Oiga, hay una estrella de Hollywood en mi documental

Las series no son el único género televisivo que recibe con los brazos abiertos a actores y actrices de renombre a los que, hasta el momento, sólo habíamos visto en la gran pantalla. El documental también empieza a ser un lugar común para estrellas de Hollywood, ya sea a los mandos de la producción, conduciendo la narración o incluso como protagonistas de un papel muy distinto: usar su voz para denunciar, enjuiciar o simplemente exponer una realidad.

El caso más reciente es el de la producción del Canal Odisea, 'Years of living dangerously', la serie documental en la que un puñado de actores de la talla de Harrison Ford o Matt Damon, con el respaldo del ex-Gobernator, Arnold Schwarzenegger o el rey del mundo, James Cameron, denuncian esa verdad que no todos quieren reconocer y de la que ya habló el ex-Vicepresidente del Gobierno de EEUU, Al Gore (Una verdad incómoda, 2006) llamada cambio climático.

La realidad a través de los ojos de un famoso



"El documental también es una industria"

André Bazin (crítico y teórico de cine)

Los documentales, aunque se deban a su misión (informar creativamente), presentan la realidad de muy diversas formas, y también diferentes realidades. Mucho ha llovido desde Nanook y el género se sigue reinventando, con nuevas licencias narrativas, como el falso documental. El principal atractivo de 'Years of living dangerously' (Premio Emmy 2014 a la mejor serie documental) es que se sirve de los recursos del cine -así como de su espectacularidad y su efectismo- para presentar una realidad (la de las personas que están luchando contra esta amenaza) con el despliegue de medios de una superproducción de Hollywood: cuatro años rodando por el mundo, buscando los lugares en los que el cambio ya es notable.

Hay que tener en cuenta lo que puede significar que estos actores y actrices se comprometan con una determinada postura. Son personajes públicos y, de alguna forma, líderes de opinión: su voz se escucha y eso amplifica el radio de alcance del mensaje. A veces implica definirse políticamente ante la sociedad. Matt Damon es uno de esos actores considerados "activistas" en Hollywood. Incluso recientemente se ha enfrentado públicamente a la labor de Obama en el poder. Tal vez fuera su necesidad de manifestarse la que le impulsara a prestar su voz a Inside Job, el documental sobre la crisis financiera y contra sus responsables que llegó a ganar el Oscar al Mejor Documental en 2011 (amén de acumular un sin fin de nominaciones a otros premios).

Los documentales divulgativos o las series documentales de televisión también han contado con alguna estrella invitada. En Discovery MAX ofrece estos días 'Los Sesenta', un repaso a esta década histórica en EEUU que lleva la firma en la producción de Tom Hanks. También hemos visto al oscarizado Morgan Freeman hablarnos de los 'Secretos del Universo' en Discovery Channel o de pingüinos en El viaje del emperador (2005), que ostenta el honor de ser el segundo documental más taquillero de los últimos 32 años, según datos de Box Office Mojo: 77,437.223 millones de dólares.

Otros actores famosos han prestado algo más que su voz o su rostro: el polifacético Johnny Depp protagoniza el documental Retrato de Ralph Steadman (For no good reason, 2012), el relato de un día junto a su amigo, famoso ilustrador de libros. Otros incluso se han puesto a los mandos para dirigir o producir sus propias historias, como el matrimonio Pitt-Jolie. Brad Pitt ganó el Premio del Gran Jurado en Sundance con su comprometido The House I Live In, en el que se da otra visión de la realidad de la lucha anti-droga en EEUU y del cuerpo especial de la DEA. Su mujer, que ya ha dirigido dos películas y tiene dos más en la recámara mandó a un puñado de famosos a lugares desfavorecidos, para que conocieran la realidad de primera mano en A Place in Time (2007) y ayudaran así a difundir la labor de las ONG's.

Directores: del documental a la ficción y viceversa

Mientras la estrella de Hollywood brilla en el documental, el director, la mayoría de las veces, se mantiene a la sombra. La invisibilidad del director de documentales es notable cuando nos cuesta citar otro autor que no sea Michael Moore. Sin embargo, hay directores celebérrimos de la industria del cine que también han probado con este género. Es el caso de todo un maestro, Stanley Kubrick.

Cuenta una antigua conspiración que Kubrick dirigió la película más grande jamás contada: las imágenes del hombre llegando por primera vez a la luna. Con esta idea se especuló precisamente en el falso documental (o pieza de docu-ficción), Operación Luna. Oficialmente, Kubrick empezó su carrera como director con tres cortos documentales: Flying Padre: An RKO-Pathe Screenliner (1951), el retrato de un curioso personaje, un sacerdote que se dedica a viajar en su avioneta ayudando a quien le necesita; Day of the Fight (1951) un día en la vida de un boxeador y The Seafarers (1953), el primero en color. Sobre su obra, también hay documentales, como el magnífico Habitación 237, que explora los detalles y los por qués de elementos presentes en El Resplandor que pasan desapercibidos para la mayoría del público.

Martin Scorsese no sólo es un prolífico director de cine: en su carrera cuenta también con dieciocho documentales dirigidos. El último The 50 Year Argument sobre el mundo editorial y los críticos literarios de Nueva York, viajó por medio mundo de festival en festival el pasado año. Lo mismo se puede decir de Steven Spielberg, que no duda en producir historias para televisión en formato documental y de temática muy variada: desde Auschwitz (2015, narrado por cierto por Meryl Streep) hasta las memorias de la guerra a través del relato de los veteranos en We Stand Alone Together (2001).

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