'Robin Hood': los orígenes de un mito

Lo que me ha complacido más de la reciente aproximación al mito de Robin Hood es que en absoluto se asemeja a ninguna de las otras decenas de adaptaciones que nos han ofrecido el cine y la televisión. El género cambia —de aventuras pasamos a bélico o épico— y, de esa forma, no sólo nos distanciamos del cuentecito para situarnos ante un enfoque mucho más adulto, sino que además, hallamos un material por completo novedoso. La pereza que podría suscitar regresar junto al embaucador bandido que asalta los caminos con sus amiguetes no tiene cabida ante este film para el que su protagonista, Russell Crowe, exigió al productor, Brian Grazer, que aportase una visión nueva. Así, este ‘Robin Hood’ de Ridley Scott, se remonta a los orígenes para narrar todo lo que probablemente habría ocurrido años antes de que comenzase la leyenda del encapuchado.

Este nuveo ‘Robin Hood’ es un film violento, menos apto para niños que anteriores versiones, y que encaja en la corriente actual de volver la vista sobre episodios bélicos reales para rodar brutales batallas con el máximo posible de épica. Contiendas cargadas de fuerza, ubicadas en sucios y difíciles espacios que las tornan realistas, caracterizan al cineasta inglés, quien logra un gran dinamismo, gracias tanto a su forma de realizar —llegó a utilizar hasta once cámaras simultáneas para algunos planos—, apoyada por el director de fotografía John Mathieson, como al trabajoso montaje que probablemente tuvo que llevar a cabo el hábil Pietro Scalia.


¿Un nuevo ‘Gladiator’?

No en vano se ha comparado este film con ‘Gladiator’, pues sus puntos en común no se limitan a los nombres que componen el equipo. Las urdimbres políticas y las conspiraciones en la cumbre ya suponían el mayor aliciente del peplum de 2000 y aquí vuelven a mostrarse como una sugestiva baza. A Ridley Scott le fascina la historia y esta cinta tiene mucho más de recreación de época que de narración de ficción legendaria. La ascensión de un hombre de humilde cuna no se producía con frecuencia en la época del medioevo y el director quería explorar, una vez más, la posibilidad de que se diese esa escalada, buscando al ser humano que hay detrás del mito.

Al igual que en ‘Gladiator’, nuestro héroe encuentra su mayor obstáculo en un ser acomplejado, ambicioso de poder y con escasas habilidades para llevar a cabo su empeño. Si allí Joaquin Phoenix encarnaba a tal personajillo, en esta ocasión, se trata de Oscar Isaac —en la fotografía siguiente, junto a Léa Seydoux—, en el papel del rey Juan de Inglaterra, hermano pequeño de Ricardo Corazón de León, quien sufrirá envidias por la popularidad del protagonista. El otro enemigo, Sir Godfrey, está interpretado sin tacha por Mark Strong, pero como personaje carece de la personalidad taimada que tantos matices aporta a Juan. Matthew MacFayden, como Sheriff de Nottingham, sólo se apunta como posible futuro antagonista.

Personajes e intérpretes

Parece lógico que Crowe —que también es productor de la cinta— exigiese un cambio en su personaje, ya que su aspecto físico sólo habría sido adecuado para este rudo, veterano y atormentado Robin de Longstride que en nada se parece a sus ágiles y estilizados predecesores. El actor, con un rol diseñado tan a su medida, no puede fallar.

En una película donde domina lo bélico, el aspecto romántico podría presentarse forzado y ajeno. Sin embargo, el aplomo de las interpretaciones de Crowe y Cate Blanchett con respecto al asunto amoroso, convierte esta historia de enredos, humor y forzosa convivencia, que casi podría parecer extraída de una teleserie, en un interesante duelo de personalidades que da mucho juego y funciona a la perfección. La actriz australiana está estupenda en el papel de una mujer fuerte, madura y de actitudes muy avanzadas para su tiempo. Llegaría incluso hasta afirmar que su Marian es lo que más he disfrutado de ‘Robin Hood’.

Sería necesario mencionar los nombres que, ocultos tras los personajes secundarios, completan un lujoso reparto. Max Von Sydow interpreta al suegro de Lady Marian, un anciano que se encariña con Robin nada más conocerlo. El actor sueco que tan frecuentemente trabajó para Bergman está, sin lugar a dudas, magnífico y consigue con su interpretación que tomemos cariño a este noble de buenas intenciones. Junto a Robin pelearán sin descanso sus buenos amigos, una especie de tres mosqueteros que suponen el alivio cómico de este film y que son lo que más lo acerca a otras de las adaptaciones: Kevin Durand, como Little John, Scott Grimes, como Will Scarlet y Alan Doyle, como Allan A’Dayle, forman un conjunto simpático, pero no imprescindible para la cinta. En la misma estela cómica encontramos al Fraile Tuck, Mark Addy. En el lado serio, con corrección, pero sin destacar, William Hurt, en el papel de Sir William Marshal, se alía a Leonor de Aquitania, Eileen Atkins, para ayudar a Inglaterra a combatir a los franceses.

Conclusión

Lo que nos va a brindar este ‘Robin Hood’ de Ridley Scott, que se estrena esta tarde, 13 de mayo; son abundantes escenas de batallas, muy bien rodadas, que logran que un film de casi dos horas y media sea entretenido de principio a fin. Otra de las aportaciones de la cinta serán las alianzas y enemistades que se forman entre unos personajes bien definidos y mejor interpretados. El hecho de que se trate de otra historia, para nada similar a los Robin Hood que conocíamos, completa el interés, como mínimo por apuntarse el tanto de la novedad.

Mi puntuación:

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