Cómo adentrarse en 'Doctor Who': todas las claves para no descalabrarse en el espacio-tiempo

Cómo adentrarse en 'Doctor Who': todas las claves para no descalabrarse en el espacio-tiempo

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Cómo adentrarse en 'Doctor Who': todas las claves para no descalabrarse en el espacio-tiempo

Este es el momento. Allons-y, que diría el propio Doctor. El decimotercer Doctor/Doctora llega con pequeña polémica a cuestas por su cambio de sexo. La salida del últimamente más polémico de la cuenta Moffat y la llegada de Chris Chibnall como nuevo showrunner (o no tan nuevo, porque lleva desde 2007 como guionista de ocasionales episodios, y fue jefe de guionistas en el spin-off 'Torchwood') marca una nueva era para la serie.

Pero puede pasar que, aunque siempre hayas querido engancharte a una serie histórica como esta, tengas miedo de que el impresionante legado de más de medio siglo sea demasiado complejo. Porque no, la de 'Doctor Who' no es una historia que se continúe de forma lineal y seriada, pero tampoco estamos ante 'El Equipo A' de la BBC. Hay una continuidad, hay personajes que viven y mueren. Hay recuerdos que se transmiten de Doctor en Doctor y épicas aventuras que son recordadas temporada tras temporada.

Todo ello forma parte de un legado al que es fácil incorporarse porque, por suerte, el Doctor no está recordando continuamente su nutridísimo pasado. Una circunstancia que ha dado, por otra parte, pie a una continuidad que siendo generosos podríamos calificar de errática; por suerte a los whovians, los fans de la serie, esa cuestión les resbala bastante, por actitud vital y también por salud mental. Si alguien intentara encajar en un todo coherente el maremagnum de Doctores y sus múltiples aventuras (que en muchos casos han vivido historias en libros, comics y otros spin-offs que se consideran canon) acabaría perdiendo la cordura.

Por eso, siempre pensando en vosotros, hemos preparado esta pequeña guía de iniciación a las aventuras de 'Doctor Who'. Habrá múltiples lagunas, como es obvio despues de tantas décadas de aventuras (no del todo) ininterrumpidas, pero te servirá para empezar. Ten en cuanto cada uno de los Doctores ha generado su propia literatura: hay libros dedicados a cada uno de los Doctores aislados, imagínate si hablamos de todos juntos. Pero estos son nuestros consejos para no asfixiarse en los confines del espacio tiempo.

Consejos para recién llegados a la TARDIS

-Empieza por el efímero noveno Doctor, interpretado por Christopher Eccleston durante solo una temporada, en 2005. Puede parecer un consejo insensato, pero es el momento en el que BBC reinició la serie. Aunque, efectivamente, hay ocho doctores previos, la serie adquiere un tono introductorio a la mitología del personaje perfecto para arrancar. Además, con 'Rose', una historia perfecta y de enorme alcance.

-No te obsesiones con las referencias. Según avances vas a encontrar múltiples citas a aventuras pasadas. Que eso no te agobie más de la cuenta. No hay casi ningún episodio de 'Doctor Who' (salvo, obviamente, los de final de temporada y en los que mueren los sucesivos doctores) que no puedas disfrutar por sí mismo, sin tener en cuenta las citas a otras aventuras. Si te agobias, limítate a disfrutar de estupendas peripecias espaciotemporales... que no es poco.

-... pero no las descuides. Dicho eso, está claro que 'Doctor Who' se disfruta mucho más si se está atento al impresionante lore que la serie ha construido a lo largo de las décadas. Dicho de otro modo: Missy es una sensacional villana la tomes por donde la tomes... pero si estás al tanto de su identidad de lo que eso implica y de su larga relación con el Doctor, su interés se multiplica automáticamente.

-Picotea en temporadas anteriores. Cuando alguno de los Doctores se te empache, no es mala idea revisar temporadas anteriores al azar. De lo que ya has visto (créenos, siempre redescubrirás detalles) o de los doctores clásicos. O por ejemplo, la película 'Doctor Who y los Daleks', en la que el Doctor es nada menos que Peter Cushing (y no forma parte del canon televisivo). Revisar viejos Doctores ye refrescará las ideas y verás con más facilidad por qué la serie está por encima de quien la protagonice.

