'Westworld' 2x06: las profundidades del parque encierran grandes sorpresas

'Westworld' 2x06: las profundidades del parque encierran grandes sorpresas

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'Westworld' 2x06: las profundidades del parque encierran grandes sorpresas

‘Westworld’ apostó la semana pasada por un episodio con una narrativa más sencilla y centrada específicamente en los personajes de Dolores y Maeve, pero la serie vuelve a apostar por una dinámica más complicada con ‘Espacio fásico’, el inicio del fin tanto figurada como literalmente para esta segunda temporada.

En ‘Espacio fásico’ vuelven a cubrirse la práctica totalidad de frentes abiertos e incluso se nos llega a tener que revisar cierta información que aquí cambia de forma notable. Un golpe de efecto interesante aunque quizá un poco sacado de la manga en un episodio que, eso sí, exhibe las principales fortalezas de la serie.

La determinación de Dolores

Teddy

El deseo de Dolores de convertir a Teddy en el hombre que necesita para su rebelión se ha completado, notándose un cambio notable en la forma de abordar el personaje por partes de James Marsden. Antes siempre había cierto halo de duda o fragilidad en él, mientras que aquí él mismo llega a comentar abiertamente que ha realizado su último acto de misericordia antes de abocar a la otra persona a una muerte segura. Al menos le da la opción de elegir cómo va a suceder.

La propia Dolores ya había tenido previamente una breve charla con él que perfectamente puede leerse como un intento de poner a prueba su lealtad, algo que coincide con ese inicio que nos obliga a interpretar de otra forma la escena inaugural de la temporada. De hecho, esa información adicional también nos debe llevar a considerar su ubicación temporal. Mientras que todo lo que sucede en el episodio puede estar teniendo de lugar de forma más o menos simultánea, las dudas llegan aquí.

Dolores

¿Está tratando Dolores de recrear a Bernard como parte de su rebelión? A priori parece la opción más sencilla, pero a los responsables de ‘Westworld’ les gusta sorprendernos por otras vía y es ahí donde surge la muerte de Teddy sugerida en episodios anteriores. ¿Está en realidad Dolores utilizando a Bernard, o un clon suyo, como recipiente de Teddy? Y esa charla es una nueva forma de poner a prueba su lealtad, como ya hecho multitud de veces en el pasado.

Eso situaría la escena en el futuro, aunque tampoco conviene despreciar la relación previa de ella con Arnold, el referente sobre el que se construyó a Bernard, y que de alguna forma haya implantado al primero en su propia réplica. Por ahora ambas opciones son razonables y en 'Westworld' están dosificando la información para que uno no pueda determinar con claridad qué es lo que sucede.

La reacción del parque

Escena Wesworld

Como era de esperar, los responsables del parque tenían que mostrar una reacción más decidida tras la rebelión de los anfitriones y es ahí donde la aparición de un nuevo personaje nos recuerda que para muchos los anfitriones no dejan de ser unos robots asesinos a los que hay que neutralizar. Un fuerte contraste con los esfuerzos de la serie para mostrarnos las emociones de los anfitriones y cómo eso está guiando sus diferentes viajes.

Eso sí, el bagaje para ellos es neutro, logrando por un lado hacerse con el padre de Dolores -que se preparen para la que les espera por ello- y por otro asistiendo con impotencia a la imposibilidad de hackear un sistema que dice estar funcionando con normalidad.

El amargo destino de Maeve

Maeve Westworld 1

En todo momento tuve dudas sobre la conveniencia de la trama sobre la hija de Maeve, pero la serie había logrado manejarlo con soltura esta temporada, alcanzado el que parecía su punto álgido al mostrarnos un eco de su historia con la llegada del Shogun. Sin embargo, antes o después tenía que llegar el momento de ese esperado reencuentro y la lógica se ha impuesto: la niña ya tiene asociada a otra anfitriona como madre.

No conviene olvidar los notables poderes que ha adquirido el personaje interpretado por Thandie Newton, por lo que probablemente podría revertir eso si así lo deseara, ¿pero en qué situación dejaría eso al personaje? A fin de cuentas, ese despertar se ha asociado a una imagen más justa y destruir para otra anfitriona lo que le arrebataron a ella previamente es un tema delicado. Eso sí, ahora repeler el ataque de las fuerzas enemigas deja ese dilema en segundo plano –e incluso puede anularlo si hay bajas inesperadas-.

Antes de todo eso también se dio un cierre a la historia de Akane y Sakura, todo ello con los simbolismos propios de las costumbres asiáticas, pero también dio pie a una escena muy satisfactoria a nivel individual y pero que da la sensación de ser un pequeño pegote en la serie: el duelo a muerte con katanas, ejecutado de maravilla y con una fuerza visual irrebatible, pero que sirve para concluir una trama que nunca llegó a despegar realmente.

El inquebrantable Hombre de negro

Hombre Negro

El personaje interpretado por Ed Harris se mantiene como la gran constante de la serie al mantener intactas sus motivaciones. Ni siquiera la reaparición de su hija, quien le ofrece una forma de recomponer la relación entre ambos, le impide dejar de lado esa terrible obsesión que a su manera lo ha hecho prisionero del parque. De hecho, hasta le ha llevado a confundir su vida anterior –buen detalle la breve charla sobre los elefantes-.

Además, su viaje personal se desmarca también del dominante en este episodio, con la base de operaciones del parque como lugar de un encuentro que a buen seguro hará saltar chispas en el episodio de la semana que viene.

El regreso de Robert Ford

Una de las cosas que he tenido claro en todo momento durante la segunda temporada es que algo raro pasa con Bernard, pero puede ser a tantos niveles que cuesta todavía hacer un pronóstico sobre qué nos tienen preparado Jonathan Nolan y Lisa Joy. Sin embargo, las revelaciones de este episodio conectadas a Bernard más vinculadas a ampliar la mitología de la serie con todo lo relacionado a la posibilidad de acceder a todas las líneas argumentales de los anfitriones.

Una base de datos bestial de la que, sin duda, Robert Ford ya tenía pensando aprovecharse en su rivalidad personal con la familia Delos. El regreso de Anthony Hopkins a la serie abre la puerta a caminos de lo más estimulantes y sirve para que seamos conscientes de lo mucho que le echábamos de menos. Ahora solamente falta que la serie entre de forma más directa en ese plan suyo -¿se habrá implantado a sí mismo en el código del parque para controlarlo a su antojo?- y no se dedique a dar vueltas sobre sí misma, algo de lo que ‘Westworld’ adolece en ocasiones.

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