El primer episodio de 'Philip K. Dick’s Electric Dreams' es perfecto para calmar el mono de 'Blade Runner 2049'

El primer episodio de 'Philip K. Dick’s Electric Dreams' es perfecto para calmar el mono de 'Blade Runner 2049'

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El primer episodio de 'Philip K. Dick’s Electric Dreams' es perfecto para calmar el mono de 'Blade Runner 2049'

Es difícil no sentir cierto interés por la ambición de una serie como 'Philip K. Dick’s Electric Dreams'. Una antología basada en cuentos cortos del autor de ciencia ficción Philip K. Dick, con cada episodio dirigido por diferentes escritores y un reparto que no repite, con gente como Benedict Wong, Janelle Monae y el también productor ejecutivo Bryan Cranston. El estreno de la colección ha sido el episodio titulado 'The Hood Maker', que adapta el relato 'El fabricante de capuchas'.

¿Qué podemos encontrar en él? Pues, si no es el típico gancho de piloto al que siguen reproducciones desvirtuadas, podríamos tomarlo como una buena muestra de las cartas con la que va a jugar los diez episodios que conforman una recopilación coherente del mismo autor. No entraremos a evaluar su fidelidad con el material literario original, puesto que la operación, desde un principio, no parece haberse puesto como meta ese objetivo y bueno, en realidad, no muchas adaptaciones de Dick han demostrado esa fidelidad.

Electric Dreams Blade

¿Sueñan los telépatas con capuchas eléctricas?

El piloto hace uso del planteamiento que describe el texto para desarrollar una historia que casi llega a la hora. En ella se describe un mundo con tensiones crecientes entre los seres humanos "normales" y otros con habilidades de lectura mental, también conocido como "Teeps", que en el relato conocemos como "agujas". Richard Madden actúa como agente Ross, un empleado del gobierno que se ha asociado con la telépata interpretada por Holliday Grainger, mientras buscan localizar una amenaza común, de misteriosos encapuchados.

Las personas con capucha pueden evitar ser leídos por los teeps, así que podrían considerarse una facción que se opone a la integración de estos. Lo que llama la atención desde el principio es el impresionante entorno distópico. En parte, es gracias al guionista Matthew Graham, encargado de 'Life On Mars', que ha adaptado el libreto dejando un claro rastro para que la producción tenga un estilo coloreado por la estética neo-noir de 'Blade Runner' (1982).

Electric Hood

Y es que el episodio tiene filtros de color ocre a tutiplén, agentes con gabardina, agentes con sombrero y bigote, lluvia, conflictos de identidad, creadores de máscaras que podrían ser creadores de muñecos, pupilas, recuerdos y una escena de interrogatorio en la que un examen mental de un teep a un enmascarado podría ser un examen de identidad replicante. ¿Oportunidad por el próximo estreno de 'Blade Runner 2049'? Puede ser, pero también nos ayuda a ubicarnos.

¿Quién dijo Black Mirror?

Los guiños no son completamente gratuitos, nos permiten navegar por un territorio familiar, agradable. Aunque otros hayan sentado las bases audiovisuales, nos vemos irremediablemente familiarizados con el contexto del universo Dick. Se puede acusar de cierta falta de originalidad, pero lo cierto es que, siendo una serie de televisión, es bastante mérito tener cierta vocación cinematográfica y salir airosa.

Y es que, teniendo en cuenta su formato de capítulos independientes, 'Electric Dreams' se las apaña para meter bastantes ideas en una hora sin resultar aturullada. Y en este aspecto, una serie de ciencia ficción con ecos de distopía de episodios autónomos, tiene una comparación fácil con el 'Black Mirror' de Charlie Brooker, puesto que gira en torno a ideas tecnológicas que derivan en un futuro cercano, sin embargo esta serie se inclina más, de momento, en grandes cuestiones que evocan elementos clásicos de ciencia ficción.

Quizá e punto débil de este episodio es la falta de una conclusión satisfactoria. 'The Hood Maker' plantea preguntas sobre nuestro derecho a la privacidad, e incluso cuestiona la validez del término "normalidad", pero no se moja con ninguna respuesta, con lo que da la impresión de que podría haber ido más allá. A pesar de ello es difícil resistirse a la escala ambiciosa de 'Electric Dreams'. Tanto sus excelentes actuaciones, como su capacidad de presentar un mundo alternativo lleno de conceptos intrigantes, que hacen honor a la ciencia-ficción inteligente de la que proviene.

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