"No tenían ni idea de qué cojones estaban viendo". Quentin Tarantino explica el fracaso en taquilla de 'Grindhouse'

Grindhouse
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'Planet Terror' y 'Death Proof' me alucinaron. Las disfruté enormemente cuando se estrenaron, tristemente por separado, en salas españolas el verano de 2007 para, después, caer rendido ante la experiencia original que habían ideado Quentin Tarantino y Robert Rodriguez —con sus tronchantes fake trailers y sus spots falsos— en una proyección íntegra de 'Grindhouse' que se realizó en el Festival de Sitges de ese mismo año.

Por desgracia, el público no mostró el mismo entusiasmo que yo ante es revival exploitation, que tan sólo cosechó 25 millones de dólares en taquilla —11 en su fin de semana de estreno— en Estados Unidos sobre un presupuesto estimado entre los 50 y los 70 millones. ¿A qué se debió este descalabro? 

Quentin Tarantino tiene una idea sobre ello, y es que tanto él como Rodriguez sobreestimaron el interés —y el conocimiento— del respetable. Así lo contó en una entrevista con el medio Empire.

"Con 'Grindhouse', creo que Robert y yo pensamos que la gente tenía más claro el concepto de la historia de las sesiones dobles y las películas exploitation... No, no lo tenían. En absoluto. No tenían ni idea de qué cojones estaban viendo. Lo que estábamos haciendo no significó nada para ellos. Así que fue un caso de ser un poquito demasiado guays".

Una noche de estreno para olvidar

Al igual que sucedió en España, 'Grindhouse' también se estrenó mutilada en el Reino Unido. La recepción de 'Death Proof' en el país británico tampoco es que fuese para tirar cohetes, y el bueno de Quentin pudo comprobarlo de primera mano cuando fue al pase de estreno en Piccadilly Circus con Edgar Wright y su grupo de amigos.

"Estoy en Londres promocionando la película antes de su fin de semana de estreno. Voy a Edgar Wright y le digo, 'Hey, vamos tú, yo y tus amigos a verla el Viernes por la noche a Piccadilly'. Así que Nira, su productora, y Joe Cornish y todo el grupo de Edgar nos dirigimos al corazón de Piccadilly Circus para ver 'Death Proof' en su estreno. Entramos en el cine y hay unas 13 personas. En la sesión de apertura a las 20:30, ¿vale? [Ríe] Fue una experiencia bastante humillante. Pero nos sentamos y la vimos y pasamos un buen rato. Edgar estaba en plan, 'Eso ha sido impresionante. Creo que yo me hubiese dado la vuelta y me hubiese ido. Admiro el hecho de que dijeses, 'A tomar  por el culo', y te sentases".

Taquillas aparte, 'Grindhouse' fue un experimento fabuloso en el que la creatividad y el riesgo brillaron con luz propia. ¿Volveremos a ver algo así en estos tiempos de fórmulas y jugadas sobre seguro? Crucemos los dedos...

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