La historia de Criterion: la distribuidora que restaura cada película de cine como si fueran piezas de museo

La historia de Criterion: la distribuidora que restaura cada película de cine como si fueran piezas de museo

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La historia de Criterion: la distribuidora que restaura cada película de cine como si fueran piezas de museo

La restauración de obras de pintura, arquitectónica, escultura... Es un arte necesario para preservar nuestra cultura en muchos aspectos, ¿pero qué hay la del cine? Muchos negativos de películas se han ido deteriorando con el paso de las décadas, o han desaparecido directamente.

Por suerte, hay gente que lucha para preservar ese cine, y además traérnoslo en formato Blu-ray en la máxima calidad: The Criterion Collection.

Lo más usual es que en este lado del charco sea poco conocido. Solo distribuyen películas en Estados Unidos y recientemente Reino Unido, pero desde hace más de 35 años The Criterion Collection se encarga de distribuir películas a domicilio, pero no cualquier cine sino toda obra que consideren relevante para el mundo cinematográfico.

Entre sus hazañas más conocidas, consiguieron recuperar "La pasión de Juana de Arco" (1928), un hito del cine que se creía perdido durante décadas después de un incendio que destruyó el negativo maestro y sólo estaban disponibles variaciones de una segunda versión. Se encontró de casualidad una copia de la versión original en el Hospital Dikemark de Oslo en 1981 y The Criterion Collection adquirió el negativo para restaurarlo completamente.

Esta es una de las muchas historias que tiene la distribuidora a domicilio que se ha convertido en el referente más importante en restauración de cine.

Los inicios de Criterion: cuando los estadounidenses empezaron a interesarse por el cine internacional

Para entender el éxito de The Criterion primero debemos conocer el contexto en el que nació. Tiempo atrás, Janus Films fue la empresa que la precedió. Bryant Haliday y Cyrus Harvey Jr., sus fundadores, se dedicaban a proyectar películas estadounidenses y extranjeras que consideraban obras de gran valor para el cine, alternativas al momento, en el teatro Brattle Theater, en Cambridge, Massachusetts, antes de crear la empresa. Con estas sesiones llegaban a llenar los 300 asientos de la sala.

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Abrieron al público norteamericano directores internacionales como Michelangelo Antonioni, Sergei Eisenstein, Ingmar Bergman, Federico Fellini, Akira Kurosawa, François Truffaut o Yasujiro Ozu. A medida que realizaban las proyecciones pudieron descubrir que esta clase de cine causaba interés entre los más cinéfilos.

Al ver la buena acogida de este cine, ambos se mudaron a Nueva York y comenzaron a administrar la 55th Street Playhouse, un pequeño cine de 253 asientos situado en Manhantan, conocido también como Europe Theatre. En 1956 fundaron Janus Films, la cual vendieron diez años después.

Pasó un paréntesis hasta que nació The Criterion Collection, fundada por Robert Stein, Aleen Stein y Joe Medjuck. La idea era trasladar ese cine alternativo de las salas a un consumo doméstico. La empresa nació cuando se fundó Voyager Company, otra compañía dedicada a la producción de CD-ROMs, lo cual les proporcionaba el medio por el que distribuir su cine. Posteriormente readquirieron Janus Films. Fueron una especie de "herederos" de ese amor por el cine, y su distribución. El primer formato en que Criterion comenzó a formar su catálogo fue con el extinto LaserDisc.

Desde 1984, The Criterion Collection se dedica a distribuir películas clásicas y contemporáneas de todo el mundo mediante correo. Su objetivo es restaurar las películas de la forma más respetuosa y fiel a la idea del creador posible, con la visión que lo plantearon los directores originalmente.

Mark Hurne, cinéfilo y tertuliano en varios podcasts sobre cine y The Criterion Collection, con el que contactamos para que nos contara más sobre la historia de la distribuidora, nos explicó que el formato de LaserDisc es lo que definitivamente hizo que el público se fijara en ellos, pues fueron los primeros en agregar contenido extra aparte del propio film en el disco. Al tener este formato un espacio más grande que el CD-ROM habitual, se les ocurrió la idea de rellenarlo con más contenido aparte de la película. "Se convirtieron en los reyes del LaserDisc, definitivamente fue un buen punto de partida para la compañía".

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Ejemplares de Laserdisc de The Criterion Collection

Aaron West, licenciado en Historia y Estudios Cinematográficos, y fanático casi desde los inicios de The Criterion Collection, también tertuliano con Mark, apoya que el ser los primeros en incluir comentarios y otros contenidos extras les hizo ser muy bien reconocidos dentro de la comunidad. Pero definitivamente el Blu-ray dio un gran impulso a la compañía.

