Cine en el salón: 'Creepshow', el terror no es cosa de risa...¿o sí?

Cine en el salón: 'Creepshow', el terror no es cosa de risa...¿o sí?
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Tras haber revolucionado con 28 años el cine de terror moderno gracias a 'La noche de los muertos vivientes' ('Night of the Living Dead', 1968), después de haber revalidado su propuesta diez años más tarde con 'Zombi' ('Dawn of the Dead', 1978) y tras haber fallado con los filmes que llegaron entre ambos —entre ellos la interesante aunque desaprovechada 'Los Crazies' ('The Crazies', 1973)—, muchas eran las voces que afirmaban que George A.Romero no iba a ser capaz de reimaginarse para poder ofrecer algo a sus muchos seguidores que no perteneciera a la saga de muertos renacidos. Con lo que dichas voces no contaban era con el afortunado encuentro que, a principios de los ochenta, iba a darse entre el artista de Pittsburgh y cierto escritor de Maine llamado Stephen King.

Cuando Romero y King unen sus fuerzas para crear 'Creepshow' (id, 1982), el literato que escribe basándose en sus pesadillas ya ha tenido tres fructíferas relaciones tanto con la gran como con la pequeña pantalla. La primera, la espléndida adaptación que Brian De Palma lleva a cabo en 1976 sobre 'Carrie'. La segunda, la no menos brillante traslación que Tobe Hopper hace de 'El misterio de Salem's Lot' ('Salem's Lot', 1979). Y la tercera, obviamente, esa obra maestra del cine de terror moderno que es 'El resplandor' ('The Shining', 1980) de Stanley Kubrick. Con 'Creepshow' dará un par de pasos más allá, escribiendo ex-profeso tres de los segmentos que aparecen en el filme y atreviéndose incluso a protagonizar uno de ellos.

Creepshow 1

La intención de cineasta y escritor a la hora poner en pie 'Creepshow' es la de homenajear a los cómics de terror de los años cuarenta y cincuenta que tanto DC como EC editaban con plena libertad antes de la aparición del Dr. Wertham, la publicación de 'La seducción de los inocentes' y la creación del Comics Code Authority que regularía desde entonces el contenido que podía aparecer en las páginas de los tebeos americanos. Con títulos clave como 'House of Mistery', 'Vault of Horror' o 'Tales from the Crypt' aquellos cómics habían encendido la imaginación de unos jóvenes Romero y King hasta tal punto que tomaron la determinación de rendirles pleitesía en un filme que refleja de forma fidedigna la espléndida mezcla entre humor negro y caústico y terror "a lo bestia" que plagaba las páginas de las citadas cabeceras.

Con tal idea en mente, y queriendo trasladar al espectador sentado en la butaca de cine la sensación de estar leyendo una de esas revistas que tanto habían marcado a varias generaciones de lectores, Romero y King deciden vertebrar la cinta a través de varios segmentos completamente independientes, unidos por transiciones animadas de la revista ficticia 'Creepshow' volando por un típico vecindario de los suburbios de cualquier ciudad norteamericana y con un prólogo y un epílogo centrados en un chaval —Joe Hill, el hijo de King y autor de la imprescindible 'Locke & Key', una de las mejores series de cómic que se editan actualmente al otro lado del charco— obsesionado por la misma que hará lo que tenga que hacer para poder seguir leyéndola.

Creepshow 2

Contando con un reparto relativamente estelar para el modesto presupuesto que maneja la producción, por los "capítulos" de 'Creepshow' veremos pasearse a nombres de toda índole, desde intérpretes con carreras completamente asentadas que poco o nada tenían que ver con el género de terror como George Kennedy, Leslie Nielsen, Hal Holbrook, E.G.Marshall o Viveca Lindfors a actrices como Adrienne Barbeau, musa del horror y el fantastique ochentero en títulos tan indispensables como 'La niebla' ('The Fog', 1980) o '1997: rescate en Nueva York' ('Escape from New York', 1981), ambas del maestro Carpenter, pasando por caras por aquél entonces casi desconocidas como las de Ted Danson o Ed Harris, ambos en uno de sus primeros papeles para la gran pantalla tras una dilatada carrera televisiva.

