'Re-Cycle', sueños y pesadillas de las torpes manos de los hermanos Pang

Continuando con el repaso a las películas que pude ver en el recientemente clausurado Festival de Sitges, le toca el turno ahora a la última película de los hermanos Pang, 'Re-Cycle'. No es que me esperara mucho (más bien, nada) de unos señores que, tanto individual como colectivamente, no han ofrecido nada más correcto que la entretenida 'The Eye', pero tras leer comentarios muy positivos y entusiastas sobre su nuevo film, la verdad es que el resultado fue de lo más flojo. Si bien no puede decirse que uno se aburra, e incluso sería injusto no destacar algún que otro momento muy inspirado, la película carece de rumbo fijo y va dando vueltas sobre vagas ideas pasajeras, que confirman lo poco que les interesa a los Pang eso tan bonito que es contar historias.

'Re-Cycle' se centra en una escritora de éxito que se encuentra en crisis, tanto personal como creativa. El anuncio, por parte de su editor a la prensa, de su nueva novela, no hace sino aumentar su caos interior. Ella sólo sabe que sólo quiere escribir sobre presencias fantasmales pero está bloqueada. Sin embargo, al sentarse y comenzar a escribir el libro, algo fantástico y aterrador comienza a ocurrir: lo que plasma en papel, le va sucediendo realmente.

Este punto de partida tan fantástico (de género, conste) comienza a ser utilizado por los Pang para introducir secuencias del típico terror con fantasma de pelo largo negro que ellos mismos han contribuido a poner de moda (acabando con toda la gracia que tenía el asunto) y del que han abusado sin vergüenza alguna, rentabilizando la ya mencionada 'The Eye' con un par de secuelas. Así, tras la redacción de unos párrafos, la protagonista comienza a sentir la presencia de un ser fantasmal que la atemoriza (lógicamente) y le va dejando mechones de pelos y llamadas perdidas (esto ya no es tan lógico, pero jode igualmente a cualquiera). Picada por la curiosidad, la escritora dará rienda suelta a su imaginación y comenzará a seguir el juego que el 'destino' (por llamarlo de algún modo) le está planteando, adentrándose, sin darse cuenta, en un mundo de fantasías, sueños y pesadillas. Y ahí es donde salen mejor parados los Pang, en el retrato de ese extraordinario mundo, cuya presentación (todo lo que ha sido olvidado acaba allí, esperando a ser reciclado) está mucho mejor narrada que su explicación (que no contaré, pero que tiene que ver, entre otras cosas, con una escena cortada y puesta al final de forma lamentable para dar ese efecto sorpresa que tanto gusta a algunos).

Ante todo, hay que destacar un aspecto fundamental de la película y que, por mucho que a algunos (me incluyo) nos resbale, no deja de ser meritorio; hablo de los efectos especiales. En casi todo momento, salvando alguna que otra tontería visual, los efectos proporcionan una sorprendente gama de posibilidades a los realizadores para crear situaciones a cual más extraña y llamativa. Desde seres fantasmales que se tiran desde los edificios y vuelan hasta escenarios de cuento que se oxidan y destruyen (con un recurso visual muy similar, idéntico realmente, al que vimos en la reciente 'Silent Hill'). Particularmente conseguida es la parte final, con una secuencia agitadísima en la que un grupo de muertos trata de alcanzar a la protagonista, mientras una especie de huracán lo va arrasando todo. En este aspecto, repito, la película está muy lograda.

No es por eso, por supuesto, por lo que he calificado de 'torpes' (con todos los respetos) a los Pang Brothers. Formalmente, la película está muy bien. Es en el contenido, en la esencia, en la narración, donde falla por completo. En ningún momento se consigue transmitir nada emocionante, todo va transcurriendo sin pausa, sin ritmo, a golpes, como si fuera una montaña rusa que miramos desde abajo, sin subirnos a ella. Por supuesto, los Pang siguen empeñados en seguir, dentro de lo que cabe, el esquema videoclip que tanto éxito está proporcionando y tanto daño está haciendo en nuestras retinas. Flashes cegadores, movimientos frenéticos de cámara y música atronadora se dan cita en varias secuencias de la película. Pero claro, siempre habrá quien lo justifique diciendo que eso es lo que siente el personaje. Sí, claro, ¿y el resto de la película qué? No sabe, no contesta. Menos plano de discoteca y más clasicismo, es lo que hace falta.

A un desarrollo del argumento de lo más confuso hay que sumar lo ya dicho sobre la repetición de esquemas trilladísimos en el campo del terror y una absurda pretensión de los realizadores por acabar la película de una forma 'original' (entre comillas), que lo único que consigue es que el espectador se suelte del todo y piense que le están tomando por tonto. Pretender dar una vuelta de tuerca a un desenlace ya de por sí un tanto inestable es una costumbre que, desgraciadamente, no deja de desaparecer. No sé porqué se sigue intentando repetir otro final a lo Shyamalan, cuando la historia ni lo requiere ni lo ha preparado con antelación. En fin, que esto es lo de siempre, el afán por romper los esquemas del espectador con un último y desesperado trazo del guión. Pues la han vuelto a pifiar. Para reírse no está mal, eso sí.

Pero, repito, la película puede verse sin excesivas dificultades, resulta cansina al final, pero no aburre (no demasiado), e incluso disfrutarse bastante si uno se deja llevar por los llamativos escenarios y los efectos visuales. Por otra parte, ahí está la guapa Angelica Lee, absoluta protagonista de la película, para dar un toque dulce y físico a un film un tanto frío, bastante superficial (culpa de los Pang).

Resumiendo, 'Re-Cycle' es un interesante pero fallido cuento de fantasía y terror, un juguete de lujo en las torpes manos de los hermanos Pang. Es posible, ojalá, que con el tiempo los Pang (o uno de ellos, parece que Oxide está más por la labor) consigan pulir sus más graves defectos; en ese momento, serán un referente de importancia para un grupo más numeroso que los fans que tienen ahora, básicamente, fans muy incondicionales del cine asiático y aficionados al terror de videoclub más facilón.

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