'El protector', mamporros ochenteros

'El protector', mamporros ochenteros
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‘El protector’ (‘Homfront’, Gary Fleder, 2013) es otro ejercicio de revisionismo más, de esos que nos suelen llegar cada vez más. Directores y escritores tirando de formas pasadas en casi todos los géneros, conscientes tal vez de que si funcionaron una vez podrían volver a hacerlo. En este caso nos encontramos con un guión que escribió Sylvester Stallone hace tiempo, basado en la novela homónima obra de Chuck Logan, y que en principio estaba destinado para la saga de John Rambo, pero se fue quedando en el cajón de los olvidos, hasta ser rescatado como vehículo para el lucimiento de Jason Statham, coincidiendo su colaboración en la saga de ‘Los mercenarios’ (‘The Expendables’).

Y lo cierto es que ‘El protector’ sigue los mismos parámetros que la citada saga, rescatar el cine de acción ochentero, huyendo en la medida de los posible del mareo actual en el presente cine de acción, metido más en la vorágine del lenguaje del videojuego que el del propio cine en sí. Efectos digitales por doquier, puesta en escena realizada en serie por un ordenador sin orden ni criterio, son los males más claros de un género injustamente maltratado y, que al menos en este caso, encuentra en Statham un actor con carisma para que no nos tiremos de los pelos, y también un mínimo de personalidad en la dirección.

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Gary Fleder iba para autor con su ópera prima, la a ratos fascinante, y demasiado inteligente para algunos, ‘Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto’ (‘Things to Do in Denver When You're Dead’, 1997), para luego acabar rendido ante el mainstream, con algunos títulos decentes y otros que es mejor olvidar. En cualquier caso se trata de un director con mucho ojo para el montaje de sus films, parte en la que suelen destacar todos —sobre todo ‘El jurado’ (‘Runaway Jury’, 2003)—, encontrándonos aquí con el mejor trabajo del por lo general invisible Padraic McKinley, apostando por un ritmo que hace olvidar algunas de las desfachateces del guión.

La historia posee prácticamente todos los elementos reconocibles en un thriller de acción. Da inicio con Statham como agente de la DEA infiltrado en una peligrosa banda para después irse lejos a un lugar en el que no pueden reconocerle, y así empezar una nueva vida tranquila al lado de su hija pequeña, papel a caro de una sonriente Izabela Vidovic. Pero ese nuevo lugar está lleno de gente rara, encabezados todos por el traficante estrella al que encarna un pasadísimo James Franco, que tiene comprado al sheriff del lugar —Clancy Brown, en otro apunte nostálgico—, una hermana de armas tomar —muy bella Kate Bosworth— y una novia absurda —delirante Winona Ryder—.

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De la sobriedad al delirio

Pasados y presente problemáticos unirán fuerzas para ponerlas las cosas complicadas al héroe de la película, un Statham que casi siempre cae bien en sus personajes, y que aquí demuestra su superioridad ante todo el mundo. Del mismo modo que habría hecho Stallone en sus años jóvenes, para eso el guión es suyo, no hay rival posible para un personaje experto en el combate cuerpo a cuerpo y armas por doquier. Un personaje del que se enamoró Dolph Lundgren, queriendo interpretarlo y afortunadamente para la humanidad no lo hizo. Ver repartir mamporros a Statham a diestro y siniestro es una gozada. Las coreografías de sus golpes se alían con el impacto de los disparos en un feliz retorno a los ochenta más sangrientos.

Incluso hay detalles de agradecer, como aquel en el que Franco, revolviendo en casa del héroe, encuentra información sobre el pasado del mismo. En cualquier otra película hablaríamos de archivos introducidos en un ordenador, y posiblemente se utilizaría a un hacker para encontrarlos. En ‘El protector’ es más sencillo. El ex-agente tiene todo archivado en cajas llenas de papeles, y Franco, cómo no, en un alarde de inteligencia con ayuda del destino, encuentra esa valiosa información que pondrá en peligro la vida de nuestro héroe cuando haga acto de presencia un comando de asesinos encabezado por el cada vez más emergente Frank Grillo.

El tramo final de la película es absolutamente delirante, con un James Franco como villano imposible de la función, mientras Winona Ryder parece no saber en qué tipo de película se encuentra, tomando decisiones ridículas. Con todos los excesos del film, acompañados de coincidencias increíbles, sumadas al nervio de algunas secuencias de acción, y cierta sobriedad en otros, ‘El protector’ no es un excelente film de acción, pero se disfruta en su justa medida; y más cuando posee ecos del western.

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