Sitges 2020: ‘Possessor’. Truculento thriller cyberpunk de Brandon Cronenberg al que le perjudica la comparación con su padre

Sitges 2020: ‘Possessor’. Truculento thriller cyberpunk de Brandon Cronenberg al que le perjudica la comparación con su padre

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Sitges 2020: ‘Possessor’. Truculento thriller cyberpunk de Brandon Cronenberg al que le perjudica la comparación con su padre

Era una de las películas de género más esperadas del año, las razones para ello, algo más difusas. Desde su inicio de carrera en festivales hasta Sitges 2020, el hype ha ido poniendo un peso sobre un film viene ya con doble carga de expectativas creadas de la nada sobre un filme que quizá no las necesitaba. Pero ‘Possessor’ viene gustando ya desde el título, una sola palabra que esconde un granito de confianza extra por el apellido que lleva detrás.

El comentario más habitual en las opiniones vertidas sobre la película es que "Brandon Cronenberg es un digno heredero de los horrores de nueva carne de la ciencia ficción y terror de su padre", y quizá de repetirlo hasta la extenuación no solo se esté creando una imagen falsa, sino que acabará jugando en contra con la recepción de una película estimable, pero cuya dirección está en un escalón, menor incluso que los mejores herederos del canadiense.

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El síndrome Duncan Jones

Aunque David Bowie no fue un director de cine, su figura en la cultura pop estuvo muy asociada a la ciencia ficción y el fantástico, por lo que cuando su hijo, Duncan Jones, se atrevió a incurrir en el mundo de los festivales con ‘Moon’ (2009), la sorpresa congratuló tanto a todo el mundo que no se tardó en colocarle la etiqueta de nuevo maestro de la ciencia ficción. Tras unos cuantos chascos encadenados, su nombre se ha acabado difuminando, asociado ahora al ridículo involuntario tras el estreno deMute’ (2016).

Brandon Cronenberg no tuvo tanta suerte con su primera película, una digna sátira de la celebridad que, en efecto, tomaba parte de los terrores clínicos y corporativos de la obra de su padre, algo que se refleja de nuevo en ‘Possessor’, llevando las ideas no solo al terreno del body horror, sino al de la conexión de mente, cuerpo y tecnología, la trasposición de almas mediante superchería cyberpunk lo-fi y un gore salvaje que complementa, en su versión uncut, con planos explícitos de órganos sexuales.

Donde David te ponía un apéndice extraño apareciendo del sobaco, heridas con extraña forma (o función) vaginal, Brandon pone un plano de un pene erecto. Ideas de ‘Scanners’ (1981) o ‘Existenz’ (1999) se concentran en ‘Possessor’ en una trama sencilla, en la que Andrea Riseborough, que es lo mejor de la película, es una agente secreta que controla el movimiento corporal de otras personas, obligándolas a cometer asesinatos que en una misión se ve atrapada dentro de la mente de uno de un sujetos con un apetito por la violencia inusual.

El efecto Cosmatos

Todo el argumento es narrado de forma amodorrada, alternando las metodologías high tech con los momentos de fugas mentales y alucinaciones que se reducen a un par de momentos visuales de “deshacer el muñeco de cera” y la toma que sirve de póster al film, con una máscara de cara decrépita que suponen los mejores momentos y que recuerdan, irremediablemente a los que Panos Cosmatos diseñó en ‘Beyond the Black Rainbow’ (2010) y algunos momentos de ‘Mandy’ (2018), por lo que la presencia de la misma actriz no es casualidad.

Possessor Clip

Sin embargo, Brandon Cronenberg no es Cosmatos, ni tampoco su padre, y su dirección es tosca, con una fijación por los planos muy cerrados y una fotografía cruda y sin personalidad que emparenta ‘Possessor’ con mucha de la oferta de terror de la época en al que el mumblegore daba títulos como ‘Pop Skull’ (2007) ‘Proxy’ (2013), ’24 Exposures’ (2013). Todas con el punto común de usar la gramática de la violencia con un punto de explotación, que compensaba planteamientos más afines a la finalidad primigenia del terror nacido en la era del torture porn.

La obra de Brandon Cronenberg pertenece a esa generación y ofrece una mezcla efectiva de ciencia ficción y terror onírico, pero no muestra una visión que se aleje del revisionismo de los temas de su padre bajo el filtro de terror del mercado de vídeo de primeros de la década, sin que esto sea peyorativo. ‘Possessor’ es un buen ejemplo de un paso adelante en esos planteamientos, pero arrastra algunas deficiencias narrativas a un nivel elemental que no solo crean un abismo con la obra de Cronenberg, sino que muestra que está lejos de compañeros de quinta como Adam Egypt Mortimer, Cosmatos, Alex Garland o, incluso un episodio cualquiera de ‘Raised by Wolves’ (2020-).

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