Los mejores animatronics del cine demuestran que Hollywood no necesita abusar del CGI para dejarnos estupefactos

Los mejores animatronics del cine demuestran que Hollywood no necesita abusar del CGI para dejarnos estupefactos

De insectos gigantes a cabezas giratorias: es posible que la aportación de la saga 'Crepúsculo' no os deje dormir esta noche...

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Terminator

Pueden ustedes, queridos lectores, llamarme "carca", "trasnochado", "viejoven", o decirme que huelo a rancio; pero puedo asegurar con total rotundidad que no hay efecto digital que consiga imponerse y destacar sobre un buen efecto práctico; especialmente, si nos estamos refiriendo a un animatronic.

Puedo admitir que el CGI, en combinación con la mayor cantidad de efectos especiales tangibles que sea posible posible emplear, puede enriquecer hasta la límites insospechados cualquier secuencia —como bien nos está demostrando Christopher Nolan—; pero este es un tema sobre el que podría verter ríos de tinta, y no es plan de escribir una tesis doctoral sobre la materia.

En lugar de eso, voy a proponer un repaso a través de alguno de los susodichos animatronics que más me han marcado, inspirado por un reciente descubrimiento que colinda los límites de lo grotesco y lo fascinante con mi adorado Nic Cage como protagonista. Como siempre en estos casos, "ni son todos los que están, ni están todos los que son", pero los siguientes 19 animatronics ni han dejado, ni dejarán indiferente a nadie.

'La Cosa' ('The Thing', 1982)

Es más que comprensible que el jovencísimo Rob Bottin que consiguió capitanear el equipo de efectos especiales de la mejor película de John Carpenter estuviese intimidado con la magnitud del proyecto.

Por suerte para él, para el señor Carpenter, y para los fans del cine de género, la cosa salió lo suficientemente bien como para que la película no haya envejecido lo más mínimo a pesar de haber cumplido 41 primaveras. La magia de los efectos prácticos llevada al límite con una cabeza humana con patas de araña. Magistral.

'La Cosa' (The Thing', 2011)

Pese a sus innegables defectos, soy un férreo defensor de la precuela estrenada en 2011 del clásico de John Carpenter. El respeto que muestra por la obra original a la hora de abordar una suerte de remake encubierto, está a la altura del fantástico diseño de sus criaturas.

Lástima que los productores considerasen que los animatronics eran demasiado realistas y desagradables para la audiencia, y los embadurnasen con una capa de CGI que destrozó el trabajo del equipo de efectos prácticos.

'Cara a Cara' ('Face/Off', 1997)

Mucho ojo con estas réplicas de los cuerpos de John Travolta y Nicolas Cage utilizadas en la genial 'Cara a Cara' —del maestro chino John Woo, empleados en la famosa secuencia de la cirugía en la que ambos personajes intercambian sus rostros. El detalle de la respiración es, cuanto menos, inquietante.

'Tiburón' ('Jaws', 1975)

Qué podemos añadir que no esté ya escrito sobre este defectuoso escualo mecánico que tantos quebraderos de cabeza dio a Steven Spielberg en el rodaje de 'Tiburón', y que le obligó a ocultar la criatura durante la mayoría del metraje. Nunca un fallo garrafal del equipo de efectos especiales aportó tantísimo a una película que explotó de forma brillante la máxima de que "sugerir es mejor que mostrar".

'Desafío total' ('Total Recall', 1990)

La etapa más salvaje de Paul Verhoeven nos regaló este clásico de la ciencia ficción y el cine de acción protagonizado por Arnold Schwarzenegger. De entre todas sus secuencias y su fantástico repertorio de efectos especiales, destaca este momento en el que el infame Cohagen tiene algún que otro problemilla con sus globos oculares.

'Starship Troopers' (1997)

No abandonemos al director holandés para adentrarnos en las entrañas de otro de sus clásicos sci-fi más locos y autoconscientes. A pesar del enorme esfuerzo del equipo de efectos prácticos, la orgía mecánica de 'Starship Troopers' queda diluida por los coqueteos digitales propios de su época —recordemos que data de 1997—. Pese a todo, el trabajo mecánico, como podemos comprobar, fue titánico.

'Parque Jurásico' ('Jurassic Park', 1993)

En una recopilación de estas características no podría quedar fuera el genio del maestro Stan Winston y su Tiranosaurio Rex creado para 'Parque Jurásico'. De nuevo, resulta sorprendente enfrentarse a la cinta, estrenada en 1993, y ser testigos de cómo se mantiene tan fresca e impecable como hace casi un cuarto de siglo.

'Terminator 2: El juicio final' ('Terminator 2: Judgment Day', 1991)

De nuevo, otro trabajo impecable de Stan Winston, integrado en un largometraje pionero en el uso de efectos digitales generados por ordenador. La magia mecánica añeja del T-800 enfrentada a la suerte de mercurio líquido del T-1000 en un filme de un James Cameron que tan pronto te rueda la explosión de un puente construido para la ocasión en 'Mentiras arriesgadas', como firma una película centrada en el CGI como —la gran— 'Avatar'.

'Spider-Man' (2002)

Antes de que terminase vistiendo una suerte de servo-traje metálico, el Duende Verde de la 'Spider-Man' de Sam Raimi fue la maravilla animatrónica, más fiel al diseño original del personaje, que podemos ver sobre estas líneas. El esfuerzo del equipo de efectos es más que evidente a juzgar por el resultado de la prueba, pero hay que reconocer que, tal vez, daba demasiado mal rollo como para utilizarlo en una película para todos los públicos.