Las distribución de los LaserDisc fue muy modesta (aunque muy querida por los cinéfilos) hasta que en los noventa llegó el formato DVD. El consumo de cine doméstico en Estados Unidos aún no despuntaba, pero siguieron creciendo, pasaron de los DVD a los HD-DVD y después al Blu-ray en 2008, al ser el soporte de mayor calidad hasta ahora.

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Con la llegada del Blu-Ray llegó la actualización de su biblioteca, lo cual hizo que mucha más gente se interesara por The Criterion Collection.

La clave de su supervivencia es "mantener su marca, seguir siendo sinónimos de cine de calidad", nos explica Aaron. The Criterion no trata de vender lo que es más popular, sino lo más valioso, y eso es un gran factor para la mentalidad coleccionista.

El consumo de las películas ha cambiado en el siglo XXI, desde cines a soportes físicos y ahora los servicios de streaming, cada vez más en alza. The Criterion ha conseguido sobrevivir gracias a la veneración que tiene por cada obra que producen con sus remasterizaciones y contenido extra. Pero vayamos punto por punto de la clave de su éxito.

Su catálogo: garantía de que te vas a consumir buen cine (y relevante en cualquier aspecto)

Su objetivo es reflejar la amplitud del arte del cine, lejos de ser restrictivos o snob seleccionan desde autores clásicos, hasta éxitos de taquilla de Hollywood o una película de terror B.

Todo lo que buscan es que cada película de la colección sea una película ejemplar de este tipo, como ellos mismos indican desde su plataforma. Esther Miguel Trula, colaborando como periodista cinematográfica en medios como Magnet o Espinof, nos explica que "su criterio de selección es lo que se conoce como política de autores que promulgó la Cahiers Du Cinema en los 60".

La política de autores consistía en que los críticos de Cahiers pretendían otorgar a diversos directores de Hollywood la categoría de "autores", distinguiéndolos del resto de sus colegas, que eran calificados por contraposición como simples "artesanos". Era el inicio de elevar el cine a categoría de arte y no solo simple entretenimiento.

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Eso sí, el catálogo quizás no abarque todas las películas que les gustaría. Como bien explica Esther, de "esas 1.300 películas hay muchísimo material bueno, pero dependerán de su presupuesto y del acceso a los materiales de ese “cine de autor”, si les quieren ceder los derechos de distribución o si encuentran copias en buen estado".

Para su gusto, faltan películas "tempranas de MGM, autores franceses que empezaron hace un par de décadas (Claire Denis o Leos Carax) Y tienen un gran vacío con el cine asiático (por ejemplo, nada de Tsai Ming-Liang, Hou Hsiao-Hsien, sólo una peli de Apichatpong Weerasethakul)". También están escasos en cine portugués, solo tienen a Pedro Costa, ni tienen casi nada de Ford, Almodóvar o Epstein, nada de Jonas Mekas, no tienen Metrópolis de Fritz Lang... En definitiva, "no sirven como único referente cinéfilo".

Javier Blázquez, también periodista, colaborador mayoritariamente de El Mundo, y buen conocedor del catálogo de The Criterion, destaca que a pesar de ello, lo más admirable es que dentro de su catálogo no hay "relleno". "Las películas que han publicado son importantes por diferentes motivos, ya sea porque son clásicos indiscutibles, películas de culto o clásicos menores, y en eso no hay ninguna productora que pueda rivalizar con ellos".

Otro punto de desventaja es que no disponen de otro subtitulado que no sea en inglés, por lo que el acceso a ese catálogo queda restringido a todo aquel que tenga conocimiento del idioma. La razón es porque cuando adquieren los derechos de publicación de una película solo lo hacen en su idioma original, o su versión en inglés.

Estandarizaron el uso de las letterbox

Son las dos barras negras (también llamadas mattes) en la parte superior e inferior en cada fotograma de la película para poder ver la imagen como en el cine. Su uso no estaba normalizado cuando comenzaron la empresa. "En Estados Unidos se hacía un recorte, llamado “pan and scan”, por el cual las televisiones, cuadradas en aquel entonces, emitían sólo un fragmento de la película recortando a los lados", nos explica Esther.

Al principio muchos DVDs se distribuían así, en “pan and scan”, y The Criterion Collection fue de las primeras distribuidoras en lanzar los DVDs con letterbox, intentando que fuera lo más fiel al cine posible, y estandarizó su uso en el consumo de cine doméstico.

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Son referentes en el uso de contenido extra para el consumo de cine doméstico

Como decíamos antes, al empezar a distribuir las películas en LaserDisc, formato permitía incluir más contenidos a parte de la película en sí, The Criterion Collection decidió probar con meter contenido extra.

Sus dos primeras películas en incluirlos fueron Ciudadano Kane y King Kong. Durante el proceso de selección de contenidos para acompañar King Kong se les ocurrió que podían aprovechar que tenían a mano al cinematógrafo Ronald Haver para que hable de la película y grabar sus comentarios a medida que veía la película. Esa fue la primera vez que se realizaba un "comentario de director" en una película como lo conocemos hoy.

