'Godzilla vs. Kong' es un apabullante espectáculo lleno de luz, color y la personalidad de Adam Wingard

'Godzilla vs. Kong' es un apabullante espectáculo lleno de luz, color y la personalidad de Adam Wingard

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Critica Godzilla Kong

Luces de neón. Chistes de DJs. Musicote. Al final ha costado, pero Adam Wingard va a dejar sin argumentos a todos los que dudaban de su autoría. 'Godzilla vs. Kong' es un apabullante blockbuster con todos los ingredientes necesarios para ser un éxito y, tal vez, la mejor película posible dentro de este caótico universo monstruoso.

Viaje al centro de la aventura

Aunque parezca de hace un millón de años, la magnífica 'Godzilla' de Gareth Edwards solo tiene siete años. Tras ella llegaría la notable aventura de Kong en solitario y después la guerra de todos los monstruos que Michael Dougherty no supo (o no pudo) llevar a buen puerto. Afortunadamente para todos, y en especial para los fans del buen hacer de Adam Wingard, su apuesta por el espectáculo revienta-taquillas es un ejercicio de estilo nada alejado de lo que uno esperaría en un blockbuster del director de 'The Guest'.

Algo que Wingard sabe bien es que los personajes de carne y hueso aquí no importan y esa es es la sensación que transmite su película, tal vez la primera en la que el foco está casi siempre puesto en las criaturas más que en personajes de humanos. Claro que para lograr algo así necesitas que los efectos visuales estén exprimidos al máximo, y 'Godzilla vs. Kong' tiene un diseño de producción despampanante del que hace gala desde el primer minuto. Wingard decide que la música pop y el humor sano protagonicen los primeros minutos de la película.

Godzilla Vs Kong critica

La presentación de Kong, verdadero protagonista (¿y rey?) de la función, bien podría ser la de uno de esos polis con problemas psicológicos de los 80-90, y solamente pierde un poco de fuelle al enlazar con las películas y hechos anteriores, provocando algo de estupor a través de unos diálogos más previsibles que los de 'El despertar de la fuerza'. Afortunadamente para los amantes de la aventura con sabor retro, la comedia funciona mejor que nunca y Brian Tyree Henry hace una mezcla ideal con los jóvenes protagonistas, mucho más relajados y alejados de intensidades sonrojantes que en los anteriores títulos. Alexander Skarsgård tampoco necesita muchos minutos para conquistar a través de su ingenuo Nathan Lind.

Fight for your right

Metidos en faena, 'Godzilla vs. Kong' es un divertimento de evasión ejemplar. La historia decide pelear a los titanes a través de un delirante ejercicio de ciencia ficción y peleas al amanecer sin parangón. La intención de no profundizar ni desarrollar a los humanos en la historia se ve desde el primer minuto de película: el personaje que podría ser más cargante de la función es mudo. Excelente jugada y toda una declaración de principios. Y además ahora el duelo entre las criaturas es tan sugerente que afecta al interés narrativo de la historia. No es una peli de bichos que se dan hostias: es una peli de bichos que tienen que darse hostias.

Pero lo mejor que uno puede decir de la película es que estamos ante una obra de autor. La realización de Wingard impresiona. El director asume la grandeza, la excentricidad y la locura de cada pelea que pone en imágenes mientras aporta sus ideas y tics, su estilo, al campo de batalla. Haciendo aún más grandes los movimientos de los titanes con unos ángulos y movimientos de cámara asombrosos, muestra absolutamente todo con una fluidez ejemplar de la que deberían aprender sus competidores.

Godzilla Vs Kong niña

Ya sea una pelea bajo el agua o a través de unos edificios de Hong Kong que parecen una discoteca gigante, el espectador no podrá apartar los ojos de la pantalla durante, atención, casi dos horas. Porque la película de Wingard, en otra maniobra espectacular, no llega a las dos horas. Se queda bastante lejos, de hecho, si prescindimos de los créditos. Las batallas no se detienen, empiezan y terminan, mientras Wingard apuesta todo al gran espectáculo.

Ahora que Warner parece estar más perdida que nunca y tras unos movimientos muy poco satisfactorios en su zona destinada al éxito de temporada, pueden permitirse sacar pecho con 'Godzilla vs. Kong', porque en unos tiempos en los que no resulta sencillo ir al cine (si es que tienes esa posibilidad) han ofrecido al mundo un espectáculo de luz y color, de emoción y belleza, a la altura del ritual de la gran pantalla. Una película extraordinaria, tan grande como sus dos protagonistas.

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