'Hello, My Name Is Doris': la madurez más adolescente de Sally Field

'Hello, My Name Is Doris': la madurez más adolescente de Sally Field

2 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
'Hello, My Name Is Doris': la madurez más adolescente de Sally Field

Con más trayectoria en el mundo de la televisión (donde ha escrito y dirigido varias series) que en el ámbito del cine (‘The Baxter’ fue su debut en la dirección en el año 2005, aunque ya había escrito guiones como el de 'Wet Hot American Summer' de 2002), el realizador estadounidense Michael Showalter nos presenta su segundo largometraje titulado ‘Hello, my Mame is Doris’, una simpática comedia protagonizada por la galardonada Sally Field.

Y a pesar de los evidentes e incómodos cambios tonales que atraviesa el film y de ciertas inconsistencias de caracterización, ‘Hello, my name is Doris’ resulta ser una convincente comedia dramática llena de momentos divertidos y en ocasiones bastante conmovedores acerca de la madurez una sexagenaria mujer que, a pesar de su edad, está pasando por uno de los momentos más complicados de su vida.

Colada como una adolescente

Max Greenfield

(Alerta, spoilers) A un mundo de distancia de la actuación que la caracterizó como 'Norma Rae' (1979) o como primera dama en ‘Lincoln’ (2012), Field ofrece aquí una interpretación muy convincente dando vida a Doris, una mujer de ojos grandes y saltones, muy introvertida pero con unos gustos bastante curiosos (por no decir horteras) a la hora de vestir: desde sus gafas de ojo de gato hasta los espantosos pañuelos que se pone en la cabeza la hacen lucir tan estrafalaria como adorablemente simpática.

La película da comienzo con un hecho traumático: Doris acaba de perder a su madre, con quien ha vivido y a quien a cuidado durante la mayor parte de su vida. Lo único que le queda es una casa llena de trastos en el suburbio de Staten Island en la que ambas vivían, un monótono trabajo en un oficina y un hermano (Stephen Root) que después de pasar de ellas durante años, aparece de repente con su pedante esposa para preocuparse por el devenir de Doris, quien parece necesitar un nuevo propósito para darle sentido a su vida.

Sin embargo, Doris parece no querer la ayuda de nadie. A su oficina acaba de llegar un nuevo director artístico llamado John Fremont —Max Greenfield, de la serie 'New Girl'—, un joven y guapo que en apariencia nada tiene que ver con ella. Tras tener un abrupto encuentro con él en ascensor, no puede evitar caer rendida a sus pies. Doris se enamora hasta las trancas, pero no es un amor tranquilo y maduro, sino una revolucionaria atracción más típica de una adolescente que de una mujer de su edad… Doris ya tiene en qué centrar su atención, no necesita más.

'Hello, My Name Is Doris': recuperando el tiempo perdido

Max Greenfield Y Slly Field

Dicen que no hay edad para el amor… y esa es la máxima en la que decide creer Doris, que inspirada por un seminario de autoayuda que imparte un gurú motivacional —interpretado por un breve Peter Gallagher ('American Beauty', 2000)— y por la nieta de 13 años (Isabella Acres) de su mejor amiga Roz (Tyne Daly), decide lanzarse a su conquista al tiempo que se permite dar rienda suelta a su imaginación a través de una serie de fantasías extravagantes… que se convierten en unos gags geniales.

Al final, Doris consigue la amistad y una especial atención por parte de John y como consecuencia ella empezará a ilusionarse creyendo que lo suyo tiene posibilidades de convertirse en una relación amorosa. A medida que la relación va evolucionando, el hermano de Doris, su mejor amiga y su terapeuta —Elizabeth Reaser, a la que hemos visto en films como 'Young adult' (2011) o la saga Crepúsculo— se muestran cada vez más preocupados por su estabilidad mental.

Sally Field ES la película

Hello My Name Is Doris1

Michael Showalter podría haber optado por utilizar únicamente la comedia como también podría haber optado por hacer un drama psicológico que indujese a la ansiedad, pero al final la cosa se convierte en una mezcla de ambas y ciertamente consigue mantenerse en equilibrio gracias a la solidez de Field, que nos ofrece una interpretación protagónica que se mueve entre la comedia y el drama, su personaje resulta tremendamente tierno pero en ocasiones también bastante desgarrador.

Es decir, Field consigue arrancarnos una sonrisa en determinados momentos (inolvidable la escena en la que está bailando en su casa al ritmo del grupo ‘Baby Goyas and The Nuclears Winters’) así como también nos llega a tocar la fibra sensible en otras escenas (impresionante discurso que le suelta a su hermano cuando tratan de que se deshaga de tantas cosas que acumula en su casa). Y es que no hay quien discuta su gran vis dramática… Además, en esta ocasión no tiene reparos en mostrar su edad y dotar a su personaje de una tragicómica sexualidad.

El resto de interpretaciones no están mal, pero se limitan a servir de apoyo al personaje central, porque sin duda la película no sería lo que es sin ella. Michael Showalter es bastante hábil dirigiendo a sus actores y sabe mantener bien el control sobre el guión que coescribió junto a Laura Terruso, un libreto que nos habla, a través de un personaje central, sobre ciertos temas como la soledad, el tiempo perdido, el arraigo innecesario o las diferencias entre generaciones.

Lo mejor: Sally Field. Algunas escenas resultan muy graciosas.

Lo peor: Que pueda verse como una "burla" de los más jóvenes hacia las personas más mayores.

Comentarios cerrados
Inicio