Añorando estrenos: 'Kapò' de Gillo Pontecorvo

Añorando estrenos: 'Kapò' de Gillo Pontecorvo

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Añorando estrenos: 'Kapò' de Gillo Pontecorvo

‘Kapò’ (íd., Gillo Pontecorvo, 1960) supone una de las películas más conocidas de la filmografía de la recientemente fallecida Emmanuelle Riva. Se trata de la segunda película de ficción del siempre polémico Pontecorvo, normalmente director de documentales. También es el primer film en solitario de su director, quien la tenía como su película preferida de todas las que había dirigido, incluso por encima de la muy prestigiosa ‘La batalla de Argel' (‘La Battaglia di Algieri, 1964), por la que fue nominado al Oscar al mejor director.

‘Kapò’ causó bastante polémica cuando se estrenó, sobre todo entre la crítica europea, con Jacques Rivette al frente. El director de películas como ‘La bande des quattre’ (1989) y ‘La bella mentirosa’ (‘La belle noiseuse’, 1991) aún no se había estrenado en la dirección de largometrajes cuando, escribiendo para la prestigiosa Cahiers du cinema, arremetió contra la obra de Pontecorvo a raíz del famoso travelling que muestra la muerte de uno de los personajes centrales.

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Metiendo el dedo en la llaga ideológica

Pontecorvo sobre la mesa cuestiones que aún no se habían planteado en el cine que trató el tema del Holocausto judío y los campos de concentración. Por un lado, ‘Kapò’ está ambientada en un campo de mujeres, sólo en el tramo final del film hay personajes masculinos, uno de ellos para provocar una muy bien insertada historia de amor, pequeño drama personal de la protagonista, que sirve como contrapunto al drama general. Por otro, el cargo del título, dado a prisioneras que actuaban de jefas de grupo frente a los nazis.

Así pues, el colaboracionismo judío, más nombrar al ejército ruso liberando prisioneros de los campos de concentración —algo que pocas veces se ha mostrado en el cine, una de esas verdades calladas para apoyar la falacia de que fueron los estadounidenses quienes ganaron la Segunda Guerra Mundial—, no debió sentar muy bien a la crítica de Cahiers de cinema de aquellos años, con tendencia hacia el lado derecho. Pontecorvo metió el dedo en la llaga, y “pagó” por ello.

‘Kapò’ define a la perfección el cine de su autor, siempre comprometido políticamente —aún a día de hoy nadie ha sido capaz de filmar una película sobre ETA como lo hizo el director italiano con ‘Operación Ogro’ (‘Ogro, 1979)—. Claramente izquierdista se adentraba en los recovecos de la desgracia fascista, no dejando indiferente absolutamente a nadie. Susan Strasberg le sirve aquí para hablar de los kapo, denominados como “policía judía”, presos que vigilaban a los demás presos a cambio de mejor trato.

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La decisión de morir

Lo que comúnmente podemos llamar trepa o traidor —profesión que, con el paso del tiempo, sigue aspirando a la perfección— y que, en el caso de la protagonista, responde a un miedo atroz a ser descubierta su condición de judía debido a que suplanta la personalidad de una fallecida en el campo, queda bien reflejado en la interpretación de Strasberg. La actriz estadounidense refleja a la perfección un cambio de actitud y ánimo en un personaje abocado al sufrimiento. Pontecorvo lo señala además con otros personajes del relato.

Uno de ellos es precisamente Terese, el rol encarnado por Emmanuelle Riva, mostrándose en los primeros compases como la que ayuda a Edith (Strasberg) a adaptarse a su nueva situación, concluyendo en la derrota más absoluta en la famosa secuencia de la alambrada electrificada. Esa forma tan criticada por Rivette de mostrar la muerte del personaje en realidad ensalza la decisión del personaje, que ya no puede soportarlo más. No es así con las muertes no voluntarias.

Como también ensalza, lo justo, la historia de amor entre Edith y Sascha (Laurent Terzieff), un soldado ruso. La tabla de náufrago de la protagonista que virará terriblemente en las secuencias finales, una masacre que Pontecrovo filma con nervio y sin efectismos, sin ningún tipo de gloria. Con una gran carga irónica, la del soldado alemán amigo de Edith —papel a cargo del Sartana del spaghetti, Gianni Garko— disparándole.

Extraordinaria banda sonora de Carlo Rustichelli, tan emotiva como tensa.

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