La vida de Edith Piaf, 'La vie en rose' o más bien en negro.

Después de todos los posts que puso Teresa sobre esta película, después de que ha tenido tanto éxito en Francia y de que ha estado en tantos festivales, me esperaba bastante más de ‘La vie en rose’ (‘La môme’).

El título que se le ha dado en España tiene algo de sentido porque es también título de una de las canciones más famosas de Edith Piaf, sin embargo, no podría estar más lejos de la realidad de la cantante. La vida en negro era más bien lo que ella vivió. Si acaso, un verso de otra de sus célebres canciones, sí que se acercaría a la perfección a describir su biografía, como ella mismo dijo cuando los compositores se la presentaron, ya hacia el final de sus días: ‘Je ne regrette rien’. ‘La môme’, título original, hace alusión al primero de los nombres artísticos que le pusieron: “La môme Piaf” o “la niña Piaf” porque le encontraron parecido a un gorrioncillo y, en la región de la que ella era originaria, a esta ave se la llamaba así. En realidad, el film de Olivier Dahan no es malo, pero no tiene nada de especial ni de original. Se trata de un biopic al uso, como tantos otros que ya estamos acostumbrados a ver. Y, al igual que con muchísimos otros films biográficos, ocurre que lo mejor de la película es lo que resulta realmente ajeno a ella: las canciones y la voz de la niña Piaf.

La única novedad que presenta este biopic es la estructura que conjuga varios momentos temporales y va yendo de unos a otros según demanda la narración. Pero en esta virtud está también su defecto, pues para aprovechar el recurso, se guarda demasiado alguna información con la única intención de crear una sorpresa al final y alarga las situaciones en exceso, dejando en suspenso demasiadas escenas para retomarlas cuando se ha vuelto de otro momento en el tiempo. Por lo tanto, la película se hace larga.

Decir que la actriz interpreta bien su papel es algo aventurado, ya que no sé cómo era en realidad Edith Piaf. Pero lo que sí que se puede observar es que el personaje está lleno de realismo, de fuerza, y que la actuación es muy meritoria, pues se trata de una personalidad difícil aquella a la que da vida Marion Cotillard. A medio camino entre lo desagradable y lo entrañable, la cantante parece que nunca se recuperó de sus orígenes humildes y arrastrados y mantuvo una coraza extremadamente dura. Sin embargo, la única vez que se permitió a sí misma ser vulnerable, la vida le asestó un golpe del que no pudo recuperarse.

Como decía, no hay nada que describa mejor la biografía de Piaf que la letra de la canción con la que inauguró su último recital: ‘No, je ne regrette rien’.

No, nada de nada

No, no me arrepiento de nada Ni el bien que me han hecho, ni el mal Todo eso me da lo mismo No, nada de nada No, no me arrepiento de nada Está pagado, barrido, olvidado Me da lo mismo el pasado

Con mis recuerdos Yo prendí el fuego Mis tristezas, mis placeres Ya no tengo necesidad de ellos Barridos mis amores con sus trémolos barridos para siempre Vuevo a partir de cero

No, nada de nada No, no me arrepiento de nada Ni el bien que me han hecho, ni el mal Todo eso me da lo mismo No, nada de nada No, no me arrepiento de nada Pues mi vida mis alegrías hoy comienzan contigo...

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