna posibilidad de ganarlo, y lo sabía. Pero, de pronto, parecía un cruce entre Sofía Loren y Audrey Hepburn (qué inteligentes han sido sus asesores de imagen…) y le importaba poco no llevarse el Oscar. Ya lo había logrado, estaba ahí...

Y la llamó Woody Allen (ya no recuerdo a cuántas actrices ha ayudado este hombre a lograr el Oscar a mejor secundaria…), e hizo con ella su peor película hasta la fecha. Y la reunió con Javier Bardem, su pareja de ‘Jamón, Jamón’ (el mundo es un pañuelo), que ya había protagonizado la peor película de los Coen hasta la fecha, y la peor película de Michael Mann, y la de Milos Forman (un portento). Posiblemente Cruz sea lo mejor, lo más divertido y refrescante, de ‘Vicky Cristina Barcelona’. Pero eso no es difícil, porque el conjunto es tan soso, tan falto de gracia, que a Penélope le basta con poner la tercera marcha para encandilarnos a todos y despertarnos de nuestro sueño en la butaca.

Si como principal no tenía ninguna posibilidad, como secundaria, y con la fabulosa campaña de promoción que le fabricaron, las tenía todas, o casi. Un ligero exabrupto de sorpresa se percibió cuando la nombraron para recoger al calvo dorado: no las tenía todas consigo. Pero ya es la primera actriz española en conseguir un Oscar, junto a su pareja Javier Bardem (después de sus relaciones con otros compañeros de reparto: Tom Cruise, Matthew McConaughey, Matt Damon…), que es el primero en ganar un Oscar. Y ahora, tras la tibia acogida de ‘Los abrazos rotos’, vuelve a estar nominada en esa categoría por ‘Nine’. ¿No es un poco injusto? ¿No había otra para completar las cinco nominadas? Ella ya tiene uno y no le van a dar otro. Hay que ver lo poderosas que son las campañas de marketing y los grupos de presión.

Ahora ya forma parte de Nunca Jamás. Y más aún si consigue participar en la cuarta de ‘Piratas del Caribe’. Lo ha conseguido. Pero está por ver que consiga hacer buenos papeles sin un gran director detrás.

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