'La chispa de la vida', el gran carnaval de Álex de la Iglesia

'La chispa de la vida', el gran carnaval de Álex de la Iglesia
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Creo que en el tiempo que llevo escribiendo en Blogdecine ha quedado claro que no soy una de esas personas (demasiadas) que desprecia el cine español y aprovecha cualquier ocasión para arremeter las películas que se hacen en nuestro país. Tampoco es que sea uno de esos pocos que se dedican a alabar todo lo que se haga en España y considere salvables películas bochornosas. Recuerdo que hace unos años era la sensación que me quedaba al leer a ciertos críticos nacionales, como pareciendo que quedaba mal criticar el cine español y nunca veía valoraciones por debajo de las tres estrellas aunque luego en la parte escrita nunca me quedase demasiado claro qué es lo que les había gustado. Estos dos tipos de acciones unidas a algunas decisiones absurdas que hay cada año en las nominaciones de los Goya y toda la polémica con el tema de las subvenciones hacen un flaco favor al cine español, pero lo cierto es que eso no tiene nada que ver en qué las películas sean buenas o malas.

No tengo ningún problema en confesar que Álex de la Iglesia es uno de mis directores nacionales favoritos, llegando a ser uno de los dos o tres predilectos si nos ceñimos al cine contemporáneo. ¿Quiere eso decir que todo lo que haga me parezca una genialidad? Ni mucho menos, ya que ‘Los crímenes de Oxford’ fue una decepción tremenda, y aparte. su película más conseguida (la injustamente menospreciada ‘Muertos de risa’) es estupenda, pero tampoco llega a ser una cinta realmente brillante. ¿A dónde voy con esto? Pues a que mañana se estrena ‘La chispa de la vida’, su primera película desde su muy comentada dimisión como presidente de la Academia de cine español, pero también la que más dudas me despertaba sobre su resultado final antes de verla de toda su carrera. Sin embargo, uno ha de enfrentarse a una película intentando ser lo más impacial posible y que ésta justifique por sí misma si merece la pena o no, así que adopté esa postura antes de entrar a verla.

El gran precedente y las diferencias entre ambas

Imagen promocional de

Vais a leer en una infinidad de sitios esta referencia, pero no por previsible voy a dejar de decir que ‘El gran carnaval’ de Billy Wilder es el modelo a seguir que toma ‘La chispa de la vida’. En ambas se produce un desafortunado accidente que deja a un hombre al borde de la muerte, pero hay alguien que, interesado en explotar el interés de los medios y del público por una historia tan morbosa, hace todo lo posible por demorar el rescate de la víctima. Sin embargo, hay algo que da vida propia a la película de Álex de la Iglesia, y es que el personaje que intenta aprovecharse de la tragedia es la propia víctima, lo cual otorga a ‘La chispa de la vida’ una perspectiva bien diferenciada de la obra maestra de Wilder. Eso no quiere decir que el guión de Randy Feldman, que también escribió el libreto de ‘Tango y Cash’, no evite varios lugares comunes con la otra película, ya que no falta la carga crítica contra los medios de comunicación (el Rumore Rumore de la película bien podría ser una mezcla de ‘Sálvame’ y ‘La Noria’), ni tampoco personajes que caen abiertamente en lo odioso en su intento de obtener un beneficio económico.

Es obvio que la parte colateral de la historia iba a guardar necesariamente varios puntos en común con su ejemplo a seguir, pero el eje que vertebra la historia es la tragedia personal de Roberto, un publicista en paro que atraviesa por una pésima racha, y al que se le acaban las opciones para evitar la ruina. El gran acierto de ‘La chispa de la vida’ es que sea él quien vea la necesidad de aprovecharse de la situación por la que pasa, teniendo esto la credibilidad añadida de ser alguien que trabajaba en algo en lo que debía tener en cuenta ese aspecto de las cosas. Y es que la base de la película no es criticar el morbo de los medios de comunicación y de la gente, sino el pequeño drama personal por el que pasa su protagonista. De ahí surgen los aspectos más poderosos de la película, pero también alguna de sus debilidades, ya que la verosimilitud de la historia se le escapa de las manos a Feldman en su tramo final, donde prefiere apostar por un positivismo que no encaja demasiado bien con la parte más cínica de lo que nos estaba contando. También hay cierto peaje a pagar en el primer acto de la película, donde le cuesta unos minutos que el espectador realmente llegue a sentir empatía por el protagonista.

