'Juego de Tronos': 3 claves que Hollywood debería aprovechar

'Juego de Tronos': 3 claves que Hollywood debería aprovechar

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'Juego de Tronos': 3 claves que Hollywood debería aprovechar

Se acabó, de momento, y ahora toca lo peor: esperar un año. Ayer se emitió en España el 10º episodio de la 6ª temporada de ‘Juego de Tronos’ (‘Game of Thrones’), la famosa serie de televisión creada por David Benioff y D.B. Weiss, a partir de la saga literaria ‘Canción de hielo y fuego’ (‘A Song of Ice and Fire’) escrita por George R.R. Martin.

Una serie que ha terminado en la cumbre. Con los episodios ‘La Batalla de los Bastardos' (‘Battle of the Bastards’) y ‘Vientos de Invierno’ (‘The Winds of Winter’), dos joyas dirigidas por Miguel Sapochnik, quien lamentablemente no va a participar en la 7ª temporada. No sería de extrañar que pronto veamos su segundo largometraje tras la fallida ‘Repo Men’ (2010) y es que Hollywood debería tomar nota del éxito de ‘Juego de Tronos’ y aprender, entre otras, estas valiosas lecciones:

La fantasía da mucho juego

Desde los inicios, la fantasía ha alimentado la fascinación por el cine: nos da la posibilidad de ver cosas imposibles, criaturas y lugares extraordinarios, imágenes de ensueño y pesadilla, recreadas en una pantalla. Hollywood ha sacado tajada de sagas tan populares como ‘Star Wars’, 'Harry Potter' o ‘El Señor de los Anillos’ ('The Lord of the Rings'), historias increíbles que no se limitan a las reglas del mundo real.

Pero la industria es cobarde. Cada vez arriesgan menos. Los autores están hartos de lamentarse por las dificultades de sacar adelante un proyecto y, cuando ocurre, la creatividad es prostituida por el negocio. Los grandes estudios creen que la solución es centrarse en superproducciones y franquicias, marcas de éxito, de ahí que este año haya tantos blockbusters. Pero no hay espacio para todos en taquilla...

Tyrion con uno de los dragones

Cinco de los grandes fracasos de 2016 pertenecen al género fantástico: ‘Dioses de Egipto’ (‘Gods of Egypt’), ‘El cazador y la reina de hielo’ (‘The Huntsman: Winter’s War’), ‘Alicia a través del espejo’ (‘Alice Through The Looking Glass’), ‘Warcraft: El origen’ (‘Warcraft’) y ‘Mi amigo el gigante’ (‘The BFG’). Sólo los superhéroes acuden al rescate. ¿No es curioso que pase esto cuando ‘Juego de Tronos’ es la serie más popular del momento?

Al margen de otros aciertos, la serie saca partido al género. Hay brujas, muertos vivientes, gigantes, dragones, viajes en el tiempo... Y no son meros adornos. Pese al modesto presupuesto de la serie en comparación con las grandes fantasías de Hollywood, hay escenas espectaculares con estas criaturas, son recursos para asombrar al público. No hay nada nuevo, sin embargo, consiguen transmitir la sensación de ver algo extraordinario.

Los protagonistas son humanos, con todas sus consecuencias

Una de las principales críticas que se han hecho a ‘Warcraft’ es que Duncan Jones no se detiene en definir a sus personajes. He defendido la película como entretenimiento pero entiendo ese punto de vista; el director se centra en los orcos, da demasiado por sentado y pisa el acelerador cuando en este caso, que inicia una franquicia, era crucial identificarse con los protagonistas. Y para lograrlo, cuanto más humanos, mejor.

En ‘Juego de Tronos', los personajes principales son humanos y, si bien es cierto que el formato serie permite a sus narradores detenerse en los personajes, sus motivaciones son claras y entendibles (aunque no las compartamos, claro). En ‘El Señor de los Anillos’ comparten aventuras con elfos, enanos y hobbits PERO todos éstos se benefician de los rostros de sus intérpretes para reflejar sus emociones y actitudes; seguimos viendo a personas, no a criaturas mecánicas, generadas por ordenador o prótesis y capas de maquillaje.