-No desesperes. Doctor Who es una serie que exige cierta paciencia para encontrarle el aquel. ¿Sabes eso de "en la tercera temporada empieza lo bueno"? En 'Doctor Who' el margen que necesitas es solo de cinco o seis capítulos, pero los precisas para acostumbrarte a la a veces enervante personalidad del Doctor (luego será tu persona favorita del Universo) y a los desarrollos de los episodios, a veces sencillos, pero otras veces atropellados y crípticos. Y sí, claro, hay episodios malos. Como en cualquier serie. Pero no son tandas largas y... no hay episodios rematadamente horribles. Ya querrías una promesa así en esos binge-watching sin sentido que te pegas a veces.

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-Déjate abrumar por el caos. Asúmelo desde ya: nunca vas a poder ver todo 'Doctor Who'. Aunque tuvieras la paciencia de repasar las trayectorias de los trece doctores, no podrías leer todos los comics, libros y jugar a los videojuegos que han generado. Un ejemplo cualquiera: 'Scream of the Shalka' fue una miniserie animada en flash que la web de la BBC publico en 2003, cuando no había planes para revitalizar la serie. Cuando se produjo la primera temporada de la nueva etapa de 'Doctor Who', Christopher Eccleston pasó a ser el noveno doctor y este, con voz de Richard E. Grant, quedó fuera de canon. ¡Y eso que era un producto oficial de la BBC! Pues así, decenas de ejemplos.

-Contacta con otros* whovians*. Esto pasa con todas las series, ya lo sabes. En grupo, mejor. Pero en 'Doctor Who' hay tantos guiños que comentar y tantas frases que citar por episodio, que disfrutarás poniéndolos en común. Otros whovians también son importantes, recuérdalo, para ayudarte a poner orden en el marasmo de material que te queda por ver y que, nunca insistiremos lo suficiente, nunca verás del todo.

-Saca al niño que llevas dentro. Ten en cuenta siempre que Doctor Who es una serie para toda la familia. Originariamente, incluso, especialmente dirigida a niños. Es blanca, es optimista, disfruta con el humor físico y tontorrón, con la exposición de sentimientos básicos, y sobre todo, nunca es cínica. Por supuesto, hay matices: 'Doctor Who' maneja conceptos de ciencia-ficción, sobre todo los de viajes en tiempo, muy avanzados para un niño, pero son la guinda. La aventura, los monstruos, el humor son familiares. No esperes una serie oscura (aunque 'Doctor Who' lleva su buena carga de matices siniestros) o deprimente. O como bien dice un Peter Capaldi bien consciente de ese entusiasmo infantil, "Laugh hard. Run fast. Be kind" ("Ríe fuerte. Corre rápido. Sé bueno")

Pero... ¿de qué va todo esto?

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'Doctor Who' nació en 1963 como un proyecto de la BBC para revitalizar su sección de ficción, y se escogió que fuera una serie de ciencia-ficción porque había posibilidades de mayor éxito siendo de ese género. La primera etapa de la serie tenía como prioridad no mostrar efectos especiales aparatosos pese a su filiación temática, y los medios empleados son muy reducidos.

La premisa de la serie no ha sufrido ninguna modificación en su larga historia, sobre todo debido a que su planteamiento permite múltiples variantes: nuestro héroe es un Señor del Tiempo llamado el Doctor, un extraterrestre del planeta Gallifrey que viaja en el tiempo y el espacio en una nave camuflada de cabina típicamente británica para contactar con la policía. En sus viajes ayuda a quienes lo necesitan, aunque la mayoría de los veces esos necesitados son terrestres del pasado o el futuro.

