Christopher Nolan: 'Memento', memoria selectiva


Son pocos los directores que comienzan dentro del cine independiente que logran llamar la atención de las grandes productoras de Hollywod con su primera película, y Christopher Nolan no consiguió entrar en ese grupo de privilegiados con la estimable ‘Following‘. Sin embargo, también existe una especie de puerta trasera con la que sumar más puntos para intentar que las majors se peleen por ti: Conseguir llamar la atención de algún actor importante o que al menos sea relativamente popular a través de un gran guión. Ése fue el caso de ‘Memento‘, segundo trabajo como director de Nolan que tampoco estuvo tan lejos de haber sido el primero.

El germen de lo que acabó siendo ‘Memento’ se remonta a 1996, en concreto a una idea que tuvo Jonathan Nolan que entusiasmó a su hermano, el cual estuvo varios meses dándole la tabarra hasta que presentó un primer borrador. A partir de ahí fueron trabajando en el libreto, aunque, como es normal, acabaron imponiéndose las ideas de Christopher como el hecho de alterar la evolución narrativa de la historia y que ésta fuese contada “al revés”. Todo en ello en paralelo al rodaje de ‘Following’ (recordad que sólo podían grabar durante los fines de semana), pero el esfuerzo mereció la pena, ya que el mismísimo Brad Pitt se interesó en protagonizarla. Sin embargo, y como ya todos sabemos, la cosa no prosperó.

Eso no amilanó a Nolan, ni a la productora que había quedado entusiasmada con el guión, por lo que la cosa siguió adelante, siendo Guy Pearce el elegido, intérprete que hoy en día está lejos de ocupar el lugar que merece, pero que por aquel entonces no hacía tanto que había sido uno de los protagonistas de la estupenda ‘L.A. Confidential’. Además, ‘Memento’ contó con el atractivo añadido de fichar a dos de los protagonistas de ‘Matrix‘, todo un bombazo por aquel entonces, algo que hizo que algunos, entre ellos yo, terminasen por decidirse a ir al cine cuando se produjo su estreno en nuestro país.

De ‘Following’ a ‘Memento’

Ya en ‘Following’ encontrábamos varios aspectos en cuya utilización Nolan reincide en ‘Memento’, pero de una forma más depurada, quizá por contar con más medios (9 millones de dólares costó ésta frente a los 6.000 de su ópera prima) o simplemente porque uno ha de evolucionar si no quiere quedarse atrás. Por ejemplo, esta vez el uso del blanco y negro no está generalizado, sino que cumple una función esencial para recrear tanto una de las líneas temporales que abarca la película como para algunos de los recuerdos de su protagonista.

Este último punto (que sólo sean parte de sus recuerdos) puede parecer conflictivo, pero lo cierto es que entronca perfectamente con el hecho de que el protagonista puede crear su propia memoria a través de sus tatuajes y las notas que va tomando, y si algo no le gusta siempre puede engañarse a sí mismo. Aquí es donde entra en escena la obsesión, algo más tenue en el caso del personaje principal de ‘Following’, pero que difícilmente podría estar más marcada en el caso de Leonard Shelby (inmejorable Guy Pearce).

Sé que a algunos puede sonarles un tanto injusto esta calificación, pero lo cierto es que ‘Memento’ no deja de ser una nueva muestra del cine de justicieros urbanos tan en boga en la década de los 70 y los 80. De hecho, Nolan logró disparar su popularidad no mucho después a través del justiciero urbano definitivo, pero aquí estamos ante una versión exquisitamente perfeccionada (algo similar a lo que sucede con Jack Bauer en la televisiva ‘24‘) para que este punto suela ser omitido a la hora de hablar de la película. ¿El motivo? Los problemas de memoria del protagonista, por cuyo verismo ‘Memento’ recibió varias alabanzas, nos hacen dudar constantemente sobre la venganza consumada al inicio de la función contra al presunto John G. que acabó con la vida de su esposa (correcta y fugaz Jorja Fox) y le provocó el trastorno que actualmente padece.

