20 años de 'El proyecto de la bruja de Blair', la película que cambió el cine de terror

20 años de 'El proyecto de la bruja de Blair', la película que cambió el cine de terror

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20 años de 'El proyecto de la bruja de Blair', la película que cambió el cine de terror

Puede que por la amenaza del efecto 2000 a la vuelta de la esquina, el cine fantástico de finales de los noventa se empeñó en demostrar que todavía tenía energías para renovarse. La irrupción de 'The Ring (El círculo)' presentaba en sociedad el horror nipón de la mejor manera. El slasher se autoplagiaba entre últimos veranos, leyendas urbanas o fiestas de Halloween, y el fantástico más festivo demostraba tener espacio para la guasa y la aventura más allá de las profundidades marinas.

Incluso con notables esfuerzos y el oficio de algunos maestros en sus últimos golpes de genialidad, como el 'Vampiros de John Carpenter', el cine iba llegando a su fin. Al menos, tal y como lo conocemos. La llegada de 'Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma' y 'Matrix' revolucionarían el mundo del espectáculo y nada volvería a ser como antes. Ni siquiera la antítesis de ese tipo de cine.

Bosque de ideas

Nadie en su sano juicio podría haber supuesto que el año de esos estrenos masivos, una película hecha con sesenta mil dólares, en 8 y 16 milímetros, iba a recaudar en Estados Unidos más dinero que 'American Pie'.

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Un poco antes de todo eso, dos jóvenes estudiantes de cine y apasionados del terror, Eduardo Sánchez y Daniel Myrick, cansados de ver siempre las mismas y repetitivas, paródicas y anodinas secuelas de viejos éxitos de siempre, decidieron que, tal vez, iba siendo hora de crear algo verdaderamente original. "Estábamos pensando en una idea en la que unos cineastas entran en el bosque".

"Pensamos: ¿Qué están haciendo allí? ¿Cuál es el propósito de tener la cámara encendida todo el tiempo? Queríamos algo más que una salida familiar. Queríamos algo que fuera más espeluznante", comentaba Myrick en una de las múltiples entrevistas concedidas a lo largo de estos veinte años. Básicamente lo que hicieron fue inventar el found footage tal y cómo lo conocemos.

Sánchez añade: "Esa fue nuestra gran duda. ¿Qué es lo que están buscando? ¿Una bruja? ¿Algún tipo de hechicero? ¿Qué diablos es eso? Y una bruja era lo más apetecible para nosotros. Nos gustaba la idea ambientar la historia en Maryland, lo suficientemente cerca de la zona de cazas de brujas de Salem, un período realmente oscuro de nuestra historia".

"Si te centras en la película en sí, es básicamente una estructura en tres actos. Queríamos que se sintiera real, pero no queríamos salir y rodar al azar. Teníamos un plan de rodaje muy detallado, describiendo las acciones como lo harías en cualquier guión, solo que más detalladamente, trazando hora por hora lo que estarían haciendo, dónde estarían y la esencia general de la conversación en cualquier momento. Era un guión sin diálogos escritos. Terminó siendo de unas 40 páginas".

Inventando internet

Estos genios no solo reinventaron el horror o el found footage, también se adelantaron en veinte años a las campañas virales masivas de internet. De acuerdo, hace veinte años todos éramos más ingenuos, pero esta gente supo hacer bien las cosas. Si uno intentaba enterarse de qué demonios pasaba en esos bosques perdidos de la mano de dios, lo que vería sería una página web llena de material sobre el asunto.

Material de la película que estaba por llegar un año después de esa información. "Se nos ocurrió este folklore local, que existía una zona del bosque rodeada de una mitología sobre brujería", afirmaba Myrick mientras su compañero desmitifica aún más todo el asunto: "Lo llamé Blair porque mi hermana mayor había ido a la Escuela Secundaria Blair, así me vino a la cabeza. Visto ahora es una locura porque es un nombre perfecto".

Tras unas cuantas reuniones de ideas, intercambios de opinión y recuerdos sobre qué tipo de historias los había aterrado más, sobre todo siendo algo jóvenes, llegaron a la conclusión de que títulos como 'The Legend of Boggy Creek' o documentales televisivos sobre avistamientos ovni habían helado sus venas en más de una ocasión.

Aquel material que parecía real, tan alejado de la ficción convencional, era el secreto. Juntos lograron aunar el ambiente de historia de terror a la luz del fuego, el verismo y el "directo", algo que supo hacer mejor que nadie la española '[Rec]', una lección depurada que, eso sí, necesitó casi una década para pulir la técnica de los bosques de Blair.

