'Berberian Sound Studio', sórdido viaje a los infiernos

'Berberian Sound Studio', sórdido viaje a los infiernos

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'Berberian Sound Studio', sórdido viaje a los infiernos

Hace ya un tiempo que en España empieza a ser habitual que no llegan a estrenarse películas en otras épocas hubiéramos visto más temprano que tarde. Está claro que eso es una señal preocupante de la salud de la exhibición en nuestro país, pues algunas se quedan en una especie de limbo infinito, mientras que otras acaban llegando a las salas -o directamente en formato doméstico- con varios añas de retraso y por la puerta de atrás.

‘Berberian Sound Studio’ es uno de esos últimos casos, ya que su estreno mundial se produjo en agosto de 2012 y no fue hasta el pasado 22 de julio cuando llegó a España, apenas una semana después que ‘The Duke of Burgundy’, con la que comparte a Peter Strickland ejerciendo como director y guionista. Es evidente que no se trata de una propuesta demasiado comercial, ya que se centra en la atmósfera por encima de todo, donde sobresale, aunque a cambio presenta otras debilidades.

El sonido del terror

Toby Jones Berberian Sound Studio

Siempre he tenido una gran debilidad por las películas en las que, de una forma u otra, se aborda el propio mundo del cine. En el caso de ‘Berberian Sound Studio’ tenía una curiosidad especial al situarse en un estudio de grabación de sonido para un giallo en una época en la que este subgénero italiano estaba en pleno apogeo. A eso le añadimos una atmósfera que va enrareciéndose cada vez más y nos queda… una mezcla desigual que te tiene que fascinar por completo o de lo contrario irá perdiéndote progresivamente.

Los primeros minutos se centran en lo desubicado que está el protagonista -impecable Toby Jones sabiendo en todo momento cómo transmitir lo que Strickland busca de su personaje- tras su llegada a un estudio de sonido italiano, ya que él esperaba trabajar en un tipo de película muy diferente -algo ecuestre y no una sórdida película de terror-. Eso unido a la peculiar burocracia para que le reembolsen el dinero de sus billetes va asentando esa rareza que no dejará de ir a más.

Tonia Sotiropoulou Toby Jones Berberian Sound Studio

Como era de esperar, Strickland potencia la creación de sensaciones a través de los sonidos, perfilando de forma paulatina una angustia sensorial que nos sitúa en la posición de su protagonista. Además, la película refuerza eso también en lo visual a través de una gran abundancia de planos detalle, en su mayoría centrados en mostrarnos la forma de imitar una serie de sonidos para introducirlos en la cinta de terror que están rodando, pero que también hacen acto de presencia más allá de eso.

Ya pronto nos queda claro que el homenaje al giallo es en realidad una excusa para optar por la deconstrucción narrativa, aunque no en la línea de ‘Amer’, que también tomaba dicho subgénero para reducirlo por completo al homenaje sensorial, sino como punto de partida para mostrar el deterioro psicológico del personaje interpretado por Jones. Es ahí donde llegan los problemas, ya que cuando se centran en su trabajo, como en la escena del apagón, yo estaba más que satisfecho.

Los problemas de ’Berberian Sound Studio’

Escena Berberian Sound Studio

Tomemos por un momento como base las cartas que recibe de su madre, las cuales van enrareciéndose hasta ser la referencia más clara de su desconexión de la realidad -o al menos de la realidad que se nos estaba vendiendo-. Personalmente, me parece un recurso un tanto pobre, e incluso un tanto perezoso por parte de Strickland al mostrarnos literalmente las cartas. Puede que así quisiera reforzar nuestra identificación con Jones, pero lo que hace es romper con ese brillante acabado técnico del que hace gala ‘Berberian Sound Studio’.

Volviendo a ello, no hay problema en señalar en que es además el elemento más obvio en lo narrativo, por lo que usarlo para conseguir esa ruptura es una decisión más que razonable. El problema es que ese sórdido descenso a los infiernos muestra varias torpezas para establecer la evolución de su protagonista, cayendo en lo demasiado obvio al principio para luego convertirse en críptico y un tanto confuso.

Imagen Toby Jones En Berberian Sound Studio

Es cierto que la reflexión que busca Strickland sobre el poder vampirizante del cine y los laberintos de la mente humana es bastante atractiva y que realiza un esfuerzo impresionante para que los elementos técnicos encajen y potencien ese objetivo, pero en su desconexión de lo narrativo corre el riesgo de perder al espectador, pues con anterioridad ya había dado varios pasos en falso, evitando así que uno pueda sentir una fascinación irrefrenable por lo radical de la propuesta.

¿Qué nos queda entonces? Grandes ideas muy bien respaldadas desde la puesta en escena, la cual casi parece más pensar en el David Lynch más retorcido que en el giallo, quedándose al final en un punto intermedio algo desconcertante y que a mí no terminó de encandilarme -y eso que la música también encaja como un guante-. Al final es Toby Jones quien logra evitar que el embrujo se rompa por completo, pero su magia es limitada y simplemente consigue que uno nunca desconecte del todo.

En definitiva, ‘Berberian Sound Studio’ es una película en la que Peter Strickland demuestra saber perfectamente qué es lo que quiere conseguir y, salvo por algunos detalles, lo eleva al máximo en los apartados técnicos, pero las torpezas de su guion evitan que la experiencia sensorial en la que acabe convirtiéndose logre su objetivo y no me sorprendería que algunos lleguen a aburrirse. En mi caso no fue tanto, pero tampoco se quedó lejos durante algunas fases.

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