Con la estructura capitular como mejor baza para mantener intacta la atención del público a lo largo de sus casi dos horas de metraje, resulta sorprendente la capacidad de mutación de Romero para adaptarse a las necesidades narrativas de los cinco segmentos de que se compone el filme, manteniendo en el esfuerzo una fuerte personalidad que queda reflejada en esas angulaciones que ya vierámos en su debut cinematográfico catorce años antes y que aquí aparecen en la práctica totalidad de unas historias que arrancan con 'El día del padre', capítulo en el que intervienen Lindfors y Harris y que abre la puerta de manera delirante a lo que está por venir.

Creepshow 4

Tras él vendrán 'La solitaria muerte de Jordy Verrill', una bizarra extravaganza puesta al servicio de la vis cómica del Stephen King intérprete —que aquí encarna al típico paleto de la América profunda—; 'Something to Tide You Over', protagonizado por Nielsen y Danson y de claras reminiscencias "carpenterianas"; 'La caja', con un Hal Holbrook genial como ese engañoso profesor de universidad que lo único que desea es acabar con la vida de su insoportable mujer y, por último, la pièce de résistance, 'They're Creeping Up on You', con un asombroso E.G.Marshall como el aséptico millonario que lleva toda su vida aplastando bichos —tanto los reales como los de sentido figurado— y que encontrará la horma de su zapato en una plaga de imparables cucarachas.

El desquiciado rostro del inolvidable jurado número 4 de la magistral 'Doce hombres sin piedad' ('12 Angry Men', Sidney Lumet, 1957) es, junto a la sorpresa que supone Stephen King, lo mejor en el terreno interpretativo de un filme que no acusa graves carencias en este terreno como tampoco lo hace en el magnífico maquillaje creado para la ocasión por Tom Savini o, de nuevo, en la dirección de Romero.

Consciente en todo momento del tebeo que es la cinta —algo que ésta se encarga de recordar cada vez que puede con, por ejemplo, efectos de saturación de color muy similares a los que se usaban en las viñetas de las citadas revistas— el cineasta exagera sus formas para hacerlas más teatralizadas que nunca, ayudando así a que el terror que se desprende de cada segmento quede completamente subyugado a un nada soterrado humor que es, precisamente, el regusto que deja la producción en última instancia.

Creepshow 5

De tremendo éxito en su año de estreno —considerada un sleeper generó una taquilla de algo más de 21 millones de dólares para los 8 de presupuesto con los que había contado—, 'Creepshow' conocerá dos secuelas cinco y veinticinco años más tarde. La primera, fechada en 1987 y aun con la implicación de Romero, que cederá la labor de dirección a un tal Michael Gornick, y King, aunque ahora no con historias originales, atesora todavía en sus tres historias parte del encanto que se deriva de su predecesora, y tanto la historia del tótem indio, como la de la mancha devoradora —clara deudora de 'La masa devoradora' ('The Blob', Irvin S.Yeaworth Jr., 1958)— y la del autoestopista, consiguen que el filme vuelva a ser un éxito de taquilla.

Lo mismo no se puede decir, en ningún aspecto que queramos considerar, de la muy olvidable segunda secuela, un sub-producto carente de imaginación y editado directamente en formato doméstico en el que se nota la ausencia de los dos creadores originales, siendo inmerecedora portadora del nombre de 'Creepshow', una producción que siempre estará completamente atada a su tiempo y que, no obstante, sigue mostrándose igual de simpática hoy, treinta años después de su estreno, a como lo hizo a finales de 1982. Y eso es decir bastante de un filme de estas características.

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