'Ronaldo', lamentable ejercicio de egocentrismo

'Ronaldo', lamentable ejercicio de egocentrismo

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'Ronaldo', lamentable ejercicio de egocentrismo

Hace ya mucho tiempo que quedó claro que el público siente mucho más interés por las películas de ficción que por los documentales, y eso que estos últimos también han tenido una evolución bastante curiosa en la que sobresalen con luz propia los mockumentaries. Sin embargo, también da pie a obras lamentables que abordan el tema en cuestión desde el sensacionalismo, manipulan datos a su antojo o no son más que una forma de promoción o lavado de cara de su protagonista.

En el caso de ‘Ronaldo’ no tenía demasiada confianza en que fueran a sorprenderme con un documental arriesgado que nos permitiera conocer mejor a la estrella del Real Madrid, pero al menos esperaba algo más interesante que una muestra de propaganda deficiente al servicio de alguien que considero que no es más que un segundón de Leo Messi -¿soy el único que pensó que quiso hacer el suyo propio tras anunciarse que Álex de la Iglesia iba a hacer uno sobre el astro brasileño argentino?-, que curiosamente también aparece aquí en los que son los momentos menos anodinos de su ajustado metraje.

’Ronaldo’, la nada

Ronaldo Con Su Hijo

Seguramente ya haya quedado claro en el párrafo anterior, pero no siento ningún tipo de simpatía hacia el jugador portugués y además hace ya varios años que el fútbol me interesa mucho menos que cuando era un chaval. Todo ello está claro que impacta hasta cierto punto mi parecer hacia una obra de estas características, pero también es cierto que me han apasionado cintas con temas o historias que sobre el papel me daban igual. La clave está en saber elevarlo y ‘Ronaldo’ se conforma con un análisis superficial.

Lo que sí me gustaría señalar es que ‘Ronaldo’ sí que plantea alguno de los momentos más polémicos de la vida del portugués, pero eso sirve de bien poco si no muestras el menor interés en ir más allá del comentario fácil. Eso también se traslada a elementos esenciales en su desarrollo como persona y jugador como la soledad que sentía cuando era más joven o el hecho de que quiere a su hijo, ya que por ahí se busca ofrecer un retrato más humano que nunca llega a hacer que conectes emocionalmente con él porque incluso ahí surgen varios dejes de ese exceso de ego que ha hecho que tantos sientan antipatía hacia él.

No son más que simples hipótesis, pero creo que Anthony Wonke, director de ‘Ronaldo’, simplemente aceptó un encargo en el que todo estaba bastante medido para ofrecer un lavado de cara de su protagonista. Eso daba la posibilidad de realizar una interesante oposición entre su éxito de masas y la aparente soledad de su vida personal, pero parece que existe miedo a ir más allá de su obsesión por ser el mejor y el precio que ha de pagar para ello. De hecho, el propio jugador reconoce que quiere mantener ciertos temas en la privacidad, lo cual aumenta la sensación de oportunidad perdida.

Engordando el ego de su protagonista

Gol Cristiano Champions

También resulta curioso que esa pasión por ser el mejor se centre más en la obtención del balón de oro que en la consecución de títulos de equipo, ya que lo primero palidece en comparación a lo segundo. Quizá sea porque el propio Ronaldo –o su agente- impuso que el documental fuera así –lo cual termina de explicar su delirante celebración del irrelevante gol que metió en la final de la Champions League contra el Atlético de Madrid-, y ello tiene como consecuencia que en todo momento se percibe como un producto de diseño que no sólo no logra bajar a tierra la figura del jugador, sino que incluso reduce la empatía que uno pueda sentir hacia él.

Al final todo queda reducido a una especie de extensa entrevista pactada en la que el jugador ha aceptado que participen algunos de sus seres queridos y que se utilicen algunas grabaciones de su pasado. Una autofelación audiovisual que no aporta nada y que queda reservada para los fans incondicionales que aceptan cualquier cosa –no me extrañaría que algunos lleguen a tener la carne de gallina en algún momento, pero por el recuerdo de lo sucedido y no porque el documental aporte algo de relieve al respecto.

Imagino que algunos pensarán que iba con el chip activado para odiar ‘Ronaldo’, pero todo esto es algo que diría fuera quien fuera su protagonista de haber optado por ir en esta dirección, donde sus intentos más “inspirados” –y me faltan comillas- por emocionar al espectador quedan reservados al habitual uso tramposo de una banda sonora para intentar elevar lo que no tiene remedio y todo es un ejercicio de autopromoción maquillado para engordar el ego de su protagonista, intentando que no se note demasiado, pero sin lograrlo.

En definitiva, una completa pérdida de tiempo salvo que seas un fan acérrimo de Cristiano Ronaldo. Los demás huid de él y dedicad vuestro tiempo a cosas que sí merecen la pena como, no sé, casi cualquier otra película –aunque ahí no incluyo la penosa estupidez de la que os hablé hace poco-, donde al menos seguro que hay alguna escena inspirada.

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