'Piratas del Caribe: La venganza de Salazar', la mejor entrega después de la original (crítica sin spoilers)

'Piratas del Caribe: La venganza de Salazar', la mejor entrega después de la original (crítica sin spoilers)

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'Piratas del Caribe: La venganza de Salazar', la mejor entrega después de la original (crítica sin spoilers)

Me lo pasé pipa con ‘Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra’ (‘Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl’) cuando llegó a los cines hace ya casi catorce años. De hecho, fue uno de esos casos en los que realmente me quedé con ganas de ver más aventuras de su protagonista, un antológico Jack Sparrow que incluso le valió una muy merecida nominación al Oscar a Johnny Depp.

El problema es que ninguna de sus continuaciones logró tan siquiera acercarse a la diversión que nos dio la primera parte, tocando además fondo con una cuarta que a mí me hizo desear que Disney jamás volviera a acercarse a ese universo. Sin embargo, los números cantan y este próximo viernes llega a los cines ‘Piratas del Caribe: La venganza de Salazar’ (‘Pirates of the Caribbean Dean Men Tell No Tales’), que, contra pronóstico, se ha convertido en la mejor secuela de la saga.

Recuperando el espíritu aventurero

Imagen Piratas Del Caribe La Venganza De Salazar

Hay muchas pegas que ponerle a ‘Piratas del Caribe: En mareas misteriosas’ (‘Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides’), pero la peor de todas es que era aburrida durante no pocas fases de su extenso metraje. Mi compañero Juan Luis llegó a referirse a ella como cine muerto, y no creo que estuviera muy alejado de la realidad, y es que no había nada en ella emocionante o que te enganchara, dando toda la sensación de estar hecha para amasar unos cuantos millones más.

Eso es lo primero que se ha corregido en ‘Piratas del Caribe: La venganza de Salazar’, donde su primer y mayor logro es que se recupera ese espíritu aventurero que tan bien había sabido exprimir Gore Verbinski en la primera entrega y que luego no terminó de saber administrar en las dos siguientes. Es cierto que no faltan algunos detalles demasiado convenientes o varios apuntes estúpidos del guion, pero todo es en aras de que prime la diversión -o de dar, al fin, cierre a algunas tramas o personajes-, por lo que uno se muestra más proclive a pasarlos por alto.

De hecho, ya se comentó en su momento que el referente que tuvo Jeff Nathanson para escribir el guion fue la primera entrega, algo que se percibe en varios aspectos, pero principalmente en el tono que luego potencian Joachim Ronning y Espen Sandberg. Lo que falta es esa novedad, sobre todo con Jack Sparrow, un personaje que ya había perdido toda su frescura. Aquí se recupera algo de lo que hizo que fuera un personaje mítico, pero sin llegar nunca a lo que fue.

Johnny Depp y las novedades del reparto

Johnny Depp Jack Sparrow

Ahí es donde entra en escena el agotamiento por la tendencia de Depp a abordar ciertos personajes como variantes de Sparrow, lo cual fue causando que su magia se quedase por el camino. No voy a decir que aquí la recupera por completo, pero sí que funciona mejor de lo esperado, no cayendo nunca en el temido agotamiento o la simple repetición, y regalándonos algunos momentos bastante divertidos.

A esa mejora de Sparrow también ayuda que se recupere una dinámica entre dos nuevos personajes que hasta cierto punto heredan los roles de Orlando Bloom y Keira Knightley en la primera entrega. De hecho, Brenton Thwaites es directamente el hijo en la ficción de Bloom y tengo que hablar de un gran acierto de casting, aunque por motivos cuestionables: Ambos son casi igual de sosos, pero hasta cierto punto eso es lo que se requiere de ellos.

Javier Bardem Salazar

Otro de los aspectos que recuerdan a la primera entrega es que cuenta con un personaje femenino central con iniciativa en lugar de ser otro ejemplo de la chica de la película. A decir verdad, Kaya Scodelario incluso supera a Knightley mostrando un desparpajo envidiable y mostrando sus mejores armas para convertirse en una estrella de Hollywood. No es una actuación merecedora de premio alguno, pero sí que te convence de que quieres volver a verla más allá de por ser bastante atractiva.

Sin embargo, la novedad clave de su reparto es un Javier Bardem que intenta jugar a lo mismo que Depp, es decir, andar en todo momento en la cuerda floja del ridículo absoluto. Lamentablemente no es tan hábil como para convertir a Salazar en un villano memorable y hay algún momento durante sus primeras apariciones que te hace pensar que va a acabar siendo lamentable, pero luego logra enderezar la situación, equilibrando la necesidad de ser temible con esos peligrosos excesos casi caricaturescos.

‘Piratas del Caribe: La venganza de Salazar’, un paso adelante

Imagen Piratas Del Caribe 5

Con todo eso -y mucho más, como una trama de corte más emocional un poco metida con calzador- tienen que lidiar Ronning y Sandberg en su primera experiencia al frente de un blockbuster, algo que podría haber salido mal de muchas maneras. No obstante, logran imprimir esa necesidad de espectáculo sin caer en lo innecesariamente aparatoso –un error que hizo bastante daño a las otras secuelas- y también hacen fluir la aventura y la historia sin que haya bajones de ritmo o interés.

¿Se podría hacer mejor? Por supuesto, pero esta no es una película en la que requerían de ellos dejar una marca personal, sino relanzar la franquicia, convenciendo a aquellos que nunca se bajaron del barco y reconquistando a los que ya se habían cansado de Sparrow y compañía. Eso lo logran, y de forma holgada, porque yo entré a verla sin querer saber nada más de la saga y salí de ella pensando que pueden contar conmigo para la sexta entrega. Ese mérito no se puede cuantificar por algunas escenas o decisiones concretas.

Más allá de eso, se agradece que sea la entrega más corta de la saga -y aun así supera las dos horas de metraje-, aunque podría haberse aligerado más -por mi parte hubiera prescindido de prácticamente todo lo relacionado con David Wenham, ya que solamente sirve para ampliar el metraje sin añadir nada relevante al conjunto-. Por cierto, el tan comentado cameo de Paul McCartney también se podría haber eliminado porque ralentiza la historia sin necesidad, pero es simpático y divertido, así que tampoco me voy a quejar demasiado.

En definitiva, ‘Piratas del Caribe: La venganza de Salazar’ no es una gran película y tampoco un entretenimiento de primera, pero sí cuenta una aventura lo suficientemente divertida para recuperar la fe en una saga que había dado claros síntomas de agotamiento. Se le pueden poner unas cuantas pegas a poco que quieras centrarte en eso, pero me lo pasé bien con ella y creo que cualquiera que busque simplemente eso también podría encontrarlo. Recomendable.

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