'The Bear': una pesadilla en la cocina con alma de cuento de hadas urbano en Disney+ que tiene la receta para convertirse en serie del año

'The Bear': una pesadilla en la cocina con alma de cuento de hadas urbano en Disney+ que tiene la receta para convertirse en serie del año

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The Bear

The Beares un pequeño prodigio. Una serie pequeña, con 8 capítulos, que se estrena hoy 5 de octubre en Disney+ tras crear un fenómeno entre la crítica de Norteamérica tras su estreno en FX en junio. Protagonizada por Jeremy Allen White, a quien se le ha visto en la nueva versión estadounidense de ‘Shameless’, trata sobre cómo un chef extremadamente talentoso deja su puesto como jefe de cocina del "mejor restaurante del mundo”, para regresar a su casa en Chicago.

La idea de conocer la gloria en su profesión para decidir administrar la tienda de sándwiches de carne de su hermano Mikey, después de que este se suicidara, maneja todo el espíritu de la serie. Un relato de perdedores llenos de gloria, de fracasos y pequeños triunfos que valen mucho más, y en general una oda a Chicago y a su clase trabajadora que toma su título de una pequeña anécdota relacionada con la película ‘Los picarones’ (The Bad News Bears, 1976).

La serie explora cómo se las arregla un chef acostumbrado a la excelencia y a trabajar con un equipo talentoso y disciplinado en una cocina sin estabilidad financiera, con un personal rebelde, problemas de proveedores y otros propios de su ubicación en plena jungla urbana llena de mafia y todo tipo de personajes. Desde el principio, se enfatiza el cambio de escenario del personaje de Jeremy, Carmen "Carmy" Berzatto, con muchos gritos y muchas peleas, a menudo con Richie Jermiovich, un amigo íntimo de su hermano con el que se trata entre sí como primo.

Oda a los perdedores con olor a sofrito

‘The Bear’ sigue a estos dos, introduciendo a la joven chef optimista y en ciernes, Sydney, que quiere implementar cambios en el restaurante para ayudar a convertirlo en un negocio rentable para consternación de Richie, que tiene un enfoque pragmático y ve cómo en una balsa llena de pinchazos y falta de parches para cubrirlos se le ofrecen cambios de planteamiento que no tiene espíritu para considerar. Además, su estado mental es tan caótico como el ambiente de gritos que tiene lugar en los dos turnos de trabajo.

El suicidio de Mikey prevalece a lo largo de la serie, y el efecto que claramente ha tenido en Carmy y su hermana, Natalie, va siendo el motor subyacente de toda la historia, hasta llegar al momento en el que Carmy se abre sobre toda la terrible experiencia en un monólogo increíblemente conmovedor de 7 minutos durante una reunión del grupo de ayuda Al-Anon en el final de temporada. El creador de la serie, Christopher Storer, rodó esta escena en una sola toma, absorbiendo al espectador de tal forma que realmente te hace sentir como si estuvieras sentado en la habitación con él.

The bear

Esa es la magia de la serie, combinando el caos con los momentos más íntimos, alternando una dinámica en la que Carmy discute en el restaurante o con su hermana, incluso preguntándose entre ellos cuando están revisando las cuentas, "¿quieres pelear ahora?" Mikey hace una aparición en un flashback, con la estupenda elección de Jon Bernthal en el casting, cuya cara familiar logra el efecto de crear un aura de simpatía inherente que explica aún más el dolor de la pérdida de Carmy y Ritchie, haciendo el hueco que deja su ausencia más grande.

Uno de los mejores finales vistos en años

El episodio 7 es un punto culminante particular, una pieza de 18 minutos que se rodó también en una sola toma que grabaron cinco veces. Finalmente usaron el cuarto intento aunque según los directores podrían haber usado el primero. Es una catarsis que explota en una tormenta perfecta que da lugar a una coda que dobla la duración del resto con una buena razón. Aunque ‘The Bear’ ya ha sido renovada para una segunda temporada, su final es tan perfecto, alberga tanta magia y está tan bien orquestado con antelación que parece imposible que logren llegar a ese nivel de emoción.

Se ha comparado la serie con ‘Whiplash’, en cuanto a montaje, y trasfondo sobre la exigencia dentro de una disciplina artística, pero las intenciones no podrían estar menos alineadas con la película de Chazelle, que parecía una justificación sobre cómo la excelencia solo puede alcanzarse a través del castigo y la supresión casi psicopática de los lazos afectivos, mientras el conflicto de ‘The Bear’ tiene un corazón latiendo que respira humanismo y camaradería a pie de calle, elevando la emoción sobre el propósito o los resultados del esfuerzo.

The Bear

Lo más sorprendente de todo es cómo los temas, personajes, buenos diálogos y drama se comprimen en episodios tan cortos que no llegan a la media hora incluidos los créditos, un formato reservado casi en exclusiva a la comedia que aquí se adaptan a un relato entre la pieza indie de los 90, el cine de Scorsese y el documental culinario.

'The Bear’ es ágil, inteligente, con actitud y una resolución capaz de hacer saltar las lágrimas al más impertérrito, un ejemplo de televisión sobresaliente, de los que aparecen muy de vez en cuando dentro de una cascada de producciones mediocres y hits desaboridos como ‘Andor’. Una de las series del año y más allá.

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