'Lío en Broadway', el tibio regreso de Bogdanovich

'Lío en Broadway', el tibio regreso de Bogdanovich
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Desde el 2001, el legendario director neoyorquino Peter Bodganovich no había hecho una película para cine propiamente dicha: una comedia de esas de las suyas, ácidas, críticas, con encanto y con algo de ese estilo woodyalliano. Reconozco que soy una gran defensora de comedias tan divertidas como '¿Qué me pasa, doctor?' ('What's Up, Doc?', 1972) o '¡Qué ruina de función!' ('Noises Off...', 1992) y con su última película, 'Lío en Broadway' ('She's Funny That Way', 2014), todo apuntaba que volvía a los orígenes.

Y casi lo consigue con esta comedia coral protagonizada por un elenco excepcional, aunque se queda a medio camino al, quizá, tratar de repetir la fórmula de la comedia neoyorquina que bebía tanto de la clásica screwball comedy, caótica y llena de rápidos diálogos. Aunque lo nuevo de Bogdanovich funciona muy bien en su nuevo retrato sobre la lucha de sexos y reflexión sobre el matrimonio y las relaciones de pareja, una comedia a la vieja usanza que puede que haga que el regreso de Bogdanovich resulte bastante tibio.

Comedia de enredo en Broadway

Lío en Broadway

Con 'Lío en Broadway', Bogdanovich vuelve a adentrarse en el mundo del teatro, los actores y los directores -que tan bien contó en la fantástica '¡Qué ruina de función!'- y nos cuenta la historia de Liz, una prostituta que acude a la cita de un cliente un poco especial; se trata de Arnold Albertson, un famosísimo director aficionado a las chicas de compañía. Aparentemente, éste acaba rendido a los pies de Liz y le regala 30.000€ a cambio de que deje su trabajo y persiga su sueño de ser actriz.

Liz seguirá el consejo de su misterioso cliente y acudirá al casting de una obra teatral que está, sin ella saberlo, dirigiendo Albertson y en la que interpretará a una prostituta. Los dos personajes estarán de una forma u otra relacionados con la mujer del director, una psicóloga con muy mala leche, un detective privado patoso, un guionista calzonazos, un actor crápula o enamorado secretamente de la mujer del director...

Lo nuevo de Bogdanovich -que por cierto, tiene entre sus productores a Noah Baumbach y Wes Anderson-, funciona muy bien al principio,gracias a la presentación de su personaje principal, Liz, una famosa estrella de cine que está siendo entrevistada y habla sobre sus orígenes. Es la excusa para contarnos la historia, presentarnos al resto de personajes y a la vez, tirar lanzas sobre la hipocresía de la profesión del actor en cine.

Shes Funny That Way

Los personajes y a la forma en la que nos va dando la información se nos ofrece de forma acertada, divertida e irónica y al mismo tiempo de forma clara, y aún así, el espectador no tiene la sensación de ser tratado de tonto. Quizá sean sus rápidos e inteligentes diálogos, de esos que si no estás muy despierto te pierdes, lo que hace que nos demos cuenta de que estamos ante una comedia de enredo como las de antes, donde la lucha de sexos vuelve a estar a la orden del día.

A pesar de sus virtudes y buenas intenciones y la buena primera impresión, con 'Lío en Broadway' Bogdanovich no termina es que no consigue hacer que ninguno de sus personajes sea identificable, lo que puede resultar en que nos aburramos a mitad del metraje y sintamos que el ritmo decae a medida que la comedia se enreda, cuando debería ser totalmente todo lo contrario.

Por suerte, su excepcional elenco encabezado por Owen Wilson, Imogen Poots, Jennifer Aniston o Rhys Ifans, entre otros, consiguen que eso que al final parece todo un tibio regreso al cine tras 13 años de ausencia, termine siendo un cálido -su fotografía también se ofrece a ello- entretenimiento, inteligente, aunque algo anecdótico. Quizá esperábamos más garra y más bofetadas cómicas como las que nos daba en anteriores de sus obras, pero ¿quién sabe?

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