No es otra estúpida snuff americana

¡¡¡La primera película snuff que se verá en los cines!!! El mundo había mordido el anzuelo. 'Tesis', 'The Brave' o 'Asesinato en 8mm' ayudaron a que el público estuviera alerta con el tema de la muerte real en vídeo. Con ese rumor llegó la película a Sundance. Y la cara de la gente al salir del primer pase hablaba por sí sola.

Así lo recuerda Joe Lynch, director de títulos tan cachondos como 'Km. 666 II: Camino sangriento', 'Everly' o la verdadera buena (mini) película sobre Venom, 'Venom: Truth in Journalism' "Yo andaba promocionando el stand de Troma, vestido con el traje oficial (y nunca antes lavado) de Toxie, así que no pude ir a ese primer pase. Pero vi a la gente salir de la sala completamente desencajada, así que a las 4 de la mañana del día siguiente estaba esperando para conseguir una entrada del siguiente pase".

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La ausencia de debates o coloquios tras las proyecciones, la "defunción" de sus protagonistas en las bases de datos y la nula información sobre el proyecto aumentaron la leyenda, corriendo como la pólvora hacia un estreno en Cannes pocos meses después, donde se llevó el premio joven a la mejor película extranjera. Huelga decir que los directores no estuvieron invitados (deliberadamente) al festival y así continuar con el exitoso experimento.

El ansia de la gente por el conocimiento y el fin de la carrera comercial de la película fueron revelando los secretos y métodos del rodaje de la película, un mal menor dado que se convirtió en la película más rentable de la historia.

Coordenadas gps, notas argumentales y mucha libertad de acción. Ahí está el verdadero secreto de la película. Puestos a desmitificar, sus protagonistas aseguran que "Las escenas nocturnas de acoso tampoco es que nos dieran especial pavor. Era más molesto que otra cosa. Dormir en un saco de mala manera, eso sí era aterrador", recuerda Joshua Leonard, uno de los protagonistas.

Un final de pesadilla

Apenas un año después, Hollywood quiso aprovechar el filón con una secuela, un desastre que según cuenta el propio director, Joe Berlinger, fue una trampa para todo el mundo. "Comenzó con una idea interesante en mi cabeza, un trabajo acerca de los efectos de la histeria colectiva. Rodé mi película, que parecía gustarles, y la presenté. La respuesta inmediata de la productora fue que por qué no estaba llena de gente joven sedienta de sexo pagano, alcohol, drogas, metal y sustos baratos.

Lo que pasó después, bueno, es el resultado esperado que tenéis disponible en alguna parte, si nadie ha destruido las copias. No está de más recordar que fue el primer lanzamiento dvd + banda sonora de la historia. Tampoco está de más recordar que la película no fue un desastre económico, puesto que sus 15 millones de presupuesto sirvieron para recaudar tres veces más, pero el nivel artístico era muy pobre y la operación de marketing demasiado ofensiva.

Es muy complicado aumentar la leyenda de la bruja de Blair a estas alturas. Haxan, la compañía que produjo la primera película, tenía pensada una serie de precuelas, secuelas y spin offs que nunca llegaron a buen puerto.

Recientemente pudimos ver el 'Blair Witch' de Adam Wingard, doblemente decepcionante puesto que partía de una base misteriosa, de un proyecto con otro título que se destapó por sorpresa como una secuela directa de la película original. El resultado está lejos de lo esperado en un par de tipos de fiar como Wingard y su guionista de cabecera, Simon Barret.

La película, a pesar de tener claro su target (nuevo) y de no perder de vista al fan original (gente con hijos ahora), no supo salir de la espiral de repetición de quien no se sabe si es un remake, una secuela o un homenaje. Y hablando de homenajes, un recuerdo a Neal Fredericks, director de fotografía de 'El proyecto de la bruja de Blair', muerto en horribles circunstancias mientras rodaba planos aéreos para una película.

Como decía Joe Lynch, es mejor no saber más de lo necesario. La película de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez es única y sigue funcionando ahora, en los días de las televisiones 4K, gracias a su desparpajo y a una hoja de ruta muy clara apoyada en la libertad de quien se sabe jugando con algo nuevo que podría dar que hablar. De momento ya estamos cansados de ver siempre las mismas y repetitivas, paródicas y anodinas secuelas de viejos éxitos de siempre. Otra vez. ¿Tocará reinventarse?

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