'Un hombre lobo americano en Londres' ('An American Werewolf in London', 1981)

Un clásico indiscutible del cine de terror alcanza ese estatus por méritos propios; y entre todos los aspectos dignos de elogio que podemos encontrar en 'Un hombre lobo americano en Londres', está la transformación de su protagonista, práctica en su totalidad, y con una capacidad demoledora para impactar al espectador, primerizo o no. A día de hoy, estimables obras licantrópicas como 'Dog Soldiers' o 'Howl' han conseguido igualar esta genialidad de John Landis.

'La mosca' ('The Fly', 1986)

Nos mantenemos en el campo del terror, continuamos con las transformaciones, pero cambiamos de animal. La fase final de la mutación de humano a mosca-antropomorfa del bueno de Jeff Goldblum, rodada a través de la enfermiza visión de David Cronenberg, sigue siendo uno de los pasajes más desagradables y turbadores que nos ha brindado el género a lo largo de su historia. Oro puro recubierto de fluidos varios.

'Mortal Kombat' (1995)

Antes de abrazar el lado oscuro de los efectos digitales, mi estimado Paul W.S. Anderson empleó en su adaptación del videojuego 'Mortal Kombat' un animatronic gigantesco para dar vida al monstruoso Goro y a sus cuatro extremidades. El resultado no es tan depurado como cabría esperar a juzgar por lo visto en este artículo, pero, dado su tamaño y complejidad, Goro se ha ganado a pulso un hueco en él.

'Krampus: Maldita Navidad' ('Krampus', 2015)

Resulta inspirador y, a su vez, motivo de celebración, encontrar un largometraje como 'Krampus: Maldita Navidad' a estas alturas del siglo XXI. Ver esta oda al cine de los 80 en la que su director Michael Dougherty vuelca sus esfuerzos en la creación de criaturas mecánicas, y en el empleo de los efectos prácticos para ofrecer un revival en toda regla, es un auténtico placer.

'Gremlins' (1984) y 'Gremlins 2: La nueva generación' ('Gremlins 2: The New Batch', 1990)

Una de las inspiraciones más que evidentes de la mencionada 'Krampus' es esta obra magna del cine de aventuras con tintes de terror soft titulada 'Gremlins'. El repertorio de criaturas animadas artesanalmente del que hace gala la primera parte de la dupla, se potenció considerablemente en una 'Gremlins 2' que nos dejó monstruos tan icónicos como el bobalicón Lenny.

'Alien vs. Predator' (2004)

El impecable uso de animatronics y efectos prácticos a lo largo de la saga 'Alien' es tan evidente como innecesario de reivindicar. Es por ello que he decidido incluir el trabajo —de nuevo— de Paul W.S. Anderson y su equipo en 'Alien vs. Predator', por lo inesperado de encontrar una labor tan ardua a la hora de fabricar criaturas tangibles para integrarlas en un espectáculo que, aparentemente, grita "digital" a los cuatro vientos.

'La loca historia de las galaxias' ('Spaceballs', 1987)

Sintiéndolo mucho, no he sido incapaz de contener mi instinto por incluir este glorioso momento de 'La loca historia de las galaxias' de Mel Brooks. Cada vez que este chestburster sale del pecho del nuevamente malogrado John Hurt, se calza su sombrero, y empieza a cantar, soy incapaz de contener la carcajada instantánea. No será el mejor animatronic del mundo, pero cumple a la perfección su cometido —y se ve mejor que su homólogo en 'Alien: Covenant'—.

'Muñeco diabólico' ('Child's Play', 1988)

Si hablamos de traumas infantiles con el celuloide, el bueno de Chucky ostenta un maravilloso segundo puesto en mi lista particular. Para ser honesto, ver al 'Muñeco diabólico' como dios le trajo al mundo, compuesto de hierros y mecanismos para articularlo, no ha mermado el índice de escalofríos que me genera el simple hecho de pensar en él.

'El exorcista' ('The Exorcist', 1973)

Como no podía ser de otro modo, si Chucky es portador de la medalla de plata, Regan y su cabeza giratoria ocupan el puesto de honor en el podio de animatronics que más noches en vela me han hecho pasar durante mi infancia. Una instantánea tomada por un William Friedkin en estado de gracia que incluso vista fuera de contexto consigue estremecer, dentro da la considerada por muchos como película más terrorífica de todos los tiempos.

Bola extra: 'La saga Crepúsculo: Amanecer - Parte 2' ('The Twilight Saga: Breaking Dawn - Part 2', 2012)

Dejemos lo ¿mejor? para el final. Si ya habéis visto el vídeo adjunto a este apartado, mis disculpas por los sudores fríos y los futuros terrores nocturnos. Si aún no lo habéis hecho, sed valientes y presenciad el que, probablemente, sea uno de los animtronics más involuntariamente aterradores de la historia del cine.

La criatura, que debería dar vida al bebé Renesmee, terminó siendo rebautizada como Chuckesmee por su ligero parecido al nuestro buen amigo Chucky. Obviamente y dado el horripilante aspecto del animatronic, Chuckesmee fue reemplazada por un churumbel generado digitalmente tras una sabia decisión de los responsables del filme. Coincidimos plenamente con Bill Condon, director del filme, en calificar la aberrante marioneta como "una de las cosas más grotescas que hemos visto nunca" pero, aún así, sigue viéndose mejor que el bebé de 'El Francotirador' de Clint Eastwood.

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