'Leones por Corderos', derecha por izquierda

Las ideas políticas de Robert Redford ya nos las conocemos todos, y dejando a un lado si comulgamos o no con ellas, a mí lo que siempre me ha interesado de este señor es su trabajo a ambos lados de la cámara, dejando para charlas de bar los asuntos políticos. Sin embargo, hablar sobre un film como 'Leones por Corderos' lleva implícito el hecho de que tengamos que hacerlo, aunque sea suavemente. Me he cansado de leer por ahí las malas críticas que Redford está recibiendo por su film, críticas que casi siempre obvian el trabajo artístico del director o los actores, y se centran en algo que les parece hacer daño personalmente como personas.

'Leones por Corderos' se sitúa en tres lugares alejados pero relacionados entre sí, el despacho de un senador republicano, el despacho de un profesor, y el frente de batalla en un lugar perdido en Afganistán. Tres historias que pretenden mostrarnos lo absurdo de la guerra, la manipulación de los medios y los políticos, y lo estúpido que resulta sentarse a mirar la televisión sin hacer nada productivo.

Que una película nos haga reflexionar sobre nuestro papel en la vida que nos ha tocado vivir, y más concretamente en lo que respecta a la Guerra de Irak y la intervención americana en cualquier conflicto demostrando su superioridad, es algo loable por parte de Redford. Lamentablemente tendrá un montón de enemigos, así lo demuestran sus pobres resultados en taquilla, que lo tachen de maniqueista y promulguen a los cuatro vientos que el film es un panfleto proizquierdista. Evidentemente, Redford se posiciona, y el no hacerlo en algo tan terrible como una intervención militar en un país, producida por las mentiras de un gobierno, sería algo realmente preocupante. Sin meternos demasiado en camisas de once varas, ya que aquí hablamos de cine, yo sólo subrayo lo siguiente: seas de derechas, de izquierdas, de arriba, de abajo, del centro, de antes o de después, el pensar que una Guerra (con todo lo que eso conlleva) es la solución al terrorismo, es algo simple y llanamente inconcebible y terrible, visto desde el punto de vista de un ser humano.

Redford va directo al grano, ya que el film apenas dura hora y media, y es algo que se le agradece, a que la mayor parte del mismo son largos e intensos diálogos de rabiosa actualidad, aderezados con un efectivo montaje que combina a la perfección las tres historias. Los actores cumplen todos con su cometido, y en el caso de Tom Cruise creo que está por encima del resto, al componer de muy buena forma la figura de un senador, casi convenciéndote de que lo que dice es verdad, y en ciertos momentos sería hasta justo darle la razón ("¿quiere acabar con el terrorismo, sí o no? ¿sí o no?"). Cruise mantiene un tour de force con Meryl Streep, como esa periodista vendida, y que hace tiempo olvidó sus ideales. Es este personaje el que probablemente recibe la mayor ración de palos por parte de Redford, ya que en sus motivaciones y reflexiones se encuentra uno de los puntos más interesantes del film: la manipulación de los medios de comunicación, tan culpables como los mismos políticos de mentir al pueblo.

Robert Redford está como siempre como actor, o sea, bien, demostrando una vez más que lo de actuar le sale con total naturalidad. Quien sorprende es el actor que hace de alumno, Andrew Garfield, como ese pupilo descarrilado que representa a todos los jóvenes prometedores capaces de pensar por sí mismos, pero que en cierto momento de sus vidas se encuentran perdidos, o cansados. Como también los representan Derek Luke y Michael Peña, como esos dos alumnos que deciden alistarse para obtener algo de reconocimiento y al volver poder hacer algo. Intenso cierto momento final con estos dos actores, probablemente el mejor y más significativo del film.

Un film que a pesar de su eficacia, a ratos resulta algo teatral, y los actores parece moverse un poco mecánicamente. También le falta algo de fuerza a la película, parece como si Redford no haya querido ir directo a la yugular, o tal vez pensó que con su evidente posicionamiento llegaba. En cualquier caso una buena película y como comenta mi compañero Juan Luis en su crítica, hasta un film necesario en los tiempos que corren. Yo también prefiero otras películas de su director, de hecho prefiero cualquier otra película como director de Redford, y es que dirigiendo es demasiado bueno. ¿Oscars? lo dudo mucho, aunque una nominación para Cruise como secundario sería de lo más acertado.

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