'Scream 4', desastroso regreso

“Esto no es una puta película.”

Sidney Prescott (Neve Campbell)

Puede parecer una tontería esperar algo interesante de la cuarta entrega de una saga, en especial tratándose de una de terror (donde la tendencia parece ser la de repetir incansablemente un mismo esquema, abaratando costes, hasta el infinito y más allá), pero cuando ésta llega once años después de la anterior, y cuenta con la participación del mismo equipo que lo empezó todo, me parece imposible no sentir una gran curiosidad. Es decir, me parece hipócrita menospreciar una película simplemente porque hay un 4 detrás del título, y no tiene una exitosa base literaria detrás. Cierto es que la ya extrilogía de ‘Scream’ fue de más a menos, comenzando con una potente revisión del género de terror que no tuvo continuidad en una irregular secuela, concluyendo todo (o eso pensábamos hasta el año pasado) con una pobre tercera entrega que intentaba exprimir sin éxito el último jugo de una fórmula agotada.

Y sin embargo, la marca ‘Scream’ seguía dando dinero. La tercera parte costó 40 millones de dólares y recaudó más de 160 en todo el mundo, prácticamente lo mismo que las anteriores. Un negocio. Solo era cuestión de tiempo que Ghostface volviese a dar cuchilladas en nuestras pantallas, ya fuera a través de un “reboot”, recomenzando todo de nuevo, o con una secuela, continuando los hechos de la serie con los mismos protagonistas de las películas anteriores. La más sencilla y la más barata era sin duda la primera opción, pero quizá la operación no estaba muy clara; al fin y al cabo las generaciones más jóvenes sienten más cercana una saga como ‘Saw’, la primera ‘Scream’ es de hace 15 años, historia antigua para los fans del “torture porn”. Así que se apuesta por la nostalgia, volver a reunir a Wes Caven, Neve Campbell y compañía para lanzar ‘Scream 4’, la resurrección del “slasher” autoconsciente, repleto de guiños y referencias, supuestamente para darle una nueva vuelta de tuerca, y de paso enganchar a nuevos adeptos. Un fiasco en todos los sentidos, posiblemente la peor de la saga.

‘Scream 4’ (o ‘Scre4m’) nos devuelve al pueblo de Woodsboro, cuya tranquilidad será otra vez sacudida con el regreso de Ghostface y una nueva ola de asesinatos. Pero antes de eso tiene lugar un prólogo que es sencillamente lo mejor de la película, una cadena de falsos comienzos protagonizados por parejas de chicas (fantástica la escena de Anna Paquin y Kristen Bell) que además de parodiar la propia ‘Scream’, lanza divertidos dardos contra otros competidores del rentable género del horror (una de ellas suelta: “Saw da asco, no miedo”). Este arranque prepara al público de manera idónea para los más de cien minutos que vienen a continuación, ha recordado los tópicos, al icónico asesino, se ha burlado de todo eso y ha ofrecido los primeros crímenes. Tiene uno la sensación de que el paréntesis ha revitalizado la saga, que Kevin Williamson y Wes Craven han vuelto con ganas de marcha, que a partir de ahí todo va a ir hacia arriba… pero ocurre todo lo contrario, va hacia abajo. Y cuando parece que al menos se va a quedar ahí, sigue cayendo, hasta un desenlace bochornoso.

Tras el espejismo del prólogo, se enciende el piloto automático y muy pronto ‘Scream 4’ se revela como una secuela vacía, torpe y desganada, una abusiva repetición de chistes y situaciones de las entregas anteriores, integrando el uso de las nuevas tecnologías como gran novedad en una trama mecánica, desprovista de imaginación. No se respira pasión, y sí el vago esfuerzo por cumplir con una rutina, tanto en el guion de esta secuela-remake que ha escrito Williamson (reescrito en parte por Ehren Kruger, guionista de ‘Scream 3’) como en la puesta en escena de un Craven gris, carente de ideas, filmando unos asesinatos muy aburridos, sin la energía ni la violencia de antaño. Igual de apagados están los actores que dan vida a los supervivientes de la saga, Neve Campbell, David Arquette y Courteney Cox (especialmente inaguantable como la renovada Gale); habría sido buena idea eliminarlos nada más empezar. Por el contrario, la nueva generación se muestra más enchufada a la propuesta, con ganas de pasarlo bien con sus personajes y dejar huella en la saga. Aparte de los cameos citados, Emma Roberts, Hayden Panettiere, Alison Brie, Erik Knudsen y Nico Tortorella me parecieron los más destacados.

Aunque las cifras del mercado internacional bastarán para salvar los muebles, resulta evidente que ‘Scream 4’ no ha cumplido las expectativas de sus responsables, que antes del estreno ya estaban anunciando alegremente el inicio de una segunda trilogía. Es, con mucha diferencia, la entrega con peores cifras de las cuatro, apenas llega a la mitad de lo que recaudaron las otras. Y no es que me alegre, pero me parece justo. Tiene sentido que un producto hueco y desalmado que nace con la única intención de generar grandes cantidades de dinero para sus responsables se dé un batacazo en taquilla (o al menos no recaude la salvajada que esperaban). “Nueva década, nuevas reglas”, anunciaba el cartel. El verdadero eslogan es “Nueva década, viejos errores”. Si de verdad pretenden lanzar ‘Scream 5’, creo que la única manera honesta de hacerlo es destruir todo lo hecho y empezar de nuevo, con otros personajes, con otro equipo. Con sangre nueva, nunca mejor dicho.

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