"Hay menos películas directas a plataformas que acaban teniendo una relevancia, a diferencia de los estrenos en cines". Daniel Monzón ('Las leyes de la frontera')

"Hay menos películas directas a plataformas que acaban teniendo una relevancia, a diferencia de los estrenos en cines". Daniel Monzón ('Las leyes de la frontera')

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Daniel Monzon Las Leyes De La Frontera

Este viernes 8 de octubre llegó a los cines españoles 'Las leyes de la frontera', nuevo largometraje de Daniel Monzón en el que adapta la popular novela de Javier Cercas. En Espinof hemos tenido la ocasión de charlar con el cineasta, quien no ha tenido problemas en hablar en profundidad de diferentes claves de la película.

Por qué quiso hacerla

¿Qué fue lo que más te sedujo del libro de Javier Cercas para querer convertirlo en una película?

La historia de amor, el triángulo entre Nacho, Tere y el Zarco. Esa historia de un chaval de clase media que se enamora de una quinqui, por amor salta al otro lado y está dispuesto hasta a robar bancos por ella, pero también esa historia de amistad que entabla con el Zarco, el jefe de la banda y el chico de Tere. Ese triángulo tan ambiguo y tan rico, y finalmente tan conmovedor, es lo que me llevó en volandas.

Luego ese relato de transición de un personaje de la infancia a la edad adulta también estaba contado en un marco de la España de la transición. Me veía muy reflejado, incluso biográficamente, porque soy un niño de la transición. De alguna manera, como el gafitas, era un chico de clase media que vivía al final de la ciudad y desde mi ventana veía los descampados. Mi edificio era el que cerraba la ciudad, y a partir de ahí había un cementerio de coches, la huerta y descampados. Cuando ibas por ahí a pasear o jugar, me cruzaba con los quinquis, y más de una vez me atracaron con la navaja en el cuello. Yo me cruzaba con ellos y les veía con una mezcla de temor y fascinación, una terrible curiosidad desde ese otro lado de la frontera. Siempre fantaseabas con qué pasaría a ese otro lado, con ese caudal de aventura, que de alguna manera prometía esa gente, con unos códigos suyos que parecían más libres, más salvajes.

Como comentas, el triángulo romántico es el eje de la historia, ¿crees que sin ese factor, sin haberse enamorado de Tere, Nacho también habría dado el salto al otro lado?
Las Leyes De La Frontera Protagonistas

Pues no. Yo creo que el motor de la historia es Tere, que es un personaje arrollador igualmente interpretado por una actriz arrolladora y magnética. Esto es lo que le empuja a Nacho, pero una vez allí son más cosas las que lo atrapan. Todos los adolescentes quieren encontrarse a sí mismos y encontrar otra familia que no es la suya. Lo bonito es que en su lado de la frontera, sus supuestos amigos no son tales, son gente que le desprecia y le humilla. Encuentra lo más cálido al otro lado, en el lado malo y salvaje. Allí es donde encuentra cariño, afecto y camaradería de una banda que le acoge casi instantáneamente. Y luego está esa amistad del Zarco, que viene ser una especie de figura paterna. Y por supuesto que le engancha la adrenalina.

Cuando eres adolescentes tienes la rebeldía dentro, y de pronto saltarte las normas y vivir una aventura es con lo que sueñas. Que la vida no sea esa cosa tan gris y monótona que parece que te marcan las convenciones. Nosotros, Jorge Guerricaechevarría y yo, decidimos poner al espectador en los ojos del gafitas, que el espectador se ponga en su lugar y vaya descubriendo a la banda y los propios sentimientos de Nacho, cómo se va abriendo. Él va entrando poco a poco en ese juego de hurtos hasta que decide meterse de lleno. Ahí la cámara le precede y ves que está disfrutando, que la emoción le embarga al haber hecho una cosa prohibida. Pero claro, Tere es fundamental para atreverte a ir al otro lado. Yo me lo planteo, ¿yo me hubiera pasado al otro lado? Pues no lo hice pese a mi curiosidad, pero si hubiese aparecido una Tere en mi vida, ya te digo yo que hubiera acabado atracando bancos.

Cambios respecto a la novela

Como es lógico, en la película no entra toda la novela, ¿qué fue lo que más pena te dio dejar fuera pero no encajaba por el motivo que fuera?
Las Leyes De La Frontera Imagen

En un primer momento pensé que no estaría mal hacer como dos películas. Ese desgarro final que tiene me recordó a 'Érase una vez en América', que además estaba dividida en dos partes, una que relataba sus peripecias de adolescentes y otra de adultos, con alguna sorpresa. Luego dándole vueltas, porque la leí cuando terminaba la postproducción de 'El niño'. Me acompañaba desde hace mucho tiempo. Me di cuenta de que se podía destilar la esencia de la novela de esta forma, quedándome con la historia de la adolescencia y con el prólogo y el epílogo transmitir un poco esa melancolía del paso del tiempo y ese desgarro final, lo que le ocurre a gafitas cuando es consciente de que ese pasado ya pasó.

