'Winchester: La casa que construyeron los espíritus', un nuevo ejercicio de "terror" perezoso y prefabricado

'Winchester: La casa que construyeron los espíritus', un nuevo ejercicio de "terror" perezoso y prefabricado

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'Winchester: La casa que construyeron los espíritus', un nuevo ejercicio de "terror" perezoso y prefabricado

Me van ustedes a perdonar la analogía rancia, pero podría decirse que construir una casa es un proceso que guarda muchas similitudes con la creación de una obra cinematográfica. Además de resultar labores tremendamente exigentes, complejas y muy complicadas de llevar a buen puerto, ambas necesitan de unos cimientos sólidos que mantengan en pie la estructura, ya sea arquitectónica o narrativa.

En el caso de 'Winchester: La casa que construyeron los espíritus', los hermanos Spierig partían con la ventaja de contar con una base a prueba de sismos sobre la que edificar su nuevo filme. Esta no es otra que la historia real de Sarah Winchester: viuda del magnate inventor del rifle de repetición quien, consumida por los remordimientos, construyó una mansión durante 38 años siguiendo las pautas de los espectros de aquellos que perecieron a causa de un disparo efectuado por la creación de su difunto marido.

Por desgracia, el nuevo largo de los gemelos australianos tras la insulsa 'Saw VIII' no hace más que confirmar que su notable 'Predestination' fue tan sólo un golpe de suerte dentro de una filmografía de lo más deficiente; tirando por la borda el desempeño de dos intérpretes de la talla de Helen Mirren y Jason Clarke, y desperdiciando una premisa fascinante que ha terminado convertida en un cliché de noventa minutos de duración con un tratamiento del terror tan manido como oxidado.

Durante sus primeros pasajes, más reposados y dedicados a plantear los caminos sobre los que deambulará el relato e introducir a sus, a priori, interesantes personajes, 'Winchester' consiguió interesarme lo suficiente como para captar toda mi atención. Esta sensación no terminó en diluirse por completo, abriendo paso a un sopor que hubiese derivado en siesta de no haber sido por los molestos jumpscares y las subidas de volumen de rigor con las que se resuelve cualquier escena dominada por el suspense.

Winchester

Sin duda alguna, es esta aproximación pueril y simplista al género la que dilapida totalmente cualquier oportunidad de 'Winchester' ya no sólo de destacar, sino también de resultar mínimamente atractiva para gran parte de espectadores con un mínimo de bagaje. En lugar de esto, los Spierig ejecutan un ruidoso artificio rebosante de clichés, tópicos y lugares comunes en el que vuelve a manifestarse por enésima vez esa enervante confusión entre el susto barato y el terror.

A lo largo de la inmensa mayoría de su metraje, se me hizo imposible dejar de ver 'Winchester' como un largometraje atrapado en la visión de unos directores que ni le pertenece, ni le hace justicia. Algo que invita a soñar con un acercamiento a la leyenda de la Winchester Mystery House de mayor calado psicológico, centrada en la intriga, el diálogo y en los traumas y fantasmas del pasado que atormentan a sus protagonistas, ya sean fruto de su psique o venidos del más allá clamando venganza.

Jason Clarke Winchester

Con una considerablemente alta probabilidad de hacer buenos números en taquilla, 'Winchester' no es más que otra muestra de ese terror —o, mejor dicho, la ausencia del mismo— perezoso, prefabricado, y lastrado por un guión con serios problemas de coherencia interna y descuidado en pos del impacto gratuito. Un ejercicio que hará que muchos echen de menos aquél horror velado, pausado y contenido que nos estremeció con auténticas joyas del sobrenatural en tiempos en los que el terror era algo más que un sobresalto puntual.

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