'Cobra Kai': por qué la serie de Netflix es mejor que cualquier película de la saga 'Karate Kid'

'Cobra Kai': por qué la serie de Netflix es mejor que cualquier película de la saga 'Karate Kid'

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Cobra Kai Daniel Johnny

La compra de ‘Cobra Kai’ por parte de Netflix ha ayudado a disparar la popularidad de una serie que en realidad estrenó YouTube Red allá por 2018. Ya entonces tuvo una acogida muy positiva, pero ha sido ahora cuando esta secuela de ‘Karate Kid’ ha llegado a otro nivel y seguro que no soy el único que está deseando que llegue el día en el que podamos ver su ya rodada tercera temporada.

Sin embargo, hoy no he venido a hablaros del futuro de la serie, ya que mi objetivo es explicaros por qué creo que ‘Cobra Kai’ es mejor que cualquier película de la franquicia ‘Karate Kid’, incluida la mítica entrega que introdujo por primera vez a los personajes de Daniel LaRusso y Johnny Lawrence.

Un enfoque más estimulante

Johnny Daniel Cobra Kai
El artículo contiene algunos spoilers de las dos primeras temporadas de 'Cobra Kai'

Seamos sinceros, la historia que contaba ‘Karate Kid’, que es además la mejor de la franquicia con diferencia, la hemos visto infinidad de veces y la cinta dirigida por John G. Avildsen está lejos de ser la que mejor lo hizo. Un perdedor entrañable que supera sus límites para acabar llevándose la victoria ante esa persona que le estaba haciendo la vida imposible. De hecho, hasta el propio Avildsen había estado más inspirado años antes con un relato similar que dio forma a ‘Rocky’.

En cambio, ‘Cobra Kai’ nos permite conocer la otra versión de la historia, ya que en ‘Karate Kid’ todo era blanco o negro, pero la serie ahora de Netflix nos deja claro que ni mucho menos era el caso, ya que entonces se relegó a Lawrence al papel de némesis del protagonista sin preocuparse en entender realmente sus motivaciones, dejando aquí bien claro que su situación no era tan diferente a la de LaRusso.

Escena Cobra Kai

De hecho, la serie cuenta con lo mejor de dos mundos, ya que nos cuenta la historia de un perdedor en sus horas más bajas que intenta enderezar el rumbo abriendo un dojo en el que quiere mantener lo mejor del Cobra Kai original pero sin caer en todos los errores que se cometieron entonces, pero no por ello nos vende a Lawrence como un héroe al uso. Definirlo como una persona normal quizá suene excesivo, pero sí que tiene las imperfecciones de una y su posición va oscilando a lo largo de la serie en lugar de decirnos que en realidad él era el bueno y LaRusso el malo.

Eso también aplica al caso de LaRusso, quien en las películas era poco menos que la representación de todo lo bueno y honorable y que aquí tiene una actitud mucho más creíble. También es capaz de lo mejor y lo peor, esto último normalmente asociado a su tirante relación con Lawrence, donde la serie explora a menudo la posibilidad de una amistad entre ambos para que acabe sucediendo algo que los separe aún más que antes. Esto alcanza su punto álgido con la grave lesión de Miguel al final de la segunda temporada. Puede que ni siquiera se crucen una palabra en el ascensor, pero la escena difícilmente podría ser más elocuente.

Un relato más variado

Además, ‘Cobra Kai’ aprovecha el hecho de ser una serie para ofrecer una variedad mucho mayor en lo que nos está contando, ya que ni mucho menos se reduce todo al antagonismo entre Daniel y Johnny. Ahí es donde la primera temporada está especialmente inspirada al dar una importancia capital a Miguel y Robby, tanto por la forma de entender a sus personajes como por todo lo que deriva de esa situación.

Y es que Johnny encuentra con Miguel esa conexión que tanto anhela con su propio hijo, un Robby que no deja de rechazarlo y que encuentra el equilibrio en la vida entrenando con Daniel. Esto podría haber quedado perfectamente reducido a la función de mero complemento de las tiranteces entre los dos protagonistas, pero ‘Cobra Kai’ deja respirar a estos personajes, enriqueciendo así a la propia serie

Es cierto que ‘Cobra Kai’ quizá ha abusado de ese componente dual en la segunda temporada, donde se lleva al límite la idea de la oposición entre dos personajes que perfectamente podrían ser amigos -de hecho es lo que sucede con varios de los integrantes de ambos dojos-, pero por ahora han sabido mantenerlo bajo control para que la serie no descarrilase.

El crecimiento del nivel actoral

Imagen Cobra Kai

Puede parecer una obviedad, pero tanto Ralph Macchio como, sobre todo, William Zabka son ahora mucho mejor actores que en ‘Karate Kid’. Sin duda ayuda contar con personajes mejor construidos y con un mayor recorrido vital, pero lo primero que seduce de la serie más allá de su curiosa premisa es el hecho de que la simpática ocurrencia de sus creadores tiene unos cimientos sólidos en sus dos protagonistas.

Parte del éxito de ‘Cobra Kai’ se debe a que uno entiende a ambos y ahí lo que aportan Macchio y Zabka resulta vital. Es cierto que no poder contar con el ya fallecido Pat Morita como Miyagi es una pena, pero también que la serie hubiese sido muy diferente. Ahora podría decirse que ellos dos son los dos grandes referentes vitales y que alrededor de ellos orbitan el resto de personajes, donde puede que ningún otro intérprete llegue a brillar tanto, pero no son pocos los que tienen su parcela individual para demostrar sus habilidades y hasta ahora no veo motivos para quejarme de la aportación de ninguno de ellos.

La nostalgia bien entendida

Cobra Kai Escena

Seguro que no era el único que temía que una serie como ‘Cobra Kai’ acabase limitándose a canibalizar lo que convirtió a ‘Karate Kid’ en todo un bombazo en taquilla, convirtiéndose así en un ejercicio vacío de nostalgia. Por suerte, no ha sido el caso, ya que eso es algo que la serie ha sabido leer muy bien, utilizándolo solamente para que la serie progrese o dar algo más de fondo a las motivaciones de sus personajes.

Eso no quita que sea posibilidad sobrevuele por la serie en todo momento -el hecho de que Daniel vaya a visitar Okinawa en la tercera temporada es algo que podría salir muy mal, pero ‘Cobra Kai’ nos ha dado motivos para confiar en que no sea el caso-, pero hasta ahora ninguna queja. Hasta las ocasionales menciones a Miyagi o la reaparición de Kreese se han sabido manejar con bastante soltura.

Y sí, obviamente se nos retrotrae en varios momentos a la mítica película, pero nunca se siente como una dosis de fan service o su única razón de ser. Aquí realmente hay una progresión en la historia de Daniel y Johnny, y como es imposible no volver cada cierto tiempo a ‘Karate Kid’ al haberse sentado allí las bases de su relación.

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