'Inmersión' no se hunde del todo gracias a James McAvoy y Alicia Vikander

'Inmersión' no se hunde del todo gracias a James McAvoy y Alicia Vikander

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'Inmersión' no se hunde del todo gracias a James McAvoy y Alicia Vikander

No muchos directores tienen la suerte de realizar películas en cinco décadas distintas, ya sea por una simple cuestión de edad o porque las productoras ya han perdido la confianza en ellos. Es cierto que Wim Wenders hizo sus primeros años en los 60, pero su primer largometraje, titulado ‘Summer in the City’, no llegaría hasta 1970. Desde entonces ha trabajado de forma infatigable y en su filmografía sobresalen cintas como ‘Paris, Texas’ o ‘El cielo sobre Berlín’ (‘Der Himmel über Berlin’)

Eso sí, sus últimos trabajos de ficción se han quedado lejos de tener un recibimiento a la altura de sus mejores películas, destacando más por haber realizado documentales como ‘Pina’ o ‘La sal de la Tierra’ (‘The Salt of the Earth’). Sin embargo, ahora nos toca hablar de ‘Inmersión’ (‘Surmergence’), su adaptación de la novela homónima de J.M. Ledgard en la que James McAvoy y Alicia Vikander son los que evitan que naufrague por completo.

Sus protagonistas son su gran (y única) virtud

James Mcavoy Alicia Vikander

‘Inmersión’ se divide en los hechos que suceden en la actualidad, con sus dos protagonistas por separado en situaciones muy diferentes pero que dan pie a pensar que podrían morir, y los flashbacks en los que vemos cómo se conocen y surge una relación romántica entre ambos. A priori esto último era lo que me daba más pereza, pero a la hora de la verdad se revela como lo único realmente interesante de la película.

Desde su primer encuentro en la playa, McAvoy y Vikander logran convencernos de que pueden ser una pareja y luego que la pasión que surge entre ellos tiene algo de especial en lugar de ser un simple romance pasajero, algo a lo que inicialmente incita el hecho de encontrarse en un hotel apartado del mundo y de sus propias vidas.

Poco importa que sus trabajos sean radicalmente opuestos, el guion firmado por Erin Dignam logra dar con un punto de encuentro más o menos creíble que sus dos protagonistas abrazan y dotan de esa verdad necesaria para que nos importe algo sus vidas. Además, los flashbacks están bien dosificados para que la evolución de la situación actual de ambos encuentre un motivo sobre el que apoyarse para que sigan deseando ver al otro por mucho que hasta una mera llamada de teléfono sea un imposible.

‘Inmersión’, repetitiva y cansina

Imagen Inmersion Alicia Vikander

Los problemas llegan cuando han de seguir por separado, ya que Wenders cae en una preocupante tendencia a la repetición de las mismas ideas sin que terminen de llegar a ninguna parte, todo ello aliñado con un ritmo lánguido que casi destruye por completo nuestra implicación emocional con ellos. Es verdad que sus historias tienen un elemento especial sobre el que apoyarse, pero Wenders no sabe muy bien qué hacer eso.

Limitando su alcance individual, nos queda entonces ese anhelo por un reencuentro en el que ‘Inmersión’ se dedica demasiado a centrarse en lo mucho que nos haya podido gustar la pareja cuando estaba unida. No voy a negar que ese punto es lo más destacado de la película, pero no se puede recurrir a esa química cuando ambos están separados -ella decidida a arriesgar su vida, él atrapado y sin salida a la vista-.

Escena Inmersion

Esto va desgastando la paciencia del espectador por mucho que haya alguna escena puntual con innegable fuerza visual, pero en términos narrativos se enreda sin motivo por mucho que la evolución de la historia sea fácil de seguir. A eso hay que añador los personajes estereotipados y vacíos dramáticamente que rodean a los dos protagonistas y que nunca tienen la ocasión de demostrar ser algo más que relleno necesario. Eso permite a McAvoy y Vikander brillar más, pero tampoco lo necesitaban.

Además, ese halo de fatalidad que rodea a la película funciona de forma demasiado intermitente, ya que fracasa en su búsqueda de dotar a ‘Inmersión’ de una intensidad calmada -por raro que suene el concepto-, pero también hay que reconocer que en momentos puntuales sí añade una capa extra a lo que sucede. La pena es que sean tan pocos y que no compensen ni de lejos lo cansina que llega a hacerse durante muchas fases de su metraje.

En definitiva, ‘Inmersión’ es, en el mejor de los casos, una propuesta fallida en la que lo único que realmente merece la pena son sus dos protagonistas. Sin ellos, la película se podría haber venido abajo por completo con suma facilidad, pero Wenders acertó al elegir a McAvoy y Vikander. Por desgracia, no acertó en mucho más.

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