'Sin rodeos': Santiago Segura desperdicia la frescura del original chileno en un remake manufacturado y simplón

'Sin rodeos': Santiago Segura desperdicia la frescura del original chileno en un remake manufacturado y simplón

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'Sin rodeos': Santiago Segura desperdicia la frescura del original chileno en un remake manufacturado y simplón

Todo empezó con 'Sin filtro', comedia chilena dirigida por Nicolás López que se convirtió en un absoluto fenómeno generacional en su país. La vieron 1.200.000 espectadores y eso la convirtió en la segunda película más vista de la historia de Chile, solo superada por 'Stefan VS Kramer', dirigida y protagonizada por el popular comediante Stefan Kramer.

'Sin filtro' significó un antes y un después en la comedia mainstream chilena y eso hizo que desde los despachos de los estudios alguien decidiese exportarla al mercado hispanohablante. Así, en cuestión de poco tiempo, nacieron 'Una mujer sin filtro' en México, 'Re loca' en Argentina y 'Sin rodeos' en España; todas remakes del hit chileno y producidas por grandes grandes cadenas en cada país.

Aquí el conglomerado empresarial encargado de llevarlo a cabo ha sido Atresmedia, y el responsable de dirigir el cotarro ha sido un hombre de confianza de la empresa: Santiago Segura, colaborador de 'El Hormiguero 3.0', de 'Tu cara me suena', de 'Tu cara me suena mini', de 'Splash! Famosos al agua' o de 'Sabías a lo que venías'. Todos programas de Antena 3 y la Sexta.

¿Y qué tiene que ver todo esto con ‘Sin rodeos’? Resulta que la procedencia del film podría explicar una de las principales razones de por qué resulta una comedia fallida: es un producto manufacturado que forma parte de una cadena de montaje internacional. Una película que parece haber llegado hasta su director prácticamente como un producto de encargo, y que no se plantea ser nada más. Por eso se limita a copiar casi al milímetro la película chilena traduciendo algunos juegos humorísticos al localismo y a las estrellas mediáticas españolas.

'Sin rodeos' no es un film cuya autoría estuviese vinculada al imaginario cómico de Santiago Segura, como sí que ocurría en la saga 'Torrente' que cuenta con cinco entregas dirigidas por el susodicho. Y, sin embargo, su falta de alma, su concepción de producto manufacturado y medido al peso de la audiencia, es solo uno de sus problemas.

'Sin rodeos': chistes de la regla y blanqueo del acoso

Tal vez la prueba de fuego resultaba demasiado dura: de las seis películas que ha dirigido el popular humorista, esta es la primera que juega fuera de la liga 'Torrente'. Santiago Segura no parece haberse sentido tan cómodo fuera del chiste soez, de la comedia casposa y del reflejo rancio de la farándula del país (que perpetua la ranciedad por espectacularizarla).

Y eso parece haberse traducido en que al enfrentarse a una comedia amable, más relajada en su narración y en su discurso… los únicos chistes que funcionen son los que tienen que ver con penes, drogas y ambos juntos. 'Sin rodeos' se esfuerza constantemente en provocar situaciones cómicas que no llegan a explotar como gag original.

No existe atisbo de carcajada más allá de alguna breve intervención de Quique San Francisco, que interpreta a un vecino que lleva veinte años sin estar sobrio y se enfrenta al conflicto con un lema tan digno como: "Si el problema no tiene remedio, gramo y medio". Por otra parte, es innegable que su desarollo pretende narrar el proceso liberador de una mujer ahogada por el machismo renqueante de su entorno.

Sin Rodeos Maribel Verdu

Maribel Verdú parece haber conseguido el estatus de estar perfecta en cualquier papel que se le ponga por delante, prueba de ello son sus recientes interpretaciones en 'El faro de las orcas', 'Felices 140' o 'Abracadabra'. Su personaje, igual que en la última película de Pablo Berger, también es una mujer que se harta de soportar la imbecilidad ajena. Eso la lleva a enfrentarse a un marido que no hace nada en casa, al hijo que la trata como a una sirvienta, a su ex que la agasaja a emojis para reafirmar su masculinidad y a un jefe que no es más que otro Harvey Weinstein en potencia.

Pero esto, que a priori podría ser una urgente puesta a punto de la comedia patria, se aborda desde la más absoluta simplicidad: sin garra, sin mordiente, sin nada que moleste a nadie. Se traduce en una colección de personajes vacuos y poco creíbles que se portan con la protagonista como auténticos gilipollas constantemente. Se traslada en hombres que, el día que ella dice "basta", le preguntan si tiene la regla.

Tan manido está el discurso que a uno le choca profundamente que se hable de feminismo y, a la vez, se blanquee de forma descarada el acoso sexual laboral que lleva a cabo el personaje interpretado por David Guapo. No es de extrañar que, viendo como ha entendido y rodado el tema, Santiago Segura afirmase en una entrevista en Papel que "no es lo mismo ser un sobón que un acosador". En fin...

Sin Rodeos Cristina Pedroche

Más allá de sus problemas de discurso, que son discutibles y está bien que lo sean, resulta que estos también abundan en el plano formal. 'Sin rodeos' es un remake de etiqueta y embalaje hasta el punto de que no aporta una sola idea al material original de Nicolás López. Y no solo eso, la traducción localista del gag de la película chilena no termina de funcionar en ningún momento.

Parece que Segura quiera modernizarse haciendo chistes sobre instagramers e influencers pero lo hace desde una lejanía que no entiende el fenómeno, solo la parodia asociada a él. De ahí que estos se vehiculen mediante estrellas mediáticas como Cristina Pedroche que, de tan exagerada, resulta inverosímil.

Para entender mejor nuestros tiempos tal vez convenga un acercamiento cinematográfico a la inquina de 'Pantomima Full', más que la manida visión de 'Sin rodeos'. Para entender el hastío de la mujer trabajadora contemporánea, casi mejor escuchar lo que tienen que decir las mujeres que el día 8 de marzo harán huelga en nuestro país. ¿Y para reír? Cualquier comedia que, por lo menos, tenga algo de gracia.

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