'Monstruos contra alienígenas', 3D por fuera, convencional por dentro


La Dreamworks ha sabido situarse hábilmente y con buenos argumentos (recordemos la saga de ‘Shrek’, ‘Madagascar’ o la más reciente y brillante ‘Kung Fu Panda’) dentro del creciente y, por momentos, más estimulante, género de animación. Ahora nos llega con una nueva entrega que prometía espectacularidad y una fuerte apuesta por el cine tridimensional, como un intento de recuperar espectadores.

Y lo cierto es que la promesa de espectáculo la ha cumplido y con creces. ‘Monstruos contra alienígenas’ ofrece todo un despliegue visual sorprendente. Sin embargo, esta cuidada faceta queda muy mermada por culpa de una historia que patina de lleno en lo convencional, con una narración escasamente original que no toma el mismo riesgo que se ha concebido en su forma.

La película supone todo un homenaje al cine fantástico de la década de los cincuenta, a los monstruos y seres que se adueñaron de la serie B durante años y que forman parte de la entrañable memoria de cualquier cinéfilo. Esto supone todo un acierto, sobre todo en cuanto a aproximación al público adulto con guiños, aderezado de suficiente humor (que también recuerda directamente a la aproximación al tema de Tim Burton en ‘Mars Attack!’ y su ácida crítica a la figura política de un payaso/presidente norteamericano) y con personajes de enorme potencial que cautivarán al público más joven.

Excelente el arranque de ‘Monstruos contra alienígenas’, con secuencias brillantes, ritmo frenético y sacándole todo el partido posible al efectivo 3D. Sin embargo, la narración sufre demasiados altibajos, que rompen el ritmo acelerado e ingenioso, para introducir tramas secundarias demasiado sosas y nada originales, que aguan en demasía el buen sabor de boca del comienzo.

Con mucho, es la presentación e interacción de los personajes principales lo más destacado del film. Susan o Genórmica es un gran personaje femenino, bien dibujado y que evoluciona (aunque en lo previsible) correctamente y que soporta gran peso de la historia principal. El resto, sus amigos monstruos son un despliegue de ingenio, con diálogos brillantes alternados con momentos flojos y que nos dejan los momentos más divertidos y alguno que otro grandiosamente espectacular (el enfrentamiento en el Golden State es magnífica).

Sin embargo, no tienen una réplica lo suficientemente poderosa. No hay villanos con fuerza y garra. Apenas un gigante robot que desaparece de escena demasiado pronto y luego el artífice de la invasión alienígena, el egocéntrico Gallaxhar, resulta tan ridículo como bobalicón y con escasa presencia.

La terna de guionistas (creo que han sido hasta seis los firmantes) no parece haber encontrado suficiente inspiración para mantener un ritmo constante, quizás concediendo momentos con tramas para todos los públicos, lo que ha limitado demasiado algo que prometía espectacularidad y no sólo en lo visual. Un final predecible, con una resolución (la eliminación de la amenaza alienígena en la nave enemiga está solventada con escasa convicción) precipitada y que le resta muchos enteros al conjunto.

Con todo, ‘Monstruos contra alienígenas’ y su efectivo 3D satisfarán a los más pequeños y disfrutarán con la bravura del último eslabón, con el gelatinoso BOB, con el ingenio del doctor cucaracha, con las dimensiones de insectosaurio y la entrañable Genórmica (por cierto, demasiado mutilada en su doblaje español). Lo que no quita que la película no quede en el recuerdo como lo que podría haber sido, si hubiesen puesto algo más de originalidad y riesgo en la historia.

Mi puntuación:

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