Cómo pasar de ver 'Élite', 'La Casa de papel' o 'Patria' a trabajar en su producción

Cev Camara
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En España, en eso del audiovisual, nos va de cine. Esta industria ha crecido un 53% durante el último lustro, cerrando 2019 con una cifra de negocio estimada en 1.000 millones de euros y 18.000 empleos directos.

Al margen del consumo, España también se ha convertido en un gran plató internacional. De las series más vistas en Netflix, la reina del streaming, tres son españolas. No es extraño, pues, que esta plataforma situara en nuestro país el epicentro de su producción audiovisual; exactamente, en Tres Cantos, en la Ciudad de la Tele, donde inauguraron hace menos de un año un gran centro de 22.000 metros cuadrados, con miles de personas trabajando.

Está claro que el buen momento por el que pasa esta industria va a suponer una oportunidad laboral para mucha gente. Un puesto de trabajo con recompensa, la de pasar de ver 'Élite', 'La Casa de papel' o 'Patria' a trabajar en su producción o en la de las series y películas "made in Spain" que se estrenen en el futuro.

Para que te lo creas

Hagamos recuento. No hay más que ver la parrilla de las distintas plataformas en abierto o bajo suscripción para comprobar el gran momento que vive la ficción en España. Y no solo porque maestros como el sevillano Paco Cabezas no paren de encadenar éxitos foráneos, ni que media España haya sido el escenario de decenas de localizaciones en ‘Juego de Tronos’. Nuestro país produce series que se están viendo por todo el mundo.

Y ojo, hay vida más allá de ‘Élite’ o ‘La casa de papel’. Solo en Movistar+ podemos contabilizar varias decenas de éxitos: la comedia de Berto Romero ‘Mira lo que has hecho’, ‘El embarcadero’, ‘Vergüenza’, ‘La Peste’, ‘Arde Madrid’, ‘Skam España’, ‘El día de mañana’, ‘Merlí’ y su spinoff, ‘Sapere Aude’, ‘Vida perfecta’, ‘La zona’, ‘Vota Juan’, ‘Gigantes’, ‘Instinto’ o algunas más longevas como ‘Crematorio’, ‘¿Qué fue de Jorge Sanz?’ o la mítica ‘Pulseras rojas’. A España no le faltan ni ideas ni talentos.

Si echamos un ojo a HBO, nos toparemos con ‘El pionero’, documental sobre la vida de Jesús Gil, con la comedia ‘Allí abajo’, ‘Pulsaciones’, ‘Los nuestros’ y en breve llegará ‘Patria’, adaptación de Aitor Gabilondo basada en la exitosa novela de Fernando Aramburu. Y todo esto mientras esperamos ansiosos la cuarta temporada de ‘El Ministerio del Tiempo’.

¿Y qué hay de Amazon Prime Video? ‘La templanza’, basada en el bestseller de María Dueñas, está al caer. ‘El Cid’, protagonizada por el Denver de ‘La casa de papel’ o Nano en ‘Élite’, ídem. Y ‘Un asunto privado’, la mayor apuesta presupuestaria de Bambú Producciones (‘Velvet’, ‘Gran Reserva’), tampoco tardará en aterrizar. Y aún cabe sumar el reboot de ‘El Internado’ en el que ya están trabajando.

Netflix, por supuesto, va con ventaja. Su modelo es un ideal. Además de descubrirnos a rostros como Esther Expósito, podemos encontrarnos con seriales como ‘El Vecino’ (dirigida por Nacho Vigalondo), ‘Las chicas del cable’ (recién finalizada), ‘Paquita Salas’, ‘Alta Mar’ y las muchas que vendrán: ‘El inocente’, la miniserie protagonizada por Luis Tosar ‘Los favoritos de Midas’, el thrillerHache’ o el drama ‘Alma’, lo nuevo del guionista de ‘El Orfanato’.

El futuro es ahora

Hay quien ya ha bautizado a esta época la Edad de Oro de las series españolas. Decir que el talento español está de moda es quedarse corto. También nos hemos convertido en un país muy atractivo para rodar. A nuestros desiertos, bosques profusos, cumbres nevadas y costas míticas hay que sumar otra realidad: rodar aquí presenta ventajas fiscales. La Spain Film Comission ya trabaja para incentivar a productoras como Netflix, HBO, Universal o Disney facilitando este diálogo.

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En medio de este boom, hay mucha gente que se pregunta: ¿qué pasos hay que dar para entrar en este sector? La respuesta es simple: formarse. Por ejemplo, en el CEV, Centro de Estudios del Video S.A., uno de los puntales educativos del gremio, con un historial de más de 25.000 alumnos formados.

