Ahora estamos acostumbrados a ver Netflix, YouTube o cualquiera de nuestras mil aplicaciones de streaming desde nuestro teléfono móvil. Pero en 2005 no era tan fácil: aún quedaban dos años para que Steve Jobs desvelara el iPhone, cambiando la historia de la tecnología para siempre, y en todo el mundo estábamos aún imaginando las posibilidades de los aparatos en un momento en el que bajarse unos politonos parecía el futuro y mandar SMS era totalmente rompedor. En este contexto, que las generaciones más jóvenes no comprenderían, nació una nueva manera de ver televisión a la carta mucho antes del streaming: los "mobisodes".
Malotes a la española
El 30 de enero de 2005, después de la premiere de la cuarta temporada de '24', FOX lanzó su primer "mobisode", '24: Conspiracy'. Se trataba de un spin-off de 24 episodios de un minuto cada uno que trasncurría paralelamente a las aventuras de Jack Bauer, y que se ofrecía solo mediante para móviles que tuvieran Verizon (en Estados Unidos). Este fue el primer gran proyecto para lanzar series cortas de televisión en teléfonos móviles, pero hubo otras intentonas poco exitosas antes, como 'When Evil Calls', una rareza de terror (cuyo tráiler podéis ver en YouTube).
Después de '24: Conspiracy', otras series como 'Prison Break' o incluso 'Lost' (que contó con muchos de los personajes de la serie y prometió que era canónico) intentaron meterse en el arriesgado y poco lucrativo negocio de los "mobisodes". Otros países, como Suecia o Japón, también hicieron sus spin-offs para móviles, y claro, en España no podíamos ser menos. Solo que nosotros no haríamos webisodios de 'Los Serrano' o 'Aquí no hay quien viva', sino que nos inventaríamos nuestra propia serie.
El invento en cuestión se llamó 'Supervillanos' y estuvo producido por Globomedia, que lo lanzó directamente a través de móviles Amena, a un precio de 60 céntimos por episodio de 3 minutos. Para verlo, el espectador tenía que pasar por un proceso totalmente contraintuitivo: debía enviar el SMS "AMENA" al 222, entrar en el portal WAP y, entonces, encontrarlos. Mucho trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que eran 40 episodios. O sea, un total de 24 euros (de la época) para unos 100 minutos de contenido total. Pero es posible que estés pensando que, si es buena, y teniendo en cuenta que era una tecnología novedosa, podía merecer la pena pagar por ella, ¿no? Bueno... La verdad es que no.
Los mundos de Yupi
'Supervillanos' trataba sobre una familia de extraterrestres gamberros (niño, niña, mujer, marido, suegra) que se confunden en su camino espacial de vacaciones y acaban en la Tierra, donde solo tienen 8 días para reparar la nave antes de quedarse encerrados para siempre. En el reparto, caras como María Luisa Merlo, Miguel Ortiz, Yolanda Arestegui, David Castillo o Érika Sanz, conocidos -sobre todo por aquel entonces- de otras producciones televisivas como 'Aída', 'Periodistas' o 'Un paso adelante'. Al final, que esta fuera la primera incursión en una nueva tecnología en lugar de otra más normal es lógico: al fin y al cabo, era la época donde la televisión española intentó salirse de lo común con propuestas como 'El inquilino' o 'Gominolas', con un éxito más bien modesto (por ser amable).
Eso sí, el humor no era precisamente elevado. El primer chiste mostraba a la mujer diciendo: "'Yo no necesito mapas, sé orientarme'. ¡Pero si te hicieron falta diez años para encontrar mi clítoris!". De ahí, para arriba, porque se saludaban frotándose el culo y adoraban comer comida rápida y fumar sin parar. ¡Comedia! Guillermo Fernández Groisad, que dirigió los episodios (y después pudo resarcirse con el éxito de 'SMS, sin miedo a soñar'), afirmó en su momento que 'Supervillanos' tenía 128 efectos especiales, "seis veces más que los que se veían en la primera parte de Star Wars". Ya os avanzo que eran cutres e imposibles, pero claro, estaban pensados para verse en una pantalla diminuta repleta de píxeles, ¿qué más daba que no fueran perfectos?
'Supervillanos' costó un millón de euros, tres veces más que una serie normal de 2005, pero tenían la esperanza de recuperar el dinero gracias a las descargas. ¡Solo necesitaban que unas 42.000 personas (de siete millones que tenían un móvil multimedia) se compraran cada nuevo capítulo! Obviamente, no hace falta decirlo, fue un fracaso tremendo, y acabó utilizándose para rellenar huecos en los inicios de La Sexta, cuando aún no tenían claro ni qué tipo de canal iba a ser.
No fue, desde luego, porque no hicieran un lanzamiento por todo lo alto: en Amena sacaron tonos de móvil, fondos de pantalla y hasta permitían elegir cuál era tu personaje favorito, por ejemplo. No es que fueran a cambiar los guiones. En realidad, los 40 episodios estaban grabados y tenían otros 10 en espera que dependerían del éxito de aquellos. Nunca volveremos a saber de esta familia, pero permanece en la historia de la televisión española como una muestra de lo que pudo ser y no fue. Año y medio después nació el iPhone, nuestra relación con los móviles cambió para siempre y la palabra "mobisodes" desapareció de nuestro vocabulario. Por suerte.
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