'Musa': los ecos del mejor Balagueró perdidos entre claroscuros literarios

'Musa': los ecos del mejor Balagueró perdidos entre claroscuros literarios

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'Musa': los ecos del mejor Balagueró perdidos entre claroscuros literarios

Sería imposible comprender el cine de terror nacional contemporáneo sin remontarse a los inicios de la ya lejana década de los noventa. Por aquél entonces, el cortometraje gozaba un peso y trascendencia infinitamente superiores a los que ostenta hoy día, y sirvió de inmejorable carta de presentación a cineastas como Jaume Balagueró: uno de los principales estandartes del cine de género patrio.

Atendiendo a su impoluta trayectoria, iniciada en 1994 con su triunfo en el Festival de Sitges gracias a su corto 'Alicia' y en la que ha habido cabida hasta a reinvenciones lingüísticas como la vista en '[Rec]', espina ver la deriva, falta de su inspiración inherente, que está tomando su filmografía desde su cierre de la saga de los infectados en '[REC] 4: Apocalipsis', y que se ha extendido a 'Musa'; su último largometraje hasta la fecha.

'Musa' ha resultado una decepción más amarga de lo que cabría esperar al tener en consideración la pasión que siempre ha mostrado Balagueró por la novela 'La dama número trece' de José Carlos Somoza; siendo esta adaptación uno de los proyectos abordados con más entusiasmo por su director, en el que, misteriosamente, gran parte de su talento se ha perdido entre convencionalismos y una palpable esclavitud hacia el material original que termina pasando factura de forma intransigente.

La cinta se presenta invadida por unos claroscuros que mimetizan a los que pueblan su sugestivo tratamiento de la imagen. De este modo, 'Musa' nos va dando una de cal y una de arena, gestionando la intriga con eficiencia pero tropezando en su incapacidad para sorprender al resolver sus tramas; desplegando un imaginario visual con pasajes realmaente inspirados intercalados entre una tónica general casi telefilmesca; y haciendo progresar el relato con unos altibajos de ritmo que parecen obedecer a la búsqueda de una fidelidad excesiva al texto de Somoza.

Musa

Es precisamente cuando 'Musa' parece tomar identidad propia y deja de transmitir ese aroma que achacan una inmensa cantidad de adaptaciones, cuando el Jaume Balagueró que todos conocemos hace finalmente acto de presencia. El catalán hace gala en esos momentos de su buena mano a la hora de generar atmósferas, que recuerda a la de sus primeros pasos en el largometraje con la reivindicable 'Los sin nombre' y que se ven aliñadas por algunas muestras del terror gráfico más poderoso y turbador.

Por desgracia, estos últimos fragmentos conforman una mínima parte del total de un filme que, lejos de ser fallido, sabrá satisfacer a todos aquellos que busquen un thriller genérico con despuntes de una agudeza que parece reprimida. Para los más experimentados del patio de butacas y, especialmente, los conocedores y seguidores de la obra de su director, 'Musa' se convertirá en una experiencia frustrante que nos hará encomendarnos a cualquier deidad que se tercie para recuperar de una vez y en plena forma al Balagueró que todos conocemos.

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