Nosotros cogimos cosas de esa segunda mitad que no aparece en la película y las integramos en nuestra propuesta, pero de esa segunda parte hay algo que me gustaba mucho. Es un momento en el que en uno de los permisos que Nacho ha proporcionado a Zarco, él no quiere volver a la cárcel y Tere le pide para convencerle de volver a la cárcel, porque de lo contrario, todo el camino que han hecho de ir hacia la libertad se pierde. Y el tío está en un piso metiéndose heroína a saco. Era una secuencia tremenda. Si la película hubiese tenido esa estructura que te digo, de dos películas, probablemente habría sido una de las secuencias más demoledoras de esa segunda parte.

Nosotros nos dimos cuenta de que si la dividías en dos, el verano del 78, que es cuando sucede, fue justo cuando empezó a entrar la heroína, que es lo que acabó de terminar con todos los quinquis. Ellos murieron o a balazos o por un pico mal metido. Si tú introduces la heroína en un relato, se apodera de él. En la película la heroína solo se intuye en el epílogo, en el aspecto del Zarco, que por ahí ha pasado de todo. Que la heroína todavía no hubiese irrumpido, nos permitía dejarla fuera del relato. Toda la primera parte es casi lúdica, cómo el gafitas va introduciéndose en la banda. Hay un punto que parece que entra en una especie de Arcadia, pero hay un momento bisagra que conduce la historia hacia la tragedia, porque la vida de todos estos chicos, ninguna acabó bien.

Cuando intentábamos encontrar testigos directos de la época, no existen. Solo pudimos hablar con uno de ellos, El Pera, un quinqui que luego fue absorbido por la sociedad. La Guardia Civil le propuso enseñar a los agentes a conducir tan rápido como él. Este chico era un niño que de los 9 a los 12 años conducía como un diablo. Era pequeñito y como no llegaba a los pedales, conducía de pie o se ponía tacones de madera para llegar a los pedales. Era un fiera. Una cosa que le preguntamos es si la policía era tan expeditiva, si se liaba a tiros a la primera de cambio, no tenían problema en reventar a una chaval a balazos. Nos dijo que sí, que era exactamente así, una vez que no le pillaron, le cosieron a tiros pero lograron huir. Al bajar se entretuvieron contando el número de balazos, y eran más de 130.

'Las leyes de la frontera' transcurre en una época muy concreta de la historia española, ¿hasta qué punto quisiste que eso fuera algo esencial en la película?
Las Leyes De La Frontera Escena Pelicula

La transición es un marco y, como te decía antes, el protagonista también está en plena transición. Era otro de los alicientes, el contar aquello. Yo siempre digo que viví la transición en la cara A del LP, que había una sensación de esperanza ante la llegada de la democracia. Sin embargo, la cara B del LP es la que mostraban esas películas de quinquis, esas realidades de tantas familias que iban a la ciudad buscando trabajo y se quedaban en los arrabales, en poblados miserables, cuyos hijos veían la fiesta desde la barrera y no se sentían invitados a ella. Como no tenían otra manera de disfrutarla, se la tomaban a las bravas, cogían una recortada y robaban un banco o pillaban un coche. Vivían muy deprisa y acabaron muriendo muy deprisa.

Eso también me interesaba que estuviera en la película. Es el contexto histórico, el marco de apoyo para esta historia, donde yo creo que lo esencial es la emoción de los personajes. La peripecia te permite hacer una crónica de esa época. Por ejemplo, vemos a tres policías, uno que es un comisario que viene claramente del franquismo, que tiene una forma de operar muy clara. Luego está el intermedio, que es un tipo callejero que se las sabe todas y que también tiene esa inercia del franquismo, sacando la mano a pasear con mucha alegría. Y luego viene el que acaba de salir de la academia, que tiene un planteamiento idealista y una mirada más limpia. Es más recto, ya desde su mirada, pero el mismo proceso le hace ver que en la calle las cosas son distintas. Él observa desde un segundo plano cómo su compañero si tiene que torturar a alguien, pues lo hace.

