‘Miss Potter’: tierna, pero no sensiblera

Renée Zellweger protagoniza ‘Miss Potter’, la nueva película del director Chris Noonan (‘Babe el cerdito valiente’), que llega a nuestra cartelera de estrenos esta semana. Le acompañan en el reparto Ewan McGregor (‘Trainspotting’, ‘Star Wars’ episodios 1,2 y 3, ‘Moulin Rouge!’) y Emily Watson (‘Las cenizas de Ángela’, ‘Rompiendo las olas’).

El film, del cual se puede ver aquí un trailer, cuenta la historia de la ilustradora y escritora de cuentos infantiles Beatrix Potter, sobre cuya vida (además de sobre la producción de la película) se puede conocer más en este enlace.

‘Miss Potter’ es una de ésas películas que abochorna un poco confesar que te han emocionado, pero mentiría si dijese que no ha sido así. Aunque se trate de un biopic, tiene más de film de época que de biografía de artista famosa. Por lo tanto, se puede disfrutar como una novela romántica de Jane Austen, pues se vale, como aquéllas, de las emociones perceptibles, pero contenidas por causa de la represión impuesta por la sociedad de la época.

El tono de ‘Miss Potter’ es amable y tierno, pero sin caer en la sensiblería. Los acontecimientos tristes aparecen suavizados, aunque se cuentan tal como ocurrieron. El director echa mano de pequeñas animaciones de los personajes de Potter, como el Conejito Perico (Peter Rabbit) o la Oca Patosa Carlota (Jemima Puddle-duck). Esto, que resulta muy encantador, supongo que podrá parecerle demasiado edulcorado a muchas personas.

El personaje principal es el de una mujer fuerte que se rebela contra la moral y las costumbres de la época y que se sale con la suya en el terreno profesional. En ese sentido, la película aboga por el cambio social y tiene una gran parte de crítica. Hechos como el acudir a la imprenta para decidir sobre los colores de las planchas para sus libros o como adquirir propiedades por sí misma eran inauditos para una mujer de principios de siglo XX.

La actriz protagonista, Renée Zellweger, como siempre, hace un excelente trabajo y logra una asombrosa pronunciación británica, a lo cual ya está acostumbrada tras representar en más de una ocasión (y dicen que va a repetir) a la patosa de Bridget Jones. Zellweger soporta toda la película y nos transporta por todas las emociones posibles. El papel de mujer soñadora, infantil en algunos aspectos, pero muy adulta e independiente en otros, le permite desplegar un gran encanto. Y, al igual que observaba sobre Will Smith en 'En busca de la felicidad', su personalidad fuerte hace que nos alejemos del pastelón.

Sin embargo, la pequeña que la interpreta durante su infancia, no sólo no guarda ningún parecido con la actriz adulta, sino que, además, es demasiado repipi para luego convertirse en Zellweger.

Ewan McGregor, aunque muy secundario con respecto a ella, le da el contrapunto perfecto en un triángulo que se sostiene a la perfección con el último vértice: Emily Watson, que interpreta a la hermana de McGregor.

Concluyendo: una película para corazones sensibles y soñadores.

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