'Crazyhead': la fórmula 'Buffy' sigue funcionando

'Crazyhead': la fórmula 'Buffy' sigue funcionando

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'Crazyhead': la fórmula 'Buffy' sigue funcionando

Está claro que hay fórmulas televisivas que no mueren. La del grupo de personas, adolescentes o no, con superpoderes o no, que se enfrentan a un grupo de seres sobrenaturales sigue funcionando. Vampiros primero, luego se pusieron de moda los zombis, ahora parece que lo último son los demonios. El rastro originario de 'Buffy Cazavampiros' puede seguirse en series como 'Supernatural', mutó en direcciones muy distintas como 'The Walking Dead' y ahora se pueden encontrar trazas del show de Joss Whedon en 'Ash vs. Evil Dead' o 'Preacher'.

Cada una a su manera, claro, con referentes más o menos obvios, cargando las tintas en el humor, el terror o las relaciones entre personajes, pero a veces asombrosamente afines y dependientes del esquema de 'Buffy cazavampiros' (que Whedon, como incansable lector de tebeos de superhéroes, tampoco se sacó de la nada).

El último ejemplo de cómo la plantilla de 'Buffy' aún colea y funciona viene de Reino Unido. Concretamente, de 'Crazyhead', una serie originariamente lanzada por E4 (canal juvenil de Channel 4) y ahora distribuida internacionalmente por Netflix.

'Crazyhead' cuenta las peripecias de un par de jóvenes que tienen la habilidad de ver demonios que el resto de la gente percibe como personas normales. Amy (Cara Theobold) acaba de descubrir su habilidad y está aterrorizada ante los cambios que se avecinan y el apocalipsis que parece estar brotando inadvertidamente. Raquel (Susan Wokoma) está más acostumbrada y vive entregada a su violenta vida de cazademonios antisocial, palabrotera, solitaria y medicada.

El choque entre ambas y la química que se genera en esta peculiarísima amistad brotada de la necesidad, pero también de la soledad y la incomprensión, es la clave de esta comedia trepidante y palabrotera. Solo seis capítulos necesita para plantear con refrescante y desafiante soltura un conjunto de tramas y personajes que a las malacostumbradamente metódicas series actuales les llevaría el doble de tiempo.

El responsable de este contundente cóctel de humor desfasado, acción y desmitificación de las convenciones es Howard Overman, que ya ensayó una fórmula similar -pero con los tópicos de los superhéroes- con su anterior serie, 'Misfits'. Tanto en aquella como en esta tenemos a un grupo de jóvenes con una serie de habilidades que les convierten a la vez en privilegiados y en parias. Esa contradicción es el motor de todo lo que les sucede.

Estupendos personajes y humor bestia

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Un catálogo de personajes excelentemente bien escritos son el secreto de esta gamberrada protagonizada por dos malhabladas cazademonios.

Estos estupendos mimbres se sostienen no solo al cariño con el que están escritas las protagonistas, retratadas como mujeres fuertes y decididas, en absoluto necesitadas de la aprobación masculina, pero también con unas debilidades y carencias afectivas que las humanizan. También todos los secundarios aportan los contrapuntos necesarios: de los demonios, diabólicamente viles o no tanto, a los débiles y despistados humanos que les rodean. Especial mención para el tronchante Jake (Lewis Reeves), amigo de Amy enamorado de ella nada secretamente, que aporta los chistes más brutales y los momentos más vergonzosamente emocionales de la función.

Y todo ello bañado, como no podía ser de otra manera, con un humor deliciosamente zafio, diálogos faltones y rebosantes de descubrimientos verbales, y una divertidísima insistencia en reventar las convenciones del género de terror por la vía de la burrada. Por ejemplo, para resucitar a un muerto, aparte de efectuar un largo ritual, hay que orinarle encima. Un humor impertinente que también es usado para dar trasfondo a los personajes, como sucede con la problemática e hiriente personalidad de Raquel.

'Crazyhead' es la divertidísima aventura demoníaca de un par de amigas enfrentadas a un apocalipsis inminente. No pretende ser mucho más que eso, pero de camino retrata una amistad complicada, una buena cantidad de deseos insatisfechos y alguna que otra reflexión para aquellos que alguna vez se hayan sentido inadaptados. Nada mal para una comedia británica estrenada de tapadillo entre superproducciones mucho más ostentosas pero de chicha considerablemente inferior.

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