Es posible que su papel de Erin Grant en la, siendo justos, no demasiado lúcida 'Striptease' de Andrew Bergman, no haya sido el punto álgido de la carrera de Demi Moore en términos interpretativos —tampoco daba demasiado de sí el material con el que trabajó—. Pero su participación en el largometraje sirvió a la actriz para romper el status quo de la industria de mediados de los 90... y para embolsarse un buen pastizal.
Demi merecía cobrar Moore
Durante una entrevista en el pódcast 'The Interview' de The New York Times, Moore recordó la reacción negativa de buena parte de la opinión pública después de convertirse en la actriz mejor pagada del mundo tras cobrar la friolera de 12,5 millones de dólares, defendiendo la idea de que el contenido de la película fue el verdadero detonante.
“Bueno, con ‘Striptease’ fue como si hubiera traicionado a las mujeres, y con ‘La teniente O'Neil’ fue como si hubiera traicionado a los hombres. Pero creo que lo interesante es que cuando me convertí en la actriz mejor pagada, ¿por qué en ese momento se eligió acabar conmigo? No me lo tomo como algo personal. Creo que cualquiera que hubiera estado en la posición de ser la primera en conseguir ese tipo de igualdad salarial probablemente habría sido atacada. Pero como hice una película que trataba sobre el mundo del striptease y el cuerpo, me avergonzaron enormemente”.
Por aquél entonces, Moore estaba casada con un Bruce Willis que gozaba de una posición privilegiada en Hollywood, como mínimo en términos económicos. No obstante, y sin caer en la comparación de salarios, la actriz siempre creyó que era justo que el montante de sus cheques se igualase.
“No se trataba de compararme con él. Sí, vi lo que le pagaban. Era más una cosa de: ‘¿Por qué no debería hacerlo [cobrar lo mismo que él]? Si estoy haciendo la misma cantidad de trabajo, ¿por qué no debería?’ Y no es diferente de cuando hice la portada de Vanity Fair estando embarazada. No entendía por qué era tan importante, ¿por qué las mujeres cuando estaban embarazadas necesitaban ser ocultadas? ¿Por qué tenemos que negar que hemos tenido sexo? Ese es el miedo, ¿no? Si muestras tu vientre, significa, ¡Dios mío, has tenido sexo!”.
Anteriormente, hablando con Variety, también reivindicó la importancia de su logro, considerándolo como un hito que cambió "las reglas del juego para todas las mujeres".
“Fue tan importante para mí porque no se trataba solo de mí; se trataba de cambiar las reglas del juego para todas las mujeres. Pero, como estaba interpretando a una stripper, traicioné a las mujeres. La narrativa rápidamente se convirtió en: ‘Bueno, solo está cobrando esa cantidad porque está interpretando a una stripper’. Me afectó mucho. Pero al mismo tiempo, entendí que cualquiera que se atreva a ser el primero recibirá el golpe. Eso vale para cualquiera que desafíe el statu quo”.
28 años después, Demi Moore sigue petándolo con 'La sustancia' de Coralie Fargeat, que llegará a nuestros cines el próximo 11 de octubre después de poner patas arriba el Festival de Cannes.
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