Samuel L. Jackson, la virtud de caer bien


Ver en pantalla a Samuel L. Jackson es síntoma de que la película va a funcionar bien en taquilla. Y también de ciertas garantías en calidad de su trabajo. Y es que este prolífico actor, suele salir bien parado de sus interpretaciones, contando con el favor del público, del beneplácito de la crítica y acumulando, de vez en cuando, algún que otro premio.

Acaba de estrenar este fin de semana su último trabajo y ya casi no sorprende que en la taquilla americana haya funcionado muy bien. Samuel L. Jackson interpreta a un tipo duro, de esos a los que nos tiene acostumbrado, y a los que sabe poner rostro y vida como pocos. Acaba (ayer mismo) de cumplir sesenta años pero su figura destila juventud.

A pesar de su edad, su veteranía viene más por la abundancia de trabajos sonados que de dilatada experiencia. No en vano tardó en encontrar la fama y el éxito. Hace unos catorce años fue cuando de la mano del inspirado Tarantino saltó a la primera fila, con ‘Pulp Fiction’, un asesino a sueldo, de vena filósofa, que caía simpático con sus peroratas a punta de pistola. Quizás de ahí le viene su faceta como intérprete de tipos rudos, pero Samuel L. Jackson ha sido mucho más en el cine. Ya antes brilló con luz propia de la mano de otro afroamericano, Spike Lee, interpretando a un drogadicto en ‘Fiebre salvaje’.

Supo aprovechar la oportunidad de Tarantino y se fue labrando una carrera notable, con espectaculares éxitos de taquilla, y siendo una garantía de recaudación. Uno de esos actores que atraen al público, que logran el aplauso general pero no por ello se dejó caer en las redes de lo cómodo, y arriesgó con papeles brillantes que le valieron premios y nominaciones (por la espléndida ‘Tiempo de matar’ o ‘Jackie Brown’) También parece que cae muy bien a su gremio, y por ello fue premiado recientemente por su trayectoria. George Lucas o Sharon Stone le han lanzado alabanzas más allá de los típicos cumplidos.

Capaz de integrarse a la perfección en la segunda trilogía de ‘Star Wars’ que brillar con personajes más complejos como en la tórrida ‘Black Snake Moan’, Samuel ha ido creciendo y dando buena muestra de su talento. Poniendo voz en ‘Los increíbles’, apareciendo junto a Bruce Willis en ‘El protegido’ y en ‘La jungla de cristal 3: la venganza’, en cintas de género como ‘Deep blue sea’, ‘1408’ o el bodrio ‘Esfera’, de la mano de Spielberg en ‘Parque Jurásico’, en series B como ‘Serpientes en el avión’, y también participó, cuando todavía no era un rostro conocido, en títulos tan dispares como ‘Uno de los nuestros’ o ‘El príncipe de Zamunda’.

Una filmografía variada, con grandes directores, en blockbusters y en cintas de bajo presupuesto, siempre entregando ese halo de imponente presencia, de capacidad para transformarse y de hacer de villano estrambótico, guiños en cameos inolvidables (‘Iron Man’) y con un futuro que continua con su espléndida buena forma (también como productor ejecutivo). Próximos títulos en los que afianza su versatilidad, como en ‘The Spirit’ y de nuevo a las órdenes de su fan número uno, Quentin Tarantino en la esperada ‘Inglourious Basterds’.

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