Fundado en 1975 y único partner académico de la prestigiosa New York Film Academy, el CEV es una escuela pionera y cantera de muchos talentos, con un equipo docente en contacto directo con la industria, trabajando como realizadores de televisión, directores, guionistas, directores de fotografía u operadores de cámara. Más de 40 años formando y logrando alta empleabilidad gracias a convenios con más de 1.300 empresas del sector. Pero la pregunta sigue en el aire: ¿qué hay que estudiar para entrar de lleno?

¿Sabes usar un drone?

Igual que evolucionan las plataformas de distribución y consumo —en apenas dos décadas hemos saltado del VHS y el traicionero rebobinado de videoclub al BluRay a 4K y el streaming con cuenta compartida—, hacen lo propio los métodos y tecnologías de rodaje. Lo que se impone es estar “actualizado”.

Para verlo de forma clara, un ejemplo práctico: el uso del drone. Desde los orígenes de la cinematografía se ha usado foto aérea, bien a través de aviones de carga, bien a través de helicópteros. Un clásico del género bélico. Si no, que le pregunten a David Lean o Howard Hughes, que fue piloto antes que cineasta.

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Aquellas vistas de águila se han modernizado. ¿Recordáis todos esos elegantes planos cenitales donde un yate huye de una costa atestada de polis? Eso está filmado con un drone. ¿Recordáis el plano cenital de Jon Snow en La Batalla de los Bastardos? Pues eso mismo. ¿Más drones? Podemos encontrarlos en producciones españolas como las citadas ‘Hierro’ o ‘Félix’.

Garantizan una perspectiva muy habitual en los videojuegos, ayudan a transicionar desde caros travellings por mucho menos dinero, permiten grabar en formato 4K RAW a 12 bits y ayudan a concebir escenas imposibles con una calidad de rodaje cinematográfico. Precio asequible, menos riesgo humano y más flexibilidad artística. El buen cineasta domina la técnica pasada, presente y observa con ojo clínico el futuro.

Por eso el centro formativo CEV enfoca su metodología en proyectos, en prácticas con equipo real, con la última tecnología, como los drones, y sin olvidar el software de apps como Premiere Pro, After Effects, Da Vinci, Avid. Sus instalaciones cuentan con cabinas de grabación, salas de "postpo", emisoras de radio, laboratorios de foto, controles de realización y un equipamiento actual, con proyectores de tungsteno tipo Fresnel y cuarzos, pantallas de fluorescencia y LED, con travelling, iluminación HMI, estativos, steadycam, monitores 4K y tabletas gráficas Wacom.

Dos caminos, múltiples alternativas

De los muchos cursos de cine, televisión, música, foto o incluso diseño de videojuegos que imparten, caben destacar dos ciclos formativos. En primer lugar, el de Técnico Superior en Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos, la formación multidisciplinar idónea para todo aquel interesado en crear, dirigir, ejecutar y planificar proyectos audiovisuales.

Dos años de formación continua con titulación HND (Higher National Diploma) y herramientas de edición y postproducción como Premiere Pro, Avid, Final Cut, After Effects, DaVinci, Photoshop y Audition.

Un paso más ofrece el Curso de Cine Profesional HND in Creative Media Production, una doble titulación oficial española/británica reconocida en 112 países, basada en 16 módulos e impartida en clases reducidas para 20 alumnos.

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¿Y qué aprenden los estudiantes de este perfil? Los conocimientos necesarios para desempeñar funciones de realización, edición, postproducción, montaje—contando con todas las herramientas y el software necesario—, escritura de guión y dirigiendo a grupos de estudiantes y creando distintos proyectos, de spots a sitcoms situacionales, en pequeños sets de rodaje. Las sensaciones de pasar a una sala con un grupo humano, coordinando sus emociones, de traducir un guión a una realidad visual.

Todos los estudiantes al final el curso competirán con un corto de ficción en el que asumirán todas las etapas del proyecto, para entender tanto la parte logística (organización, localización, presupuestos), la administrativa (castings) y la creativa. Los mejores cortometrajes serán seleccionados para competir en certámenes nacionales.

Hubo un tiempo en el que ver un actor español codearse entre la élite de Hollywood se antojaba una rareza anhelada. Este mismo 2020, decenas de actores querían posar con el Almodóvar de ‘Dolor y Gloria’. Y en la pequeña pantalla solo hace falta fijarse en el terremoto que genera cada estreno de temporada con ‘La casa de papel’ o las muchas comparaciones que recibe la infalible ‘Élite’.

No estamos ante una burbuja, sino ante el reconocimiento, por fin, del talento patrio, la culminación de un trabajo constante y atractivo a cualquier ojo, tras décadas de ostracismo y chanza. Tal vez porque faltó de un sustrato profesional y un mercado empresarial a la altura. Con CEV, quienes busquen aprender a narrar sus propias historias ya cuentan con la oportunidad. Y nunca hubo un mejor momento.

Imágenes |CEV, imagen del drone (Unsplash)


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