'Cazador de demonios': sangrienta diversión al servicio de un desvergonzado Dolph Lundgren

'Cazador de demonios': sangrienta diversión al servicio de un desvergonzado Dolph Lundgren

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Cazador De Demonios Cartel

La carrera de Dolph Lundgren está plagada de títulos que han pasado inadvertidos para el gran públicos, sobre todo en lo que llevamos de siglo XXI, pues lleva mucho tiempo viviendo de la gloria de tiempos pasados. Eso le ha llevado a participar ocasionalmente en títulos de perfil más alto como la trilogía de ‘Los mercenarios’, pero lo habitual son producciones encaminadas a los fans más acérrimos del cine de acción a la antigua usanza.

Por mi parte, he de confesar que no le he seguido mucho la pista -recuerdo haber visto ‘Poli de guardería 2’ y pensar que no era tan mala, pero de ahí a dejarme con ganas de más...- y por eso ignoré en su momento ‘Cazador de demonios’, una comedia de terror firmada por Mike Mendez que pudo verse en el Festival de Sitges de 2016. Este pasado Halloween decidí recuperarla y me encontré con una película muy divertida en la que el actor aprovecha al fondo sus virtudes.

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Con las ideas claras

Escena Cazador De Demonios

Lo primero que conviene aclarar de la película es que su título original, que en español se traduciría como “No lo mates” define mucho mejor a ‘Cazador de demonios’. El motivo de ello es que la película presenta un escenario en el que un demonio posee a la gente y va asesinando gente sin parar hasta que él mismo es asesinado, pero es que entonces pasa al cuerpo de su ejecutor, haciendo que neutralizarlo sea poco menos que imposible. Vamos, una especie de variante de 'Fallen'.

Esto es algo que Mendez muestra con gran acierto en su violentísimo prólogo, una carta de presentación ideal para llamar la atención del espectador antes de plantear la historia en sí misma. Es ahí donde hace acto de presencia Lundgren como Jebediah Woodley, un cazador de demonios que viaja al pueblo en el que la criatura infernal está sembrando el caos, situación que ha llamado la atención del FBI, por lo que ha mandado una agente que se crió allí a la localidad.

Es entonces cuando ‘Cazador de demonios’ pone todas las cartas encima de la mesa, apostando por un enfoque totalmente desvergonzado para la historia, primero a través del personaje de un Lundgren algo pasado de vueltas pero que sabe muy bien lo que la película requiere de él, una mezcla de presencia, actitud macarra y vis cómica. No creo que sea un gran actor, pero aquí está estupendo en un personaje que ya debería haber vivido muchas más aventuras.

Sin vergüenza alguna

Dolph Lundgren Cazador De Demonios

Además, Mendez abraza esos excesos desenfadados que definen a su protagonista optando por dar un toque exagerado a todas las muertes, potenciando así el lado más lúdico-festivo del relato. Y es que cualquier cosa que se pareciera a un enfoque serio para el libreto de Dan Berk y Robert Olsen hubiese sido un error mayúsculo. Es cierto que eso lleva a que su lado más terrorífico sea algo más anecdótico que cualquier otra cosa, pero ya de entrada se nos marca el tono que va a tener la película y a partir de ahí nunca decepciona.

Eso lleva a que uno acepte como algo natural que las fuerzas de la ley no valoren como un simple disparate que alguien aparezca diciendo que es todo obra de un demonio, porque incluso ahí dan un poco de margen para que lo asuman. Sí que puede ser un poco conveniente el interés del demonio en la agente del FBI, pero no deja de ser un paso necesario para dar más entidad a la historia en lugar de ser un villano infernal sembrando el caos con Lundgren intentando atraparlo.

Otro buen detalle es que todo suceda en un pueblo muy religioso, mostrando ellos un mayor escepticismo que la policía al respecto, lo cual lleva a una orgía de muerte y destrucción en una de las mejores secuencias de todo ‘Cazador de demonios’. Ahí es donde Mendez deja aún más claro que aquí hemos venido a pasárnoslo bien y que ninguna limitación -la película hubiese agradecido un presupuesto más generoso, que no costó ni un millón de dólares- va a ser un impedimento para conseguirlo, ya que se compensa con una absoluta falta de vergüenza.

En resumidas cuentas

No voy a exagerar diciendo que ‘Cazador de demonios’ es una joya, pero sí que es un entretenimiento de lo más recomendable, una película con las ideas muy claras que sabe cómo conseguir que lo pases de miedo viéndola. Si buscáis algo así, no dudéis en darle una oportunidad, que tampoco abundan propuestas así que merezcan la pena.

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