Ojo, es muy fácil relacionar ‘La chispa de la vida’ con el problema actual del paro en España, y en su tráiler es algo en lo que inciden bastante, pero una vez vista la película hay que aclarar que ese es otro de los aspectos colaterales de la historia. Sí que sirve como punto de partida para que el protagonista tome la decisión de hacer negocio con su historia, pero, aunque sin llegar a los muy alarmantes niveles actuales, paro es algo que siempre ha habido en España, y, por desgracia, nunca faltarán pequeños dramas individuales. Además, el hecho de que el guionista sea americano refuerza mi hipótesis, ya que seguramente escribiría el guión hace cierto tiempo, pero sin encontrar la financiación para poder hacerla en su país. Vamos, un caso similar a lo sucedido con la estupenda ‘Buried (Enterrado)’.

No sé si será una decisión premeditada o serían simples imaginacones mías mientras veía la película, pero uno de los aspectos que más me gustó de ‘La chispa de la vida’ es el uso del color, ya que parece que Álex de la Iglesia haya optado por colores más apagados para que los planos de la víctima sean los que transmitan una mayor calidez, sobre todo por los luces que tiene a su alrededor. Lo dicho, quizá sea cosa mía, pero por lo demás veía que se evitaban los colores más vivos, quizá por el dramatismo de lo que se nos está contando, quizá por lo que yo apunto. Además, el director sabe manejar la historia y no caer en el uso innecesario de planos rebuscados cuando la historia no lo requería. Y es que no, en ‘La chispa de la vida’ no veréis virguerías con la cámara, pero sí un director suficientemente equidistante pero trabajada para no transmitir sensación de aburrimiento, controlar el elemento dramático de la historia (grandes aciertos la mayoría de apuntes cómicos que van surgiendo aquí y allá sin caer en la tentación de que corran a cargo de José Mota) y manejar un reparto que a priori despertaba ciertas dudas entre el respetable.

José Mota lo pasa muy mal en

El reparto de ‘La chispa de la vida’

Mi gran temor con ‘La chispa de la vida’ era que la presencia del humorista José Mota sabotease la película, y es que me costaba creer que pudiera despojarse de su faceta de cómica y tener la credibilidad suficiente para un personaje eminentemente dramático. ¿Y qué es lo que ha pasado? Pues que me equivocaba. Sí es cierto que hasta que tiene el accidente hay varias situaciones en las que parece que estemos viendo al cómico intentando hacer un papel serio, pero eso es algo que pronto desaparece y vemos una buena actuación (ojo, buena, no memorable) intentando ser una persona normal en una circunstancia extraordinaria. ¿Merecedor del Goya al que está nominado? Pues ahora ya no veo descabellado ni absurdo que lo ganase. También tenía mis dudas con respecto a Salma Hayek y su interpretación de una esposa corriente. De nuevo, ciertas dificultades al principio, pero luego salva con solvencia su cometido de encargarse de representar a la integridad dentro del circo que se sucede alrededor de su marido.

Una de las cosas que más llamarán la atención de los espectadores que tengan cierto cariño hacia el cine español es que en ‘La chispa de la vida’ encontrará en aparaciones más o menos extensas a una multitud de rostros conocidos. No seré yo el que se dedique a destripar esas apariciones (aunque muchas de ellas ya sean vox populi), pero sí conviene destacar la presencia de Fernando Tejero como un despreciable amoral, que sería el personaje que más se acercaría al que interpretaba Kirk Douglas en ‘El gran carnaval’, al cual da vida de forma harto convincente. El otro que quiero mencionar es Eduardo Casanova (uno de los protagonistas de la serie ‘Aida’), pero en este caso para mal, ya que su actuación no cuadra demasiado con el look que tiene su personaje. Quizá sea algo deliberado con fines cómicos, pero no termina de funcionar demasiado bien.

En definitiva, ‘La chispa de la vida’ es una interesante (aunque muy inferior) variante de ‘El gran carnaval’, en la que el dramatismo de la situación del protagonista se alza sobre el cinismo de todo lo que le rodea. No faltan pequeños problemas (tarda un poco en arrancar y la credibilidad decae sobremanera hacia el final), pero las virtudes de ‘La chispa de la vida’ son suficientes para poder decir que nos encontramos ante una buena película, algo que su campaña promocional no está terminando de hacer creer a los espectadores potenciales. Ya he comentado que está lejos de ser perfectapero espero que no salte nadie diciendo cine español caca, porque no es el caso.

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