Jerry Goldsmith | 'Nido de águilas', de Delbert Mann

Jerry Goldsmith | 'Nido de águilas', de Delbert Mann

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Jerry Goldsmith | 'Nido de águilas', de Delbert Mann

Cuando hace dos años me dispuse a revisar 'El final de la cuenta atrás' ('The Final Countdown', Don Taylor, 1980), apuntaba en la entrada correspondiente que la cinta de ciencia-ficción que tantas horas de repetidos visionados había llenado en su momento, atesoraba una cualidad nada desdeñable de servir como vehículo publicitario al ejército estadounidense aunque no llegara a superar —decía también entonces— a lo tremendamente agotador que era aquello que podía verse en 'El motín del Caine' ('The Caine Mutiny', Edward Dmytryk, 1954) o aquello que Richard Donner ofrecía en su desangelada ópera prima.

Y hoy, a la luz de lo que ha arrojado éste 'Nido de águilas' ('A Gathering of Eagles', Delbert Mann, 1963) he de afirmar que cualquiera de las tres anteriores se queda muy por debajo de un filme que se pone por completo al servicio de las fuerzas aéreas yanquis para servir como descarado y muy prolongado escaparate de las virtudes del mismo, atendiendo a lo largo de su metraje a dar explicaciones del funcionamiento interno del SAC —el Strategic Air Command estadounidense— hasta tal punto que, más que una cinta dramática, parezca una producción pedagógica para instruir a los neófitos en el complejo mundillo de la defensa americana.

'Nido de águilas', descarado panfleto militarista

Un Nido De Aguilas 1

De hecho, si sólo atendiéramos a la trama "dramática" y elimináramos los momentos de mayor descaro publicitario acerca de la vida castrense y el funcionamiento de la base militar donde se desarrolla el 90% de la acción, lo que tendríamos sería un filme tan endeble, con una trama tan trillada y al uso y de tan poca entidad que ni siquiera por el hecho de venir protagonizado por Rock Hudson y Rod Taylor o estar dirigido por Delbert Mann, valdría la pena el esfuerzo de perder preciosos minutos en el visionado de tamaño despropósito.

Es más, considerado el metraje de forma global, sin dejar de lado nada de lo que nos propone, no es que el interés sea mucho mayor, y más que verse con curiosidad la cinta ha de soportarse en no pocos momentos debido a lo soporífero de su avanzar, al poco interés que despiertan todos sus personajes —que podrían ser más arquetípicos, pero sería complicado—, a lo anodino de todo lo que ofrecen las dos vertientes de la cinta, a unos diálogos que en uno y otro término se hacen fuertes en el calificativo de acartonados y a una dirección que no es capaz de "levantar el vuelo".

Un Nido De Aguilas 2

Ganador del Oscar por la inolvidable 'Marty' (id, 1955), y responsable de un par de las comedias que Rock Hudson protagonizó junto a Doris Day, Delbert Mann quería demostrar con 'Un nido de águilas' que podía alejarse del tono ligero y despreocupado de sus cintas más recientes y hacerse cargo de una producción seria. Pero no es así, y ni lo que el realizador plantea convence cuando su cámara se sitúa en el aire y sigue las diferentes secuencias a bordo de los B-52, completamente carentes de emoción, ni lo hace a ras de tierra al narrar el trasfondo humano que hilvana con poca fortuna el libreto de Robert Pirosh.

Ni siquiera, como apuntaba antes, la presencia de Hudson y Taylor sirve como justificación para aguantar las dos interminables horas de duración de la producción, y a lo mediocre de sus interpretaciones cabe añadir la nula química existente entre ambos y la protagonista femenina, una Mary Peach desubicada que no sirve más que de mero florero cuando, supuestamente, debería haber sido generadora de cierta tensión sexual derivada de una sub-trama que se vislumbra entre ella y el personaje de Taylor pero que fue eliminada en la sala de montaje, quitando así un posible punto a favor que podría haber ayudado a animar la función.

'Nido de águilas', la música

Un Nido De Aguilas 3

Suena a Goldsmith de la misma manera que siempre lo hicieron la totalidad de sus composiciones, sí, pero 'Nido de águilas' es, probablemente, uno de los scores menos inspirados y más genéricos de cuántos llegó a escribir el maestro. Bien es cierto que habiendo puesto su talento al servicio de seis producciones durante 1963 —de las cuáles todavía nos quedan dos por revisar— pedirle que todas estuvieran a cierta altura es exigirle demasiado incluso a alguien que en un mismo año será capaz de ofrecernos músicas como las que compondría en 1979 para 'Alien, el octavo pasajero' ('Alien', Ridley Scott) y 'Star Trek, la película' ('Star trek, the motion picture', Robert Wise).

Con tan sólo la edición de Varese Club de 2010 para dar cuenta de ese genérico talante que comento —este era uno de esos scores del que ninguna pista suelta había visto la luz hasta hace cinco años—, hay que admitir que aún careciendo de peso específico, si algo demuestra el trabajo de Goldsmith aquí es lo bien que siempre supo leer las necesidades musicales de cualquier producción: marcial y apoyada en un amplio uso de los metales, la partitura de 'Nido de águilas' carece no obstante de algún tema identificativo alrededor del cual orbite el resto, y dicha carencia, unida a lo estándar del conjunto, es lo que la convierte en uno de los trabajos más prescindibles del compositor.

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