Al final es activo, que estás mostrando esas nuevas maneras, pero que tienen que contemporizar con las antiguas. Hay un inicio de cambio, pero incluso con las mejores intenciones hay unas leyes no escritas con las cuales, la sociedad te va a mirar de una forma según hayas nacido en un lado u otro. De eso es muy consciente el propio Zarco, ellos saben que son carne de cañón y por eso deciden vivir como viven, porque saben que en breve acabarán en un agujero.

El fichaje de Marcos Ruiz

¿Qué fue lo que te hizo decidirte por Marcos Ruiz para dar vida a Nacho?
Leyes

Soy muy instintivo. Hice un largo casting con Eva Leira y Yolanda Serrano, mis inseparables directoras de casting desde 'Celda 211', y estuvimos mirando y mirando. Cuando apareció Marcos Ruiz, lo sentí de una forma instintiva. El tío está genial, porque su personaje hace un arco que está condensado en dos horas de película y tiene que partir de un punto en el que es alguien que te tienes que creer, que le hacen bullying. Le notas sensible y le ves diferente, pero has de creerte que va a conseguir interesar o enamorar a alguien tan arrollador como Tere. Tienes que entender que se pasen con él pero ha de tener el germen de lo que va a ser más tardes.

Marcos me recordó por la forma de concentrarse y de interiorizar el personaje. Las películas no se ruedan cronológicamente, vas rodando a saltos, un día estaba en punto y en otro en otro completamente distinto. Él tenía una capacidad de concentración que me recordaba a cuando trabajé con Timothy Hutton en 'La caja Kovak'. Él tenía una capacidad de concentración muy similar, pero claro, Marcos era un chaval que tenía 21 años. Tiene una madurez sorprendente.

Yo quería que toda la peripecia el espectador incluso la llegase a sentir de una forma física. Cuando ya entra el lado más dramático y tenso, todo ese atraco a la banca catalana con esa persecución... quería que atosigara al espectador de la misma forma que le sucedía a Nacho. Yo tengo la teoría del escalofrío, cuando se te erizan los pelos del cuerpo, aquí lo tengo.

Luego tenía que funcionar el trío. Construí todo a partir de ahí. Era un casting muy complicado, porque además de que cada uno tenía que ser apropiado para su personaje, tenía que funcionar como trío y como parejas. Zarco con Tere, Tere con Nacho, Nacho con Zarco y los tres juntos. Fue complejo, pero cuando aparecieron, lo tuve clarísimo. A partir de ahí construí la banda, que en gran medida es gente cercana de la calle, que es la primera película que hacían. Ahí sí es verdad que quería recuperar la frescura de aquellas películas, que una baza maravillosa que tenían era que los quinquis estaban interpretados por quinquis, cosa que hoy era imposible.

Eso también empujaba a que el planteamiento estético de la película no fuera intentar hacer algo como aquello. No es una película manierista o mimética de ese cine. Es una historia de amor en aquel contexto, y toda la recreación de aquel género tiene una mirada contemporánea. Es una película que no está rodada en 1:85, está rodada en Scope. Todo está meticulosamente cuidado, pero los coches, aún siendo aquellos, suenan en 5.1, es como una supervitaminación de aquello, algo que también te lo permite el hecho de que Nacho lo recuerda. Recuerda la etapa más apasionante de su vida. Te agarras a ese recuerdo, esa energía, para recrearlo desde esta concepción un poco más espectacular, por así decirlo.

Una cosa que llama la atención es el físico de Nacho, porque a priori, cuando uno piensa en alguien que sufre bullying no piensa en alguien musculado, como vemos más tarde que está él, ¿fue eso algo buscado de alguna forma?
Robo Leyes Frontera

Cuando ves a Marcos en el arranque, él tiene ese cuerpo. El problema no es que seas más o menos musculado y más o menos guapo, es la actitud que tienes ante la vida, la confianza en ti mismo. Él tenía ese germen de rebeldía, como cuando ves el tipo de música que oye, pero ni siquiera era consciente de ello. Como cuando Tere le mete en el baño, le quita las gafas y dice “Mucho mejor así”. Luego él decide quitárselas y se transforma en otro. No tenía una miopía tan grande como para no quitárselas. No veo ningún problema en eso. Conozco a gente que es muy atractiva y sin embargo no se siente así. De hecho, es el gran problema de la adolescencia, y sé de lo que hablo, porque tengo una hija adolescente. Hay días que se sienten horribles y un adolescente nunca es horrible, solo por la propia juventud es bello o bella.

Otro aspecto llamativo es que Zarco de mayor sigue siendo el mismo actor, pero con Nacho se cambia, ¿querías transmitir que Zarco viene a seguir siendo el mismo pero que Nacho ha cambiado?

