'Estación once' es la última joya televisiva de 2021: la miniserie de HBO Max es una notable y esperanzadora ficción postapocalíptica

'Estación once' es la última joya televisiva de 2021: la miniserie de HBO Max es una notable y esperanzadora ficción postapocalíptica

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Estacion Once

Por alguna razón, hay cierta tendencia a ficciones fantásticas que nos recuerdan a la pandemia que estamos viviendo. Algo que provoca, comprensiblemente, cierta alergia. La serie de HBO Max 'Estación once' ('Station Eleven') es la última a sumarse a esta tendencia televisiva y, si le dais una oportunidad, tendréis ante vosotros una de las últimas joyas de este 2021.

Basada en la novela de Emily St. John Mandel, esta miniserie, se imagina un mundo asolado por la Georgia Flu, una variante letal de la gripe porcina y que acaba diezmando el planeta. Patrick Somerville ('The Leftovers'), como guionista principal, nos va llevando entre el Año 0 de esta pandemia y el 20, en el que un grupo de supervivientes recorre la región de los grandes lagos norteamericanos representando Shakespeare.

Mckenzie Davis como Kirsten es nuestro punto de anclaje con este mundo postapocalíptico. Una joven actriz de esta troupe que, cuando era niña, vio cómo su ídolo Arthur Leander (Gael García Bernal) muere en escenario y es acogida por un extraño, Jeevan (Himesh Patel), gracias al cual sobrevivió durante unos meses.

Una luminosa experiencia

No quiero ir adelantando acontecimientos porque, desde luego, es mejor que la descubráis por vosotros mismos, porque es de estas cosas que cuanto menos sepamos más sorpresa nos llevaremos aun cuando hay que reconocer que la serie no es especialmente novedosa. O, por lo menos en el sentido de que no es tímida a la hora de usar tropos del género. Eso sí, todo lo muestra de una manera agradecidamente luminosa.

La proliferación del género de ciencia ficción en televisión hace que sea cada vez más difícil encontrar terrenos especialmente sin explorar y, si bien considero bastante original la vuelta de tuerca que da la serie, es difícil no pensar en varios precedentes viendo sus primeros episodios.

Un ejemplo lo tenemos en el cómic al que hace referencia el título y que parece tener cierta importancia en lo que está pasando (hola, 'Utopía') y da a entender cierto nivel de conspiración. La luminosidad en tiempos de apocalipsis también pueden traernos a la cabeza 'Sweet Tooth' y así con pequeños, y no tan pequeños, detalles de la serie.

Una serie que usa, de manera precisa, sus recursos. Pocas veces podemos encontrar saltos temporales tan fluidos y efectivos en televisión; amén de cómo va manejando a los personajes y describiéndolos de manera eficiente, logrando que en pocos momentos, empaticemos con ellos. Narrativamente hablando, pocas pegas se pueden poner salvo algún desarrollo de trama que no está del todo afinados.

Huyendo de la intensidad

Station Eleven

Por otro lado, la ficción evita ponerse intensa a la hora de ponerse filosófica. Si bien 'Hamlet' y su visión como tratado definitivo de la humanidad es una constante en la serie, al guion no le interesan las grandilocuencias y el discurso elevado intrínsecas muchas veces. Va siempre, o habitualmente, a lo pragmático.

Todo esto se suma a un mundo increíblemente construido por Hiro Murai y compañía, que refuerzan la impresión de que, más que un drama postapocalíptico al uso, 'Estación Once' quiere celebrar la vida. La resurrección de la civilización y del mundo, si nos ponemos poéticos.

En definitiva, 'Estación once' es la última joya de este 2021. Una absorbente y potente miniserie que arroja luz sobre terrenos que, no por transitados, son menos eficaces.

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