Siempre acompañándole van uno o más terrestres, los companions. A menudo, una chica joven, pero no necesariamente, y muy rara vez esa relación toma los derroteros fáciles de otras series. Esa relación, a medio cambio entre la de maestro-alumno y la de amor más o menos puro y con tintes paternales, ha generado algunos de los mejores momentos de la serie, y sin duda los más dramáticos de todos. Para poder sustituir al primer Doctor (William Hartnell) por otro actor sin cambiar el personaje, los guionistas decidieron que el alienígena cambiara de aspecto al morir, garantizando así la longevidad casi infinita de la serie (al principio las reencarnaciones eran limitadas, pero pronto encontraron cómo saltárselo).

Es curioso cómo muchísimos de los elementos argumentales y estéticos que han caracterizado a Doctor Who desde sus inicios (la TARDIS, los viajes en el tiempo, los companions, el tono alegre y familiar) se han conservado casi intocables. Eso incluye, por supuesto, a muchos de los enemigos: los Sontyarans, los Zyfgons, los Guerreros de Hielo, los Nestenes y, por supuesto, sus tres principales némesis (los Cybermen, The Master y los inmortales Daleks), que fueron creados en los años setenta o incluso antes. En el caso de los Daleks, aparecieron en el segundo arco argumental del Doctor en los sesenta, y su diseño es tan maravillosamente perfecto que no ha cambiado nada en todas estas décadas. Quizás el único enemigo reciente que ha adquirido consideración de clásico son los Ángeles de piedra.

Pero... ¿por qué es tan buena?

La ausencia total de cinismo en 'Doctor Who' le da su valor más memorable: se toma en serio a sí mismo y a sus personajes, a sus aventuras y a sus emociones. No hay espacio para la burla ni para la parodia, el Doctor y sus companions son de verdad.

Quizás esa repetición de esquemas y detalles (la mítica sintonía de la serie, tan moderna hoy como revolucionaria fue en su día, el interior de la TARDIS y sus efectos de sonido, que van evolucionando pero esencialmente permanecen intocables) sea la mejor prueba de las características intemporales (ah, la ironía) que maneja 'Doctor Who'. Su concepto clásico, apto para todas las edades, de la aventura y la diversión, deja sin embargo espacio para subtramas más adultas, para conceptos avanzados de ciencia-ficción (sin perder nunca de vista la idea de que aquí hemos venido a correr por pasillos) y para relaciones ciertamente complejas entre el Doctor y sus companions.

'Doctor Who' también ha adquirido en los últimos tiempos cierto deje autorreferencial, propio de tantas series de largo recorrido y estructura serial: el Doctor se pregunta cuál es su propósito, para qué tanta reencarnación y tanta gaita, y medita acerca de si para salvar a los humanos una y otra vez vale la pena tantas vidas que tiene que quitar. Son detalles que no le quitan atractivo como mera producción de aventuras y ciencia-ficción, pero le dan una capa de significado adicional que propicia las revisiones.

La importancia de 'Doctor Who' en la cultura pop británica es incalculable: actores que han encarnado al personaje como David Tennant o el propio Peter Capaldi han entendido como un honor dar vida al personaje, ya que la serie les impactó enormemente cuando eran niños. Es inevitable que algo de esa consciencia de ser un clásico se empape en la serie, y le da cierto carácter épico y legendario sin por ello dejar de lado la ligereza. Fuera de Inglaterra el impacto fue ha sido siempre inferior, pero poco a poco va adquiriendo la consideración de clásico que la serie lleva décadas sosteniendo en su país de origen.

Las 13 mejores historias de 'Doctor Who'

Hemos seleccionado 13 (como el número de Doctores) grandes clásicos de la serie para que te zambullas en sus aventuras más épicas. Nuestro consejo sigue siendo que empieces por la temporada de Eccleston y luego avances hasta llegar a la actualidad, para luego picotear en lo mejor del 'Doctor Who' clásico. Puedes vértelo todo en orden cronológico como está haciendo el abajo firmante, pero él ya está loco, no tiene nada que perder. Aún así, asegúrate de no perderte estas historias, que ordenamos cronológicamente. Y ten en cuenta que hay decenas de otras historias igual de imprescindibles.

