'Venom': un ruinoso blockbuster del que sólo se salva Tom Hardy

'Venom': un ruinoso blockbuster del que sólo se salva Tom Hardy

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'Venom': un ruinoso blockbuster del que sólo se salva Tom Hardy

Lo que ha hecho Marvel con su universo de superhéroes tiene un mérito increíble. Sus películas gustarán más o menos, pero ha tenido la capacidad de construir algo que conecta entre sí de forma bastante natural y además ha conseguido que el público acuda en masa a verlas. Es lógico que los demás quieran seguir sus pasos, pero cuesta hacerlo cuando no tienes los ingredientes necesarios para hacerlo, algo que no ha impedido a Sony intentarlo.

Es verdad que Sony tuvo que llegar a un acuerdo con Marvel para relanzar una vez más a Spider-Man en la gran pantalla, pero también que el estudio llevaba un tiempo intentando explorar el universo del trepamuros a través de otros personajes. La primera consecuencia de ello ha sido ‘Venom’, una cinta con un guion desastroso y un director incorrecto para potenciar sus virtudes, que alguna tiene.

Hay muchos motivos para odiar la película

Escena Venom

Hay tantas cosas que no funcionan en ‘Venom’ que creo que lo más adecuado es intentar dar con la raíz de sus problemas e ir tirando. Lo primero que llama la atención es que la naturaleza del personaje poco menos que exigía una película orientada al público adulto que no se cortase lo más mínimo en términos de violencia y que también diera barra libre a su protagonista para usar un tipo de lenguaje poco presente en los blockbusters.

En la propia película se ve que se está intentando estirar al máximo los límites que imponen la decisión del estudio de recibir una calificación por edades más favorable en Estados Unidos, pero lo que eso provoca es un problema de tono tremendo, ya que por un lado no quiere ser una película de superhéroes al uso -ahí llama la atención que tanto narrativa como visualmente recuerda más a propuestas previas al nacimiento del universo de Marvel-, pero tampoco se decide a ser nada en concreto.

Ahmed

Eso lleva al guion a un callejón sin salida que además se potencia en un lamentable tratamiento de personajes. Es obvio que la estrella es Tom Hardy y que eso debía notarse, pero reducir a Michelle Williams a mera comparsa y la forma de abordar las motivaciones del villano son penosas -y mejor no hablemos del resto…-. Sobre esto último conviene apuntar que hay un par de momentos en los que Riz Ahmed parece que va a encarrillarlo, pero pronto naufraga todo.

Tampoco ayuda tener detrás de las cámaras a Ruben Fleischer, un realizador que nunca ha sabido cómo manejar una película para compensar sus debilidades. Tan pronto algo resulta espectacular como marea al espectador durante las escenas de acción, mientras que su manejo de la emoción, el suspense o cualquier cosa que se le parezca sí que es digno de situar a ‘Venom’ como uno de los puntos más bajos del cine de superhéroes reciente.

Pero ‘Venom’ también tiene algunas virtudes

Imagen Venom

Estoy convencido de que Tom Hardy es un gran actor y que cualquiera debería sentirse afortunado de poder contar con él en una película. Precisamente a él le debemos que no odiemos directamente a Eddie Brock antes de que comience realmente la acción. Aquí vuelvo al pobre tratamiento de personajes, ya que ‘Venom’ construye a su héroe como un cabezón un tanto despreciable que ni siquiera ayuda a una conocida cuando está en una situación de peligro.

Muchos actores hubieran sucumbido a ello y a nosotros ya nos daría igual que en realidad esté luchando contra un mal mayor, pero Hardy mantiene cierta cordura en todo esto precisamente hasta el momento en el que cree que se la ha ido la cabeza porque escucha la voz de Venom en su cabeza. Lo que de entrada parece el mayor disparate de todos acaba convirtiéndose, aunque a veces sea de forma no intencionada, en lo mejor de la función.

Williams Hardy

Esa dinámica que se establece entre Brock y Venom nos regala momentos bastante divertidos, a veces por cómo segunda reacciona ante la actitud del primero y en otros casos porque todo resulta tan ridículo que te acaba entreteniendo. Puestos a maquillar la personalidad del simbionte, casi hubiera agradecido que todo resultase ridículo, porque caminar entre dos tierras le sienta fatal.

Es cierto que no es para nada algo que esperase de una película de ‘Venom’, pero ahí está la diversión que la película nos había negado hasta entonces y depende de nosotros abrazarla y pasárnoslo bien o simplemente decir que menudo desastre estamos viendo. Luego llega la escena post-créditos y nos deja con curiosidad por lo que puede salir de ahí, pero, por favor, que cambien de director y guionistas si la secuela finalmente se hace. O que Sony apueste por un enfoque para adultos.

En definitiva, ‘Venom’ está en todo momento al borde del precipicio y tiene tantos puntos débiles que nunca jamás se la recomendaría a alguien, pero también hay algo ahí que acaba funcionando probablemente de forma accidental que evita que se hunda en la categoría de títulos como ‘Catwoman’. Pese a todo, la decepción es enorme para lo que pudo ser.

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