Sí. Con Nacho el trabajo del actor es maravilloso, porque realmente ves al personaje, le reconoces, en su actitud, en cómo se ríe... A Zarco no se le ha dado la oportunidad de cambiar, se ha quedado en la cárcel y se ha podrido. Nacho sí ha tenido esa oportunidad, pero lo interesante es que ha cambiado, pero tal y como le han empujado a hacerlo, a seguir las normas marcadas para él desde la cuna. A mí lo que me parece triste de la historia es que para estar a este lado de la frontera, tenga que renunciar a la mayor pasión que ha vivido en su vida. Él ha renunciado a ello, pero tampoco le queda otra.

Sé que este juego es arriesgado, pero viendo la escena con público, que es cuando acabas de saber lo que genera la película en la gente, me he dado cuenta de que la ve con un silencio sepulcral y que es terriblemente conmovedora. Creo que la apuesta funcionó.

El estado del cine español

¿Cómo ves la situación actual del cine español entre el impacto de la pandemia y el auge de las series de televisión y las plataformas?

Ahora hay mucho director de cine que está haciendo series y también el formato es interesante desde alguna perspectiva, como desarrollar más a los personajes, pero a mí el ejercicio al que te obliga una película me resulta apasionante. Como te dije, esta película podría haber encajado como una serie, pero el ejercicio de sintetizarlo incluso te diría que la emoción es más contundente de esa forma que alargándola en varios episodios, pero no es lo que me estabas preguntando.

El cine siempre está en crisis. Cuando era niño ya se decía que estaba en crisis el cine en general y el español en particular, pero yo veo que cada año se hacen un montón de películas interesantísimas y este año hay una cosecha estupenda. La pena es que muchos coincidimos en fechas. Desde el lado creativo no veo ninguna crisis, al revés. Hay un montón de miradas distintas, muchos géneros. No hay ninguna crisis.

Luego un problema que podría haber con las plataformas y las series era el hecho de que hay técnicos maravillosos que podían estar parados, pero todo este volumen de trabajo que hay los mantiene y también a la industria en marcha. El hecho de que se hagan muchas series también favorece que se pueda seguir haciendo cine. Antes había películas muy populares como las de Ozores que permitía que luego, por ejemplo, rodase Carlos Saura, porque permitían ese volumen de técnicos.

Yo creo que debería haber una sinergia, es lo que deseo y lo que quiero, que el hecho de que exista tanto trabajo en series y plataformas sea un apoyo para el cine. Yo cuando hago una película, concibo la sala como la primera forma en la que se ha de disfrutar que es imposible de cualquier otra manera. El hecho de sentarte en una sala a oscuras con una pantalla grande que te domina y un sistema de sonido envolvente... esa experiencia es una cosa que me apasiona. Y yo creo que luego cuando llega a una plataforma, es más atractiva. El espectador está más dispuesto a pincharla que una que pasa como más desapercibida. Son menos los estrenos directos en plataforma que acaban teniendo una relevancia, a diferencia de los que sí se estrenan en cines.

El año que viene se celebra el 20 aniversario de 'El robo más grande jamás contado', una película que a su manera conecta con 'Las leyes de la frontera', ya que también es un grupo de personajes que encuentra en el robo su forma de intentar encontrar su lugar en una sociedad en la que no encajan, ¿cómo recuerdas a día de hoy tu segundo largometraje?
El Robo Mas Grande Jamas Contado

Con un cariño inmenso, a mí es una película que me encanta. En su día, cuando la veías con público, veías cómo disfrutaba con ella. Tiene un componente de comedia, de aventura, diversión y ternura...Yo siempre me acerco a los personajes desde el cariño. Disfruté enormemente con aquel grupo de descerebrados. Todas las películas que he hecho las quiero con locura, y esa película es una de las pocas que he vuelto a ver pasado un tiempo, porque no suelo hacerlo una vez se ha estrenado, porque te dedicas a otra. Pero esta vi que la estaban poniendo en televisión, me puse a verla y me lo pasé en grande.

Y no me había parado a pensarlo, pero sí que hay a lo mejor, aunque desde tonos distintos, una conexión. Hay una mirada incluso de respeto en ambos casos, pero desde géneros totalmente distintos. Allí era como si los personajes de 'Atraco a las tres' o de 'Rufufú' se vieran envueltos en una especie de 'Misión Imposible', y en el contraste de esto surgía la comicidad y la ternura.

Sí que recuerdo que el personaje era Resines, un tipo que estaba obsesionado con hacer algo muy grande, y de alguna manera era como yo, que tenía muchas ganas de hacer algo muy grande. Había hasta una identificación energúmena y absurda con el protagonista.

Eso es todo, muchas gracias, Daniel.

Gracias a ti.

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