Tanta película seria hace que empecemos a necesitar un poquito de risa y de ternura para poder seguir adeltante con los dramas de la Sección Oficial, aunque si bien es cierto, este año no está siendo demasiado intenso. Por eso, la sexta jornada del Festival de Cannes se esperaba como agua de mayo por la proyección en sección oficial fuera de competición de 'Del reveés' ('Inside Out'), la nueva propuesta de Pixar, sobre la vida misma y con cierto toque feminista -parece que esta sí es la edición de las mujeres, al fin y al cabo-. La cinta, dirigida por Peter Docter, se veía después de la lentísima 'La loi du marché' de Stéphane Brizé.
Luego me voy hasta la Semana de la Crítica para ver una de sus proyecciones especiales, el primer largo como director del actor Louis Garrel con 'Les Deux Amis', un prometedor debut que le convierten en digno hijo de su padre. Aquí vamos con las películas del día de ayer:
'Del Revés' de Peter Docter
Había unas ganas tremendas de que 'Del revés' ('Inside Out') de Peter Docter, la nueva película de Pixar fuera una de las buenas, de esas llenas de alma, risas y ternura que son mucho más que una simple película de animación para niños. John Lasseter y su equipo lo han conseguido y su nueva película hizo reír, llorar, recordar la infancia y disfrutar como nunca a la prensa más dura y estricta. Nosotros incluídos, y es que 'Del revés' es una película sobre el paso de la niñez a la adolescencia, sobre madurar, sobre afrontar los problemas y los cambios y sobre todo, aprender de ellos para crecer y ser mejores personas. Y que cuenta con las soberbias voces de Amy Poehler, Bill Hader, Phyllis Smith o Mindy Kaling, entre otros.
Me llamaréis exagerada, pero es que en 'Del revés' se habla de la vida pura y dura de la forma más original: Riley debe dejar su ciudad natal para mudarse a San Francisco con sus padres y como todos, es guiada por sus emociones: Alegría, Miedo, Ira, Asco y Tristeza. Éstas, viven en Cuarteles Generales, el centro de control dentro de la cabeza de Riley, desde donde la ayudan y aconsejan a lo largo de su día a día. Ahora, deben adaptarse a su nueva vida, y aunque Alegría, la emoción principal, intenta mantener la calma y ser positiva, el resto de emociones choca y crea algo de caos a la hora de decidir como Riley debe afrontar su cambio de casa, de escuela y despedirse de sus mejores amigos.
Para ser felices, necesitamos a la tristeza y también al asco, la ira o el miedo. Necesitamos nuestros recuerdos tristes y alegres, nuestro subconsciente, nuestras ideas, nuestra imaginación, aunque sepamos que crecer supone perder muchos de ellos para siempre, para dejar hueco a lo que está por venir, cambiar, evolucionar auqneu eso suponga sufrir. Así es la vida, y esto es lo que nos cuenta lo nuevo de Pixar, con gags divertidísimos, personajes adorables y entrañables -¡quiero adoptar a Tristeza!-, la mezcla de todo el imaginario del estudio en una sola cinta y que además, reivindica el personaje de niña anti-princesa en las películas para niños. Toda una delicia, una auténtica joya.
'La loi du marché' de Stéphane Brizé
Stéphane Brizé compite por primera vez en Cannes con 'La loi du marché', una historia sobre el paro en Francia y la desesperación que puede llegar a ser no encontrar trabajo. En la cinta, Vincent Lindon da vida a Thierry, un hombre de 51 años que tras 20 meses de paro, comienza a trabajar como seguridad de un supermercado donde tendrá que hacer frente a un dilema moral. Thierry tendrá que considerar cuales son sus límites morales para conservar su trabajo. Cine social con todo lo que eso conlleva que no ha sido muy bien recibida entre la crítica en general.
Y es que quizá tengamos demasiado reciente 'Dos días, una noche' ('Deux jours, une nuit' de los hermanos Dardenne) que trataba esa desesperación y miedo al despido en nuestros tiempos de forma soberbia, directa y original. En 'La loi du marché', Brizé construye un relato costumbrista, lento y contenido que no cuenta nada nuevo ni se arriesga en denunciar la situación del empleo o el abuso de las empresas.
'Les Deux Amis' de Louis Garrel
Cuando uno proviene de una familia tan cinematográfica como la Garrel no extraña que el gusanillo por la dirección salga por algún lado. Hace unos días veíamos inaugurar la Quincena de los Realizadores con 'L'ombre des femmes' de Phillippe Garrel y ahora, le toca el turno al hijo, el actor Louis Garrel enseñar su debut en el largo tras varios interesantísimos escarceos en el cortometraje. Así llega, en proyección especial de la Semana de la Crítica, 'Les Deux Amis', un bonito y tierno relato sobre la amistad y el amor donde recupera al trío protagonista de su último corto: la iraní Golshifteh Farahani, el genial Vincent Macaigne y el mismo Garrel.
"Con que la película os divierta un poco, yo ya habré cumplido con mi objetivo". Así presentaba un nervioso Louis Garrel su debut en el largo, una cinta que terminó conquistando al público por su ternura, simpatía y a la vez ese toque surrealista y alocado, del amor que se vive con intensidad, como contaba Truffaut a través de su Antoine Doinel. En la cinta, Macaigne da vida a Clément, un melancólico figurante de cine, que está enamorado de Mona, vendedora de bocadillos en la Gare du Nord de París. Ella tiene un secreto que hace que sea misteriosa e impenetrable, pero Clément convencerá a su mejor amigo Abel para que le ayude a conquistarla. El único problema es que 3 nunca fue muy cómoda...
La amistad profunda, el amor prohibido y la traición son los temas centrales que trata la cinta de Garrel y lo hace de forma bonita, divertida, sin pedanterías -que muchos esperaban- y con cierto toque de nostalgia con claros guiños a la filmografía de su padre -se ve un rodaje que simula las revueltas de Mayo del 68- o una bellísima escena en la que el personaje de Golshifteh Farahani decide liberarse con un baile violento, seco, triste y sensual en una cafetería de madrugada ante la mirada del personaje de Garrel. Un debut prometedor, en el que Louis Garrel empieza a desarrollar su estilo y donde nos deja entreveer cuales serán los temas habituales en su filmografía que, esperamos, crezca con el tiempo.
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