Y es que una de las obsesiones personales de Nolan en varias de sus películas es jugar con el conocimiento que tiene el espectador de la historia y los personajes, algo que hacía esencial alterar la estructura narrativa convencional para el caso de ‘Memento’. Por un lado, el pasado del protagonista en blanco y negro avanza de forma lineal, pero lo hace ligándolo de forma directa al presente, el cual va de delante hacia atrás. Así se consigue, al menos durante el primer visionado, una plena identificación del espectador con la enfermedad de Leonard, algo que nos hace menos propensos a pensar que se está jugando con nosotros para llegar a la gran revelación final. Además, ambas líneas argumentales encuentran un punto de unión magistral para justificar el paso del blanco y negro al color.

Otro aspecto relevante con respecto a ‘Following’ es la prolongación de un cine negro moderno americano que nunca ha llegado a explotar y que en ‘Memento’ encuentra uno de sus mejores ejemplos. No falta la femme fatale, los engaños, un protagonista sometido a diversas manipulaciones y un trabajo de ambientación y de puesta en escena que tiende a centrar la acción en los personajes y obviar las posibilidades de donde se asientan los hechos. Los planos, por lo general, son bastante cerrados, incluso cuando se usan planos más abiertos el eje siguen siendo los personajes.

El perfeccionamiento del toque Nolan

No me cabe duda de que Nolan alcanzó su cima en el principal tema de su cine (la obsesión que te lleva a caer o rozar la autodestrucción) con ‘Memento’, pero lo cierto es que aquí hay una combinación de temas que consiguen que estemos ante una película casi redonda (aunque no la obra maestra por la que la tenía antes del revisionado). Uno de ellos es la venganza, seguramente lo más abordado por el cine detrás del amor, pero deconstruyéndola hasta tal punto que el hecho de ser vital en la trama de la película sea algo que nosotros notemos como relativamente secundario en lo que vemos en pantalla. La manipulación ya la he mencionado previamente, pero es un acierto que Leonard no sea realmente dueño de sus actos (maravilloso el momento en el que busca desesperadamente una forma de apuntar una cosa sin conseguirlo) al conseguirse así un punto de apoyo extra para conseguir la empatía del público, algo vital de cara al impacto de la gran sorpresa final.

Sin embargo, la gran mejora de ‘Memento’ con respecto a otros trabajos suyos (incluidos los posteriores que aún están por comentar) es que Nolan consiguió crear un personaje femenino fuerte. Cierto que tiene unos matices claramente negativos (sólo el momento cerveza gratuita ya es un aviso muy elocuente), pero Carrie-Anne Moss ofrece una actuación estupenda (mejor incluso que su Trinity de ‘Matrix’) que hace totalmente comprensible que Nolan se decantase por ella por la capacidad que vio en llevar más allá a su Natalie. Por oposición, Joe Pantoliano, más que convincente a nivel individual, palidece un poco como Teddy.

Lo más sorprendente de todo es que Nolan no se caracteriza por saber llevar demasiado bien el plano emocional-sentimental en sus películas. Seguramente por ahí venga su discreta capacidad a la hora de dibujar los personajes femeninos, pero en ‘Memento’ encontramos la que yo considero como la gran excepción en lo que llevamos de carrera: La historia de Sammy Jankins (genial Stephen Tobolowsky) y su esposa, en especial la resolución de la misma. Sin subrayados de ningún tipo y limitándose a enseñarnos los hechos (en el futuro Nolan empezaría a abusar un poco de las sobreexplicaciones) para ver hasta dónde puede llegar el amor de un persona hacia otra.

En definitiva, ‘Memento’ no es sólo una clara mejora respecto a ‘Following’, sino que estamos ante una grandísima película en la que Christopher Nolan da lo mejor de sí, consiguiendo además que algunos fallos habituales en su cine tengan un peso insignificante. Cuenta también con un guión de hierro en el que Nolan juega con maestría con el conocimiento que ha de ir dando al espectador, lo cual se ve aún más realzado por el estupendo trabajo de los protagonistas. Además, esta vez sí que logró llamar la atención de los mandamases de Hollywood, por lo que ya contó con más medios para ‘Insomnio‘, su siguiente trabajo, una cinta de encargo que será la siguiente parada de este especial.

Especial Christopher Nolan en Blogdecine:

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