-'The Tomb of the Cybermen' (1967): ¿Sabías que las primeras temporadas de 'Doctor Who' no se conservan completas? La BBC, como tantos otros canales de la época, no consideraban necesario archivar sus contenidos, y las cintas donde se grababan los programas se regrababan para ahorrar. Eso ha llevado a la pérdida más o menos definitiva de algunos de los episodios de las primeras temporadas, cuya ausencia se ha sufragado con versiones animadas o en audio de esos fragmentos perdidos, a partir los guiones originales.

Esta es aventura más antigua del segundo Doctor (Patrick Troughton), allá por la temporada 5, que se conserva íntegra. Los Cybermen clásicos (que sí han sufrido cambios en su encarnación moderna) tienen aquí uno de sus episodios más aterradores y con intenciones más víricas y demoledoras. La secuencia en la que los Cybermen congelados salen de su tumba es una de las primeras clásicas de la serie, a medio camino entre lo adorable, lo aterrador y lo icónico.

-'Pyramids of Mars' (1975): Uno de los momentos en los que el Doctor -aquí el cuarto- más se ha acercado al horror gótico, pero sin perder de vista el entorno de ciencia-ficción. El decorado de espantos egipcios es magnífico,** el villano -Sutekh el Destructor- pese a ser soberbio, nunca ha reaparecido en la serie**, y el enfrentamiento entre él y el Doctor es especialmente significativo porque no es habitual que nuestro héroe se vea tan absolutamente superado por la amenaza.

-'The Genesis of the Daleks' (1975): Esta historia del cuarto Doctor no solo es una de las mejores de todas las protagonizadas por los Daleks (y las hay estupendas en todas las temporadas), sino que es esencial para entender la estructura de la serie y lo que los fans llaman retrocontinuidad, que es un poco "hacemos lo que nos da la gana con el lore de la serie". Los Daleks se presentaron en 1963, en la segunda aventura del primer Doctor, pero aquí se reescribe su historia, donde se les presenta no como unas mutaciones semiaccidentales, sino como un experimento de un genio loco llamado Davros.

Los Señores del Tiempo envían al Doctor a que localice a Davros y lo mate, lo que produce un dilema moral en nuestro héroe. Pero hay más: en la actualización de 2005 se determina que aquí es donde se generan las genocidas Guerras del Tiempo entre Señores del Tiempo y Daleks. Aquí arranca el mayor conflicto de la historia del 'Doctor Who': con un dilema de profundo calado moral (y un villano aterrador y repulsivo).

-'City of Death' (1979): Nada menos que Douglas Adams, autor de 'Guía del autoestopista galáctico', es coguionista de esta historia del cuarto Doctor que consiguió en uno de sus episodios 16 millones de espectadores, la más alta jamás alcanzada por la serie. EL episodio, muy cerebral y no muy bien recibido por los fans en su día, incluye personajes históricos suplantados y ladrones alienígenas que usan los viajes en el tiempo para llevar a cabo un fraude de proporciones colosales.

'The Caves of Androzani' (1984): Aunque los ochenta no suelen considerarse la mejor época de 'Doctor Who' por lo malamente que ha envejecido, esta historia de la 21ª temporada y que narra la muerte de Peter Davison (quinto Doctor) para dejar paso a Colin Baker fue elegida en 2009 como la mejor historia del Doctor de todos los tiempos. Y con razón. Con el Doctor muriendo desde el principio de esta historia, se verá envuelto en una aventura complejísima con drogas que prolongan la vida, conglomerados industriales, androides, batallas y reinas-murciélago, que culmina en una de las muertes más emotivas del personaje.

-'The Girl in the Fireplace' (2006): Una pequeña historia con ambientación histórica, autocontenida, perfecta para principiantes, con una bella paradoja y una historia de amor para el Doctor, que encaja como un guante en su estilo. Por supuesto, no estamos en una serie normal, así que hay disrupciones espacio-temporales que conectan una nave espacial del siglo 51 con la Francia del XVIII, y unos inquietantes autómatas que espían a Madame de Pompadour, amante de Luis XV.

