El estancamiento artístico de Scarlett Johansson

Scarlett Johansson es muy guapa, para qué vamos a engañarnos. No es el suyo un rostro fácil o típico, más bien al contrario. Hay quien dice que no es guapa, sino que resulta tremendamente atractiva a cámara. Pero además de guapa, es una mujer, y ella lo sabe muy bien, de explosiva sensualidad, que ha sabido explotar en algunas películas y en muchísimos actos públicos, a los que acude a veces resaltando su voluptuoso cuerpo, y casi siempre con un vestuario que le otorga algunos años más de los que verdaderamente tiene.

Estas dos características pueden fluctuar dependiendo de la película o el momento en que la retraten las cámaras, pero hay un consenso generalizado. Y creo que ahora mismo, son las únicas razones que justifican la gran fama mundial de una actriz que, en mi opinión, lleva demasiados años viviendo de las rentas. Sí, es cierto, no hay muchos papeles femeninos importantes en el cine, pero si ella no los consigue, no creo que haya muchas más que lo puedan hacer. ¿Qué fue de la virtuosa joven de mirada de ángel que nos subyugó a finales de los años noventa?

De Niña Actriz a Diva Erótica

Scarlett siempre supo que quería ser actriz. Dicen que desde los tres años, para asombro de sus amorosos padres. Y consiguió debutar profesionalmente a la temprana edad de ocho años. Pero fue en el teatro, y ella lo que quería era convertirse en una estrella de cine. A los nueve años llegó su primera película, dirigida por Rob Reiner, ‘North’, y la cosa fue bien a pesar de su temprana edad, pero durante algunos años tuvo que aceptar prácticamente cualquier cosa. A fin de cuentas era una niña actriz. Sin embargo tuvo la suerte de que un señor llamado Robert Redford se fijara en ella para un importantísimo papel en su quinta película como director.

‘El hombre que susurraba a los caballos’ no sólo es la mejor película de Robert Redford, sino que es una gran película. Y en ella Scarlett Johansson, con 14 años, borda la primera de las tres mejores interpretaciones de su ya larga carrera. Que con esa edad, y con tan poca experiencia, fuera capaz de sostenerse, de tú a tú, con el veterano Redford y con la maravillosa Kristin Scott Thomas, es una hazaña que quizá a simple vista no lo parezca. Pero más allá de eso, creo que la mejor de ese doloroso triángulo es precisamente Johansson, que sin apenas interpretar, tan solo con su mirada y su presencia, enamora al espectador.

A continuación pudo participar, en 2001, en sendas películas independientes, la absurda ‘El hombre que nunca estuvo allí’ y la irreverente y tierna ‘Ghost World’, aunque no había nada en esos pequeños papeles que aportaran algo a su carrera. Pero el 2003 iba a ser su año. En él verían la luz ‘Lost in Translation’ y ‘La joven de la perla’. Ese fue el inicio de su madurez como actriz, ya convertida en una bella muchacha de 18 años de enigmático rostro. La segunda era una preciosa pieza de época que explotaba el rostro casi mudo y anhelante de una etérea Johansson, en un papel perfecto para ella.

Pero, como habrá supuesto el lector, la de ‘Lost in Translation’ me parece la segunda de sus tres grandes interpretaciones. Se trataba de una aventura emocional de tremenda elegancia que buceaba en las posibilidades de un amor apasionado…pero casto, entre un hombre maduro y una jovencita. Un papel nada fácil, por mucho que se empeñen los numerosos detractores de esta cinta. En esta película Johansson era un dechado de belleza, de verdad, de sinceridad, de dulzura. Incluso aquellos a los que les gustó la película elogiaban su arrolladora, pero delicada, presencia.

Y finalmente, tras un año, 2004, repleto de proyectos intrascendentes, llegó en 2005 la mejor película que Woody Allen había dirigido en diez años, la magnífica ‘Match Point’, para la que Johansson interpretó un maravilloso papel, que iba a exigir de toda su habilidad. Y salió triunfante con creces. En este intenso relato de sexo y crimen, formaba una pareja explosiva con Jonathan Rhys Meyers. Ambos forman una de las parejas más apasionantes del cine moderno.

Con estas tres interpretaciones (de niña herida, de adolescente desorientada y de muchacha perdedora pero sensual), Johansson había demostrado talento y versatilidad, justo lo que le está faltando desde entonces. Además, hacían olvidar las pobres elecciones entre ellas. Ahora bien, el rápido aprendizaje como diva mundial ha ido acompañado de un rápido declive en la elección de sus papeles. Hablando en plata, la preciosa niña se ha convertido en una estrella mundial y en una diva erótica, y ha descuidado completamente su carrera.

Un rápido declive

Digamos que ya no es una niña, y tres papeles buenos entre dos docenas largas de trabajos no sostienen una carrera que se anunciaba tremendamente interesante. Desde ‘Match Point’, esta sensual actriz se ha estancado completamente. Sus dos siguientes papeles con Allen, no son sólo inferiores al primero, sino que está horrible (y muy poco atractiva en ambas, todo sea dicho). En ‘Scoop’ se limita a imitar al anciano director, y en ‘Vicky Cristina Barcelona’ está literalmente espantosa, muy poco creíble y sin la menor chispa.

Tampoco dos papeles que debieron ser importantes le han reportado nada. En la extraña ‘La dalia negra’ se limita a lucir tipazo. Exactamente igual que en la también extraña ‘The Prestige’. De pronto, una promesa del cine independiente, una actriz brillante, se convertía en una mera tía buena sin frase, en otra rubia en papeles postizos. No, sólo podía ser un espejismo. Pero después han llegado ‘The Spirit’ y ‘Las hermanas Bolena’, en las que confirmó que, si se empeñaba, era definitivamente una mala actriz. Eso sí, en ambas sale guapísima.

¿Y el futuro? Suena prometedor: ...será la Viuda Negra en ‘Iron Man 2’ (cuya primera parte aún no comprendo cómo hay gente que la considera una buena película). Es decir, otro papel para lucir tipazo, engrosar su cuenta corriente, y jugar a ser estrella de cine, y que pongan su foto en revistas y blogs para ganar ventas y lecturas. Sin embargo, lo que algunos queremos, es que vuelva esa maravillosa actriz que nos enamoró hace años. Todavía no es tarde. A fin de cuentas…¡sólo tiene 25 años! No será tan díficil…digo yo…

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