'Men' es la película más terroríficamente bella del año y la muestra definitiva de la libertad creativa del sello A24

'Men' es la película más terroríficamente bella del año y la muestra definitiva de la libertad creativa del sello A24

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Men A24 34

Es difícil hacer la crítica de una película como ‘Men’. Tanto por la obra en sí misma como por las reacciones viscerales que provoca y que suelen contraponerse a la idea de escuchar una opinión diferente. Hay muy pocas personas a las que lo nuevo de Álex Garland les vaya a parecer tibio: no en vano es una propuesta autoconsciente y extrema que lleva lo más lejos que puede el término "cine de autor" en pleno 2022.

El director aúna las escenas más formalmente bellas de este año (ese momento en el túnel tan desasosegante como bucólico) con algunas de las más grotescas (la última media hora, en la que se atreve con un cambio de tono y género digno de aplauso por su valentía) en una cinta que tiene mucho que decir y ha decidido no quedarse en un término medio. En un mundo cinematográfico que cada vez va más por el carril seguro, Garland ha decidido pisar el acelerador dejando todas las víctimas que tenga que dejar por el camino. Y menos mal.

Ay, qué bien tan mal

La cartelera actual cada vez recae más en los valores seguros, en las películas con checklist. Sabes que Marvel probablemente te va a dar una película entretenida y familiar, o que Pixar te sacará una lagrimita de una manera cada vez más mecánica, y por eso la existencia de A24 es tan importante y definitoria. Es imposible intuir lo que va a pasar en pantalla después de su logo, el tono o los sentimientos que te dejará dos horas después. La productora se ha convertido en sinónimo de una manera de entender el cine al que las majors han dado la espalda: la reivindicación de las películas de medio presupuesto con talento detrás que tienen algo que decir.

Obviamente, A24 no es impepinable, y ha tenido muchos traspiés, pero todo riesgo conlleva unos peligros. El principal, y que parecen asumir con gusto, es no ser del agrado de todo el mundo. La productora huye activamente del error de tratar de contentar al llamado “público general” (que cada vez existe menos) y confían en encontrar su segmento de público. Con ‘Men’ han arriesgado más que nunca: la película, de inicio a fin, es una catarsis emocional en la que, cayendo falsamente en ellos, huye de los tópicos con un sentido del humor muy negro que acompaña a las imágenes más traumatizantes del año.

Men

Habrá quien salga de ver ‘Men’ reivindicando que no todos los hombres somos así, o que Álex Garland ha querido contentar a nosequién, pero lo bonito de una película como esta es que no puede despacharse en una sola frase, ni es sencillo u obligatorio tener una idea exacta de tus pensamientos sobre ella tras unos minutos. Hace falta un periodo de reflexión, un revisionado, poner en orden lo que acabas de ver. En lugar de masticar la comida, Álex Garland te da solo algunos de los ingredientes y espera que tú mismo hagas la receta a tu gusto. Los hay que se apasionan por el reto y los que acaban frustrados por no tener una solución explícita a todos los rompecabezas visuales de la cinta.

En el jardín del Edén, mi nena

'Men' es hiperbólica, exagerada, se baña en las metáforas e incide en lo sucio para mostrar belleza. Y, pese a todo, empieza siendo relativamente convencional, con una propuesta estética cercana al folk horror, y que va cayendo poco a poco en el delirio ayudado de la multiplicidad de Rory Kinnear, una de las sorpresas visuales más deliciosas de la cinta.

Men 2

La película de Álex Garland muestra el trauma de forma extrema, sin pedir perdón a nadie ni sintiendo la necesidad de aguar sus escenas para gustar a gente a la que jamás debería hacerlo. Y lo hace desde la perversión del paraíso, la progresiva destrucción terrorífica de un lugar perfecto, explorando realmente no una campiña inglesa apartada del mundo, sino el interior de la propia Harper, repleto de estereotipos traumáticos contra los que ella misma debe enfrentarse antes de poder sanar. Unos traumas representados por una serie de diferentes hombres representados con actitudes negativas tan obvias como reales e innegables.

Un jardín del Edén en el que Harper come de la manzana prohibida y se convierte progresivamente en un mundo de pesadilla en el que debe enfrentarse con ella misma y con sus dudas más inconfesables, personificadas y verbalizadas (o no) con la voz de desconocidos y siniestros pueblerinos: el viaje de 'Men' es una introspección, una superación de los miedos personales, un tratamiento de shock. Quien crea que la película es una simple línea recta, que le de un par de vueltas.

A quién le importa

Si no conocíais a Jessie Buckley por su increíble papel en 'La hija oscura' o en la fabulosa e incomprendida 'Estoy pensando en dejarlo', aquí tenéis una nueva oportunidad de admirar su talento interpretativo. Un auténtico festival en el que se hace con la película sin necesidad de artificios llevando la película a sus hombros como si fuera algo sencillo. Y a 'Men' le definen muchas palabras, pero "sencilla" no es una de ellas, como prueban los más de quince minutos en los que nadie pronuncia una sola palabra (y donde, la verdad, no se echan de menos).

Álex Garland firma su mejor película dejando claro que es un autor al que las etiquetas no le vienen bien y que no le importa lo que parte del público pueda pensar de su obra. Lo cierto es que 'Men' es una obra artesanal, que no perfecta: estéticamente es una auténtica belleza cuando quiere serlo y una película abiertamente grotesca cuando lo necesita, pero en lugar de centrarse de forma exclusiva en su apabullante aspecto visual, lo ensalza con un fabuloso guion abierto a interpretaciones (aquí os he contado mi punto de vista, pero vosotros podéis y debéis tener el vuestro propio) que se aleja de tus propias expectativas, sean las que sean.

'Men' sabe que va a causar controversia, pero en lugar de tratar de apagar el fuego, lo riega con gasolina. Es extrema, absoluta, única e indispensable en el cine de este año. Solicita al espectador mente abierta y la intención de indagar más allá del simple texto, pero la recompensa es el disfrute de la cinta más madura, interesante, intrigante, laberíntica e inteligente de la cartelera actual. O puedes pensar que la película va de que todos los tíos somos iguales y darle carpetazo rápido. La elección es tuya.

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