-'The Impossible Planet/The Satan Pit' (2006): Otra impecable mezcla de terror y ciencia-ficción que convierte a Satanás en una criatura que podría ser o no el Satán bíblico, pero en un entorno más propio de 'Alien el octavo pasajero' o similar. Y aún así, la serie se las arregla para ser a la vez una historia que tiene algo de fábula moral en la que un débil humano (gallifreyniano, en este caso) engaña al mismísimo Príncipe de las Tinieblas simplemente a base de ingenio. Lo que mejor se le da.

-'School Reunion' (2006): Para ser parte nuclear de la mitología de la serie, no se presta demasiada atención a los humanos que han acompañado al Doctor en retrospectiva, contemplándolos como un tipo especial de personas del mismo modo que se analiza al Doctor como una sucesión de Doctores. Una excepción es este divertidísimo episodio coprotagonizado por una de las companions más duraderas, Sarah Jane Smith, que acompañó al tercer y al cuarto Doctor entre 1973 y 1976, junto al inolvidable perro robótico K-9 (los ochenta no inventaron nada).

Su popularidad fue tal que protagonizó junto a K-9 el piloto de una serie que no prosperó, 'K-9 and Company', y la extraña 'The Sarah Jane Adventures' entre 2007 y 2011. Junto a Rose Tyler es una de las companions más queridas por los fans, y en este episodio suscita unas cuantas reflexiones muy interesantes acerca del impacto que el Doctor, siempre inconsciente, siempre viajando en el espacio y el tiempo, casi inmortal y sin mirar atrás, deja en aquellos que le acompañan.

-Blink (2007): Un episodio llamado a ser menor (autoconclusivo, presentando a un nuevo enenigo, con aparición reducida de Doctor y companion, que estaban rodando otro episodio) se convirtió en uno de los más recordados de todos los escritos por Moffat. La sencillez de su planteamiento, casi de terrorífico episodio de 'Twilight Zone' (unos ángeles se mueven acosando a sus víctimas cuando no se les mira) lo hace doblemente inquietante, y su influencia en la planificación y concepto ha llegado incluso al cine.

-'Day of the Doctor' (2013): Los encuentros entre distintas encaraciones del Doctor son siempre especiales y emotivas por distintos motivos, pero esta es la mejor de todas: Matt Smith se topa con David Tennant y juntos, se enfrentan a un Doctor previo y que desconocíamos, encarnado nada menos que por John Hurt. Con mucho humor y también una notable carga dramática, este encuentro reflexiona sobre la naturaleza del Doctor sin perder de vista las paradojas ni la aventura.

-'Vincent and the Doctor' (2010): Otra maravilla de episodio que reúne todo lo bueno del 'Doctor Who' más emocional, y que quizás es el mejor capítulo en el que se encuentra con personajes reales. En este caso, con Van Gogh, elemento que aprovecha para elaborar toda una reflexión sobre el origen de las ideas y del arte que no es completamente nueva en términos de literatura de ciencia-ficción, pero que pocas veces ha sido expresado con tanta belleza, acierto y concisión como aquí.

-'The Doctor’s Wife' (2011): Una de las mejores historias con Matt Smith como Doctor, y uno que ha pasado por derecho propio a engrosar la mitología del personaje en un ámbito tan delicado como es la TARDIS. Aquí descubrimos quién es el auténtico amor del Doctor y a qué se debe esa relación tan íntima que mantiene con su nave.

-'Heaven Sent (2015): La mejor historia de Peter Capaldi como el Doctor es pura ciencia-ficción metafísica de alto gramaje, y a la vez, una aventura de héroe encerrado en una estancia hermética, una historia de terror gótico y un homenaje a las cualidades que el Doctor, lo interprete quien lo interprete, ha mantenido a lo largo del tiempo. Una historia no apta para recién llegados a la mitología del Doctor, pero a la vez imprescindible para entender su grandeza, con un guion de Moffat que es perfecta muestra de lo mejor que sabe hacer cuando está inspirado.

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