'S#*!, my Dad says' tropieza con los padres de América

'S#*!, my Dad says' tropieza con los padres de América
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‘S#*!, my Dad says’, que es una de las novedades de la CBS para este otoño, ha chocado de lleno con una parte de la audiencia de Estados Unidos incluso antes de salir al aire, y es que el título les chirría a los padres que forman parte del Parents Television Council ya que les parece ofensivo. Por su parte, desde la cadena aseguran que con programar el chip de protección del menor que llevan las teles en EEUU desde finales del siglo pasado los niños están a salvo de la ofensa.

Y seguramente ambas posturas son respetabilísimas, ya que quizá un medio de comunicación de masas no es el lugar más indicado para explayarse soltando tacos ya desde el título… pero también es cierto que una de las maneras más eficaces de comunicar es emplear un código, un lenguaje, que sea fácilmente comprendido por los receptores del mensaje.

Por cierto, que hablando de comprensión del código, en el caso concreto de ‘S#*!, my Dad says’ los responsables de la serie se han cuidado de colocar una almohadilla y un asterisco para tapar la palabra original. Teniendo en cuenta que la cuenta de Twitter de donde parte todo el proyecto no emplea parche alguno y que el libro en el que se inspira la serie contiene únicamente un asterisco reemplazando una de las letras de la palabra malsonante, lo del título de la serie es un paso más, no sé si hacia la censura o hacia la politesse o bien un poco de ambas direcciones.

No me sorprende demasiado la reacción de los del consejo de padres en EEUU, ya que también en nuestro país de un tiempo a esta parte ha habido algunos sectores críticos contra la profusión de palabrotas en los diálogos de ciertas series españolas, aunque otra cosa sería decidir si la misma palabra “palabrota” es más taco que cualquier taco propiamente dicho, que todo es pensárselo.

Y, ya que estamos con títulos malsonantes y censurados, yo recuerdo un espectáculo de teatro titulado con las dos últimas letras de una palabra que podría ofender a los oídos más sensibles. En su momento (año 1984, creo) tuve el mismo debate interior: ¿eso era (y es) empobrecer las formas o simplemente hacerse eco de cómo habla la calle? ¿Aceptaríamos en España una serie de televisión con un título cargado de modismos malsonantes? En este caso no os voy a pedir ejemplos, no vaya a ser que alguien se sienta ofendido.

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