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A ello le debemos sumar los "detrás de las cámaras", metraje extra, escenas eliminadas, trailers, documentales... The Criterion exploró varias posibilidades de inclusión de contenido extra, hasta se llegó a llamar sus ediciones "escuelas de cine en cajas" debido al gran valor añadido que añadían a la película. Se preocupaban no solo de que fuera entretenido, sino relevante y didáctico para el espectador.

Es un aporte muy significativo al mundo del consumo de cine doméstico, pues posteriormente se estandarizaría. The Criterion Collection es el equivalente a las ediciones especiales de libros, "con críticas bien anotadas", como dice Javier Blázquez, "con introducciones clarificadoras y un aspecto exterior exquisito". Otro punto anotado para la distribuidora.

Sus restauraciones de películas son estándar de la más alta calidad

Pero sin duda lo que más destaca de The Criterion es su proceso de restauración de películas, tanto a nivel visual como de audio. Son de tan alta calidad que los cinéfilos la consideran prácticamente como la versión final de la película.

El proceso de restauración tiene varios pasos. Primero buscar el negativo que se encuentre en mejores condiciones. Luego se realiza el escaneo cuadro por cuadro del negativo para transferirlo a digital. Una vez digitalizado se corrige el color, la imagen, el sonido, se elimina la suciedad y los arañazos.

Dependiendo de la condición en la que se encuentra el negativo original, la restauración puede tardar desde un par de semanas a un semestre, pues con su propio software se revisa cuadro a cuadro que no tengan imperfecciones.

La dirección de arte es exquisita a la hora de rehacer las portadas

Una vez que se tiene lista la obra digitalizada, el director de arte de The Criterion, Eric Skillman, conceptualiza y rediseña las portadas, ya sea renovando la composición del original o con una ilustración totalmente nueva. Hace que las portadas tengan un aire totalmente renovado y sean mucho más atractivas, dignas de colección. Fue un gran fichaje realizado en 2002 por parte de The Criterion.

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Estas portadas buscan reflejar de la forma más fidedigna el espíritu de la película, y Skillman es capaz de sintetizar la idea hasta crear estas obras de arte hechas portadas. Otro punto que demuestra que The Criterion se preocupa hasta el máximo detalle en cuidar y venerar las películas que eligen distribuir.

El streaming: la competencia que hace peligrar al cine en soporte físico

La primera vez que The Criterion se asomó al mundo del streaming fue con Filmstruck, con catastrófico resultado. Filmstruck fue un servicio de streaming que nació de la alianza entre Turner Internacional y Warner Bros Digital Networks, por eso basaba su oferta en títulos de Warner, pero además cerró un acuerdo para distribuir online el catálogo de The Criterion Collection.

Fue abierto al público español el 13 de junio de 2018, pero el 29 de noviembre cerró de forma definitiva, por lo que no pudimos disfrutar ni medio año de este servicio. Por lo visto, la decisión fue por parte de Warner, que empezó a realizar recortes en distintos ámbitos de su negocio para centrarse en el entretenimiento de masas, más que de nichos.

Aaron West, desde su punto de vista, entiende que Filmstruck en realidad sí que tuvo éxito, aunque fuera solo en el nicho de los cinéfilos, por lo que las suscripciones no eran demasiado altas. Pero "demostró que existe un mercado para un servicio de transmisión de este tipo".

No se han publicado números, pero Aaron sospecha "que no cerró porque no generara dinero, sino simplemente querían dedicar los recursos a un servicio más amplio y más convencional", como comunicó de hecho la propia empresa.

"Si Criterion aprendiera algo, podría ser que no deberían haber confiado en uno de los mega estudios para proteger su servicio. Esa puede ser la razón por la que ahora han decidido hacerlo solos y lanzar su The Criterion Channel sin una asociación", concluye. Pero esto no significa que The Criterion se diera por vencida con el streaming. Han anunciado la puesta en marcha de una nueva plataforma tras firmar un acuerdo con WarnerMedia: The Criterion Channel.

Eso sí, el servicio de streaming solo va a estar disponible en territorio estadounidense, aún no se sabe si se expandirá hasta Europa. Tendremos que ver el acogimiento que tiene entre su público de allí y si se contagia al resto de países.

En una entrevista que concedió Peter Becker, el director de The Criterion Collection, a Observer lo dejó claro: su objetivo principal es el Blu-ray actualmente, formato que más calidad puede proporcionar a la hora de consumirlo de forma doméstica, pero el streaming abre la puerta a que puedan publicar películas que en físico no tienen derecho a distribuir, pero online sí. Así que próximamente veremos si este giro a su modelo de negocio será bien acogido y sobrevivirá frente a un mundo de entretenimiento de "comida rápida". Tendremos que confiar en los más cinéfilos.

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