'Fast & Furious 5' es pura diversión: un demencial thriller de atracos que supuso el gran punto de inflexión para la franquicia

'Fast & Furious 5' es pura diversión: un demencial thriller de atracos que supuso el gran punto de inflexión para la franquicia

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'Fast & Furious 5' es pura diversión: un demencial thriller de atracos que supuso el gran punto de inflexión para la franquicia

Con la flamante 'Fast & Furious 9' arrasando en la taquilla de medio mundo, reventando récords de recaudación en Estados Unidos y a punto de estrenarse en las salas de cine españolas, esta noche a las 22:50, en Cuatro nos dan una oportunidad perfecta de disfrutar del que es uno de los mejores títulos de la saga de los rápidos y los furiosos: la espectacular 'Fast & Furious 5'.

Estrenada hace ya la friolera de una década, la quinta entrega de la franquicia, que debutó en el año 2001 bajo la forma de un remake apócrifo tunero de 'Le llaman Bodhi', supuso el gran punto de inflexión tonal y narrativo para las aventuras de Dominic Toretto y compañía; que comenzaron a perder progresivamente cualquier tipo de conexión que les pudiese quedar con el mundo real y las leyes de la física.

Marcando las distancias

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Considerada por muchos fans —y con razón— como uno de los mejores títulos de la serie, 'Fast Five' comienza exactamente donde lo dejó su descafeinada predecesora, con Brian y Mia rescatando al bueno de Dom de camino a la cárcel; todo ello para dar con sus huesos en Río de Janeiro y llegar a la conclusión de que lo único que pueden hacer para poder vivir en paz y tranquilidad es robar una cantidad ingente de dinero.

Bajo esta premisa, que se va enrevesando con empresarios corruptos, policías comprados y giros dignos del culebrón latinoamericano más empalagoso —que irían a más en futuras entregas, y de qué manera—, la película se transforma en un thriller de atracos prototípico que reúne una vez más a la familia 'Fast' y añade un puñado de caras nuevas a un reparto que roba todos los focos de la función.

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Tal y como continuaría sucediendo en el resto de filmes de la saga hasta la fecha, las dinámicas entre los conductores habituales deslumbran por su complicidad, su vis cómica y por una naturalidad que trasciende a la pantalla; pero añadir a esta fórmula infalible a Dwayne 'The Rock' Johnson logra elevar el conjunto a un nuevo nivel, salpimentándolo con un extra de chulería que termina siendo impagable.

Pero, claro, una película de 'Fast & Furious' no se puede soportar únicamente sobre un reparto en estado de gracia y un puñado de frases lapidarias emitidas en el momento oportuno. Aquí hemos venido a ver acción de la buena, y 'Fast Five' no sólo la tiene a espuertas, sino que encierra en sus ajustados 125 minutos de metraje una de las set pieces más alucinantes de la franquicia; una orgía de destrucción automovilística orquestada por dos coches y una cámara acorazada fuera de control. Brutal.

Con semejante cóctel explosivo, es comprensible que 'Fast & Furious 5' doblase la recaudación de el capítulo anterior, amasando unos 630 millones de dólares sobre un presupuesto estimado de 125 millones. Un éxito económico indiscutible, pero cuya mayor virtud es marcar un antes y un después en la longeva deriva de una de las épicas cinematográficas más vibrantes y absurdamente divertidas que nos podamos llevar a la boca.

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