Juego de Tronos

En ‘Harry Potter' o 'Star Wars’ pasa lo mismo: hay criaturas de toda clase pero, al final, los héroes con los que debemos identificarnos son seres como nosotros. Incluso Darth Vader, el villano por excelencia, resultó ser un padre arrepentido por tomar un camino que corrompió su espíritu, y que consigue redimirse en el último momento. Ese tipo de relaciones, contradicciones y sentimientos humanos son tesoros para atrapar al público, y en ‘Juego de Tronos’ lo saben.

Uno de sus personajes más carismáticos es Jaime Lannister, quien no duda un instante en tirar por la ventana a un niño y cuya motivación principal es el amor... por su hermana. Y no hablo de amor familiar corriente, no: tienen hijos. De hecho, follan junto a la tumba de uno de ellos. Lena Headey (Cersei) decía esto sobre el capítulo final: “Leí el guion con una amplia sonrisa. Todos van a estar horrorizados, entusiasmados y molestos al encontrarse del lado de Cersei durante un minuto”. Y es cierto. Disfrutamos de la fantasía que nos muestra la oscuridad del ser humano. ¿Quién no aplaudió la venganza de Arya Stark?

Cersei

Cierto es que en el cine de animación no tenemos problemas para identificarnos con animales o robots, aunque entramos en un terreno diferente, similar al de los clásicos cuentos de hadas que han entretenido a niños durante generaciones. Lo aceptamos con esas reglas. Dicho esto, la animación todavía no tiene el reconocimiento que se merece; no gana grandes premios y a menudo se reduce a divertimentos infantiles. Valoran más un drama con actores de carne y hueso.

Contenido para adultos

La clave de ‘Juego de Tronos’ que todavía no entienden en Hollywood es que necesitamos más historias para adultos y menos para adolescentes. Sin restricciones de edad. ‘Deadpool’ es una de las pocas adaptaciones de cómics producidas por los grandes estudios que recibió la calificación “R”, recomendada para mayores de edad; se convirtió en el mejor estreno del cine de superhéroes de 20th Century Fox (incluyendo la rentable saga X-Men). No fue suerte.

Y no se trata de crear una nueva moda, es evidente que hace falta más variedad. Los que no conectaron con la propuesta de ‘Deadpool’ redujeron el tema de la “R” a poco más que humor vulgar y provocación barata; va más allá, es libertad y naturalidad, pero aun dejándolo en eso parece que no entienden al público. A todos nos hacen reír los chistes malos, y los chistes verdes malos son todavía mejores. Porque los necesitamos. Tenemos que ser correctos y educados demasiado a menudo. Es un desahogo, disfrutar bromas o situaciones cómicas sin miedo a la censura.

Lyanna Mormont

Hollywood busca contentar a TODOS y no quiere escándalos (notorios) así que el “lenguaje inapropiado” es suficiente para reservar una película para adultos y recortar su alcance de público; por tanto, sus posibilidades de beneficio, y eso es sagrado en la industria. Con el sexo es algo parecido. Un pezón femenino, problema. Escenas gráficas, veneno. Puedes mostrar a Superman matando pero no fornicando, y tu película será apta para menores.

Las series pueden aprovecharse de la mojigatería de Hollywood y, ciertamente, ‘Juego de tronos’ lo hace. Hay sexo y sangre a raudales, los personajes hablan libremente, no hay una censura evidente (aunque existe, por ejemplo ocultando los genitales) y esto genera una sensación de libertad muy agradable y emocionante. Nunca sabes cómo te van a sorprender los guionistas. Una de las estrellas de la serie puede ser decapitada. O violada. Tu héroe puede ser un hijo de puta. Todo está permitido.

Daenerys

Y nos encanta. Por supuesto, la serie se beneficia de la (cruel) imaginación de Martin, giros inesperados y un estupendo reparto, pero todo eso sobra en Hollywood. Hay talento y medios. Sólo